El papa Francisco arremetió este domingo
contra el sistema económico vigente en el mundo que tiene como "ídolo el
dinero", durante un conmovedor encuentro en la isla de Cerdeña con
desempleados y empresarios afectados por la grave crisis económica que
padece Italia.
Publicado el: 22 de setiembre de 2013 a las 09:40Por: Redacción 180
"Luchemos todos juntos contra el ídolo
dinero, contra un sistema sin ética, injusto, en el que manda el
dinero", clamó arrancando aplausos y lágrimas entre los asistentes.
La dura condena del papa fue pronunciada
poco después de su llegada a la isla, a las 08H15 local (06h15 GMT),
donde fue acogido por cientos de personas congregadas a lo largo de
recorrido decorado con banderas de los colores del Vaticano (blanco y
amarillo) así como de Argentina y de Cerdeña.
La visita de Francisco a la isla italiana
fue programada por el mismo papa para rendir homenaje a la virgen de
Bonaria, patrona de Cerdeña, la cual dio origen al nombre de su ciudad
natal, Buenos Aires.
Tras recorrer las avenidas que conducen
al centro de Cagliari, donde se congregaban cientos de personas, el Papa
se reunió en un palco externo instalado de frente al puerto, con
representantes del mundo del trabajo, entre ellos un obrero desempleado,
una empresaria en crisis y un campesino. "A los jóvenes desempleados, a
los que tienen un trabajo precario, a los empresarios y comerciantes
con problemas para seguir adelante, les expreso mi solidaridad", dijo.
"Es una realidad que conozco bien por la experiencia que tuve en
Argentina. Por ello les digo: ¡Coraje! Tenemos que encarar este desafío
histórico con solidaridad e inteligencia", agregó. Abandonando el
discurso preparado, el papa contó los sufrimientos de su familia, la
cual emigró a Argentina a inicios del siglo XX.
"Mi padre partió lleno de sueños y sufrió
la crisis del 29. Perdieron todo, no había trabajo. (...) Hablaban de
ello, sentí ese sufrimiento, lo conozco bien", confesó.
Durante el encuentro, el pontífice
recordó también su primera visita a inicios de julio a otra isla
italiana, la siciliana Lampedusa, para dar alivio y consuelo a los
inmigrantes ilegales que atraviesan en barcazas el Mediterráneo.
"Pero aquí también veo sufrimiento",
reconoció al referirse a la crisis económica de Cerdeña, marcada por el
alto nivel de desempleo, que alcanza el 18%, y afecta sobre todo a los
jóvenes.
Sin trabajo no hay dignidad
"Perdónenme por estas duras palabras, pero donde no hay trabajo falta la dignidad", exclamó el papa.
"Vivimos las consecuencias de una
decisión mundial, de un sistema económico que lleva a esta tragedia",
explicó. "Dos generaciones de jóvenes no tienen trabajo, el mundo así no
tiene futuro", recalcó.
"Para defender ese sistema idólatra, se
dejan caer los extremos más débiles, los ancianos, los cuales no tienen
un lugar en ese mundo. Se trata de una eutanasia escondida. También caen
los jóvenes, que no encuentran su dignidad", agregó. Al término del
encuentro el papa visitó la iglesia de Nuestra Señora de Bonaria, tras
lo cual presidió la misa de frente al santuario y pronunció el
tradicional ángelus dominical, de frente a unas 350.000 personas, según
la emisora local, mientras la diócesis habla de unas 100.000.
"Buen domingo y buen almuerzo", concluyó
el papa aplaudido al ritmo de "Francisco, Francisco" y después de haber
pedido la protección de la virgen para "nuestros hermanos en
dificultad".
En la tarde el pontífice se reunirá con pobres, detenidos y representantes del mundo de la cultura.
"Es la misma persona que conocí cuando
era el arzobispo de Buenos Aires. Con la misma humildad, sencillez y
capacidad de comunicación que está revolucionando al mundo", comentó
Mauricio Macrí, el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, quien
llegó de Argentina para asistir a la ceremonia acompañado por un pequeño
grupo de argentinos de origen sardo.
AFP
No hay comentarios:
Publicar un comentario