El Este
Marcela, Directora Mides Mónica Correa y María.
Escribe Juan José Pereyra Twitter@juano500
“Pudimos vencer el miedo, lo logramos” dijeron a El Este Marcela y Nancy luego de la firma de los estatutos de COSMURO, (Cooperativa Social de Mujeres de Rocha), lo que ocurrió ayer a mediodía en las oficinas del Mides.
La cooperativa está integrada por tres personas más y se deben cumplir aún varios trámites, como la personería jurídica.
De todas maneras, la Intendencia les aseguró que ya podrán empezar a trabajar para poder tener ingresos cuanto antes. El seguro de paro se les terminó el 31 de agosto.
EL PROBLEMA CONOCIDO FUE EL DE LAS BARREDERAS
Cuando se habla de “las trabajadoras de Adesar”, en lo que se piensa es en quienes cumplían las tareas de barrido, que tuvieron un conflicto con la ONG cuestionada a nivel local y nacional.
En su momento fueron recibidas por la Junta Departamental de Rocha reunida en Comisión General, se movilizaron, antes tuvieron un conflicto en reivindicación de pago en fecha y por mejores condiciones de trabajo entre el 23 y el 26 de diciembre del 2012. Fueron recibidas por la recién instalada nueva Comisión Directiva de Adeom Rocha, que las puso en contacto con el secretario general de la IDR profesor Darcy de los Santos. En esa oportunidad se destrabó el conflicto, cobraron el aguinaldo y retornaron a sus tareas el día 26.
Dos meses después, luego de un arduo debate político en la Junta Departamental y por motivos que nunca fueron informados públicamente, el ejecutivo departamental dio por extinguido el contrato con Adesar y las trabajadoras fueron enviadas al seguro de paro.
TRABAJADORAS DE ÁREAS VERDES TAMBIÉN CESADAS POR CRISIS DE ADESAR
Lo que no es tan conocido es que había otro grupo de trabajadoras contratadas por Adesar que también quedaron sin empleo, las que se encargaban de Espacios verdes.
Estas trabajadoras son las que ayer pudieron firmar los estatutos tras seis meses de largos trámites, cursos de formación y otras gestiones.
El otro grupo de trabajadoras, las de barrido, las más visibles ante la opinión pública, no han formado una cooperativa social, el requisito fundamental que puso la Intendencia para contratarlas y para que pudieran volver al trabajo.
La sicóloga Mónica Correa, directora departamental del Ministerio de Desarrollo Social, Mides, dijo a El Este que las trabajadoras de barrido se acercaron a asesorarse, tuvieron reuniones pero que luego no continuaron con los trámites.
“El Mides y todo el aparato estatal está a disposición de ellas y todas las trabajadoras y hará todos los esfuerzos para que puedan concretar la cooperativa como lo hicieron las integrantes de COSMURO”, sostuvo.
“Los dos grupos se presentaron en la misma época. Además del apoyo que podamos dar depende muchísimo la fuerza que se ponga, el creer en el proyecto. No sé qué pasó con ellas, nosotros estamos siempre a la disposición para ayudar en todos estos casos”, agregó.
Explicó que es un trámite que requiere tiempo, paciencia y vencer el temor que una situación nueva produce “más en este caso que se deber encarar toda una nueva forma de vida laboral para la que no estamos preparados como sociedad. Es necesario pensar en términos de grupo, donde todas tienen las mismas responsabilidades, donde son a la vez patronas y empleadas. No es un proceso fácil”, agregó.
LA PRIMERA COOPERATIVA SOCIAL DE LA CIUDAD DE ROCHA
Marcela, Nancy y sus compañeras se plantearon la creación de la cooperativa cuando fueron despedidas por los problemas de Adesar. Debieron presentar un proyecto laboral económicamente sustentable y demostrar que pertenecen a un sector social vulnerable que necesita integrarse al trabajo formal, ser incluidas socialmente.
Comenzó así el proceso pre cooperativo, que implicó en primer lugar conformarse como grupo. Lo segundo fue trabajar con los valores cooperativos, de solidaridad e interacción grupal, además de recibir una capacitación en gestión cooperativa.
Concluyó así la primera etapa luego de seis meses.
“El tiempo es mayor, entre diez y doce meses, pero se trabajó para lograrlo antes para que no quedaran sin ingresos al terminar el seguro de paro”, acotó la directora del Mides.
En esta etapa están en el comienzo de los trámites formales cuyo primer mojón fue la firma de los estatutos. “Ayudó a que el proceso se pudiera cumplir en menos tiempo el hecho que ellas ya estaban constituidas como grupo al trabajar juntas desde antes”, agregó Correa.
“Ya estando en Adesar y antes que surgiera ningún problema, nos habíamos planteado la posibilidad de formar una cooperativa”, afirmó Nancy.
“El gerente, Fernando de León siempre nos decía que era lo mejor para tener nuestro futuro más organizado. Lo intentamos una vez y empezamos pero dejamos, siempre lo postergamos por el miedo que toda la situación nos provocaba”, agregó.
“Cuando quedamos sin trabajo, cinco de las diez que integrábamos la cuadrilla nos resolvimos. Una de nuestras compañeras no siguió y al mismo tiempo la hija de Marcela, que no trabajaba en Adesar, pidió para integrarse y así fue, seguimos siendo cinco. Ha sido para nosotras un cambio muy importante, tenemos que salir, averiguar precios, hacer presupuestos, estudiar, tener reuniones periódicas entre nosotras” cuenta.
Marcela explicó a El Este que en su trabajo en Áreas verdes podaban, cortaban el césped, recortaban los cordones cuneta, todo lo que tiene que ver con la tarea. “Antes hacíamos los barrios, creo que ahora al ser cinco no vamos a poder hacer todo, quizás empecemos más en el centro”, dice.
Nancy comenta que ella trabajó ocho años con Adesar. “Yo entré cuando gané el sorteo cuando se llamó para Carretera Solidaria, trabajamos un año haciendo la limpieza del borde de la ruta, después fuimos al seguro de paro y al tiempo empezamos a trabajar en Áreas verdes para la intendencia contratadas de nuevo por Adesar.
Estas trabajadoras de Áreas verdes, aseguran que, a diferencia de las de barrido y limpieza nunca tuvieron ningún problema serio con la empresa, ni de maltrato ni de falta de pago.
La intendencia les dijo que va a tomarlas como cooperativa en formación sin esperar a que termine todo el proceso burocrático.
“Hoy se nota en los barrios la falta del trabajo que hacíamos, hay basurales, los cordones cuneta están desprolijos, la gente siempre estuvo contenta con nuestro trabajo. Es algo que nos gusta hacer, estamos deseando empezar”, dice Marcela.
Nancy es jefa de hogar, tiene tres hijos y recibió en su momento el plan de emergencia. “Gracias a Dios en todos los trabajos salí sorteada, en Jornales Solidarios, en Uruguay Trabaja. Todos esos proyectos en los que participé hicieron que hoy estemos acá, ahí aprendí, le empecé a perder miedo a las oficinas y los trámites.
Esto hace unos años para mí hubiera sido imposible, me hubiera paralizado el miedo.”, destaca.
Hoy todas podemos decir que pudimos porque creímos y creemos en nuestro proyecto y le pusimos mucha fuerza. Tenemos claro que debemos encarar todo con otra mentalidad. No es como antes que cumplíamos el horario y nos olvidábamos del trabajo hasta el otro día. Ahora tendremos que estar las 24 horas con la cabeza puesta en él, ya lo estamos haciendo”, concluyó”
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