Luego de la Batalla de Lomas
Valentinas, los aliados tienen las puertas abiertas de la capital del
Paraguay; los brasileños entran en Asunción el 5 de enero de 1869,
y la saquearon (como lo habían hecho en Paysandú); los argentinos
permanecieron alejados, tal vez para no cargar con otra
responsabilidad en sus espaldas, para no verse involucrados en el
ultraje y el vandalismo a que era sometida una ciudad destruida y
abandonada por sus naturales habitantes, muertos sin duda en los
campos de batalla.-
Los barcos brasileños eran cargados
con muebles, pianos, cortinajes, vajillas, puertas labradas,
porcelanas, alhajas y todo lo que tuviera algún valor.-
El Conde D’Eu, yerno de Don Pedro
II, organiza la cacería de López para terminar de esa forma, con
los planes anteriormente trazados, por los aliados.- Sádico
personaje que fue el sustituto del Duque de Caxias en el mando del
ejército.-
En Caacupé manda cerrar el viejo
hospital de Piribebuy, manteniendo en su interior a los enfermos –
la mayoría de viejos y niños – y lo incendió.-El hospital en
llamas quedó cercado por las tropas brasileñas que cumpliendo
órdenes de ese rubio príncipe loco, empujaban a punta de bayoneta
hacia dentro de las llamas a los enfermos que intentaban salir de la
hoguera.-
Los aliados se valieron de la fuerza
además, para aumentar el número de esclavos como lo hizo Brasil
con los prisioneros paraguayos, hombres y niños fueron a parar como
sirvientes de los poderosos. Otra de las prácticas miserables de los
invasores, era la de vestir a los soldados paraguayos detenidos, con
nuevos uniformes y combatir a sus hermanos en primera fila de los
ejércitos aliados.-
Prisioneros paraguayos del ejército argentino. Nótese que hay
varios descalzos.-
Decía León
de Pallejas: “…cuando la caballería riograndense vio que
se trataba de rendición, se desbandó y avanzó a las murallas en
procura de algún paraguayito que alzaban en ancas…durante toda la
noche y todo el día siguiente se estuvieron sacando paraguayitos
para todo el mundo; no hay casi un oficial de los tres ejércitos que
no sacara su paraguayito”.-
Cerro Corá marca el fin de la
persecución de Solano López; es el final también de la
resistencia de un pueblo que luchaba con fiereza, en defensa de su
libertad y soberanía, frente al ataque de fuerzas aliadas.
La crónica de Silvestre Aveiro
dice:…”se acercaron a López el cabo por un lado, y otro, por
otro, con ademán de tomarle de los brazos y este que llevaba un
espadín desenvainado, quiso tirar de punta al cabo, quien ladeó el
golpe al mismo tiempo de pegarle una lanzada en el bajo vientre, y el
otro a su vez le dio un hachazo en la sien derecha”.-
Otros dicen que murió de dos
disparos de carabina; poco importa con el arma con que lo mataron. Lo
que sí queda claro, es que se trató de un nuevo asesinato de las
fuerzas enemigas, que contaban con un número de 18.000 aliados, y
se enfrentaban a 412 paraguayos, andrajosos, roídos por el hambre y
las enfermedades, frente a soldados tremendamente bien armados.-
Conclusiones finales
Después de cinco años, culmina el
drama de esta guerra contra el Paraguay. Durante el transcurso de la
misma, el país y América toda, presenciaron uno de los genocidios
más grandes de su historia. Una guerra que a su paso, sólo dejó la
destrucción y la muerte de un pueblo, que anteponiendo sus anhelos
de libertad e independencia, ofrendaron sus vidas con ejemplos de
coraje y abnegación, difícilmente comparables.-
Según Efraim Cardozo “…de
1:300.000 habitantes con que contaba el país (Paraguay) antes de la
guerra, apenas 200.000 quedaron en pie, y de ellos, pocos adultos
aptos…”.-
Obligaron al país, hacer que todos
sus ríos fueran navegables; le obligaron a pagar una indemnización
a los países de la triple alianza, 900 millones a Brasil, 400
millones a la Argentina y 90 millones a Uruguay, por los gastos de
guerra.
Dinamitaron hasta su total
extinción, los hornos de fundición y las fortificaciones.
Por otro lado Brasil y Argentina
anexaron territorios que eran del Paraguay, a sus respectivos países.
Para Uruguay la guerra sólo sirvió
para que Venancio Flores, devolviera los favores recibidos que le
permitieron instaurar su dictadura en el País.-
Quedó claro también al finalizar
la guerra, que los planes de los aliados en unirse para derrocar el
gobierno de Solano López en poco tiempo, no fue tarea nada fácil;
se encontraron con un pueblo, que convencidos de morir en defensa de
su libertad y soberanía, lucharon con bravura frente al enemigo.
Ejemplos de coraje sobran en esta guerra, y por eso es importante oír
las voces de aquellos que en un principio trataron a los paraguayos
con cierto desprecio; el valiente Coronel oriental León de
Pallejas, luego de la batalla de Tuyutí decía”…el enemigo
venía ebrio y furioso;…esto unido al valor justificado de esta
raza viril y pura, donde los vicios y las comodidades no los han
afeminado, sino fortalecido por esa misma miseria, desnudez y
privaciones, hacen del soldado paraguayo todas estas causas, un
soldado sufrido, valiente y resignado; breve, un soldado de primer
orden…el soldado paraguayo es digno de mejor suerte y merece toda
mi simpatía y adhesión “.-
La gran beneficiada de esta guerra,
fue Inglaterra, que luego de esperar la culminación de la guerra,
aumentará sus ganancias con el cobro de sus enormes préstamos.
En abril de 1883, durante el
gobierno de Máximo Santos, el Estado Oriental suscribió un Tratado
de Paz, Amistad y Reconocimiento de Deuda con la República del
Paraguay, por el cual Uruguay renunciaba al cobro de los gastos de
guerra del Estado. Devolvió además los trofeos de guerra.
Recién bajo el gobierno del Gral.
Juan Domingo Perón, fueron devueltos al Paraguay los trofeos que
custodiaba la República Argentina.
El Brasil aún los conserva. Oculta
quizás, toda la vergüenza que sigue significando aún en nuestros
días, la destrucción de un país hermano de nuestra América
Latina.-
Ruinas de Humaitá hoy en día
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