sábado, 7 de septiembre de 2013

LA GUERRA DEL PARAGUAY UN HOLOCAUSTO INFAME 8ª. Ultima Nota Juan Carlos di Nicola



                                               Escritor y periodista Juan Carlos di Nicola

Luego de la Batalla de Lomas Valentinas, los aliados tienen las puertas abiertas de la capital del Paraguay; los brasileños entran en Asunción el 5 de enero de 1869, y la saquearon (como lo habían hecho en Paysandú); los argentinos permanecieron alejados, tal vez para no cargar con otra responsabilidad en sus espaldas, para no verse involucrados en el ultraje y el vandalismo a que era sometida una ciudad destruida y abandonada por sus naturales habitantes, muertos sin duda en los campos de batalla.-
Los barcos brasileños eran cargados con muebles, pianos, cortinajes, vajillas, puertas labradas, porcelanas, alhajas y todo lo que tuviera algún valor.-
El Conde D’Eu, yerno de Don Pedro II, organiza la cacería de López para terminar de esa forma, con los planes anteriormente trazados, por los aliados.- Sádico personaje que fue el sustituto del Duque de Caxias en el mando del ejército.-
En Caacupé manda cerrar el viejo hospital de Piribebuy, manteniendo en su interior a los enfermos – la mayoría de viejos y niños – y lo incendió.-El hospital en llamas quedó cercado por las tropas brasileñas que cumpliendo órdenes de ese rubio príncipe loco, empujaban a punta de bayoneta hacia dentro de las llamas a los enfermos que intentaban salir de la hoguera.-
Los aliados se valieron de la fuerza además, para aumentar el número de esclavos como lo hizo Brasil con los prisioneros paraguayos, hombres y niños fueron a parar como sirvientes de los poderosos. Otra de las prácticas miserables de los invasores, era la de vestir a los soldados paraguayos detenidos, con nuevos uniformes y combatir a sus hermanos en primera fila de los ejércitos aliados.-



  Prisioneros paraguayos del ejército argentino. Nótese que hay varios descalzos.-


Decía León de Pallejas: “…cuando la caballería riograndense vio que se trataba de rendición, se desbandó y avanzó a las murallas en procura de algún paraguayito que alzaban en ancas…durante toda la noche y todo el día siguiente se estuvieron sacando paraguayitos para todo el mundo; no hay casi un oficial de los tres ejércitos que no sacara su paraguayito”.-
Cerro Corá marca el fin de la persecución de Solano López; es el final también de la resistencia de un pueblo que luchaba con fiereza, en defensa de su libertad y soberanía, frente al ataque de fuerzas aliadas.
La crónica de Silvestre Aveiro dice:…”se acercaron a López el cabo por un lado, y otro, por otro, con ademán de tomarle de los brazos y este que llevaba un espadín desenvainado, quiso tirar de punta al cabo, quien ladeó el golpe al mismo tiempo de pegarle una lanzada en el bajo vientre, y el otro a su vez le dio un hachazo en la sien derecha”.-
Otros dicen que murió de dos disparos de carabina; poco importa con el arma con que lo mataron. Lo que sí queda claro, es que se trató de un nuevo asesinato de las fuerzas enemigas, que contaban con un número de 18.000 aliados, y se enfrentaban a 412 paraguayos, andrajosos, roídos por el hambre y las enfermedades, frente a soldados tremendamente bien armados.-
Conclusiones finales
Después de cinco años, culmina el drama de esta guerra contra el Paraguay. Durante el transcurso de la misma, el país y América toda, presenciaron uno de los genocidios más grandes de su historia. Una guerra que a su paso, sólo dejó la destrucción y la muerte de un pueblo, que anteponiendo sus anhelos de libertad e independencia, ofrendaron sus vidas con ejemplos de coraje y abnegación, difícilmente comparables.-
Según Efraim Cardozo “…de 1:300.000 habitantes con que contaba el país (Paraguay) antes de la guerra, apenas 200.000 quedaron en pie, y de ellos, pocos adultos aptos…”.-
Obligaron al país, hacer que todos sus ríos fueran navegables; le obligaron a pagar una indemnización a los países de la triple alianza, 900 millones a Brasil, 400 millones a la Argentina y 90 millones a Uruguay, por los gastos de guerra.
Dinamitaron hasta su total extinción, los hornos de fundición y las fortificaciones.
Por otro lado Brasil y Argentina anexaron territorios que eran del Paraguay, a sus respectivos países.
Para Uruguay la guerra sólo sirvió para que Venancio Flores, devolviera los favores recibidos que le permitieron instaurar su dictadura en el País.-
Quedó claro también al finalizar la guerra, que los planes de los aliados en unirse para derrocar el gobierno de Solano López en poco tiempo, no fue tarea nada fácil; se encontraron con un pueblo, que convencidos de morir en defensa de su libertad y soberanía, lucharon con bravura frente al enemigo. Ejemplos de coraje sobran en esta guerra, y por eso es importante oír las voces de aquellos que en un principio trataron a los paraguayos con cierto desprecio; el valiente Coronel oriental León de Pallejas, luego de la batalla de Tuyutí decía”…el enemigo venía ebrio y furioso;…esto unido al valor justificado de esta raza viril y pura, donde los vicios y las comodidades no los han afeminado, sino fortalecido por esa misma miseria, desnudez y privaciones, hacen del soldado paraguayo todas estas causas, un soldado sufrido, valiente y resignado; breve, un soldado de primer orden…el soldado paraguayo es digno de mejor suerte y merece toda mi simpatía y adhesión “.-
La gran beneficiada de esta guerra, fue Inglaterra, que luego de esperar la culminación de la guerra, aumentará sus ganancias con el cobro de sus enormes préstamos.

En abril de 1883, durante el gobierno de Máximo Santos, el Estado Oriental suscribió un Tratado de Paz, Amistad y Reconocimiento de Deuda con la República del Paraguay, por el cual Uruguay renunciaba al cobro de los gastos de guerra del Estado. Devolvió además los trofeos de guerra.
Recién bajo el gobierno del Gral. Juan Domingo Perón, fueron devueltos al Paraguay los trofeos que custodiaba la República Argentina.
El Brasil aún los conserva. Oculta quizás, toda la vergüenza que sigue significando aún en nuestros días, la destrucción de un país hermano de nuestra América Latina.-


                                   Ruinas de Humaitá hoy en día

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