domingo, 1 de septiembre de 2013

Personalidad psicópata convirtió a la profesora de Rivera en criminal

En este tipo de personas no hay dolor ni arrepentimiento

El Observador

Una profesora contrató a dos sicarios para que asesinaran a su cuñado, a la esposa de su cuñado y al hijo de la pareja, un niño de 3 años. El 7 de agosto, en Rivera, los sicarios mataron al hombre, pero fue la mujer quien apuñaló y torturó a su concuñada y asfixió al niño. “Hijo de puta, te voy a matar porque vas a ser otro hijo de puta como tu padre”, decía mientras le colocaba una almohada en la cara. ¿El móvil? Quería quedarse con la casa donde vivía la familia, herencia compartida entre su marido y su víctima: su cuñado. “Paolita, Paolita, ahora vas a tener todo para vos”, se decía mientras los mataba, según declararon los sicarios ante el juez.
Psiquiatras consultados por El Observador explicaron qué operó en la pisquis de la mujer, una profesora de biología de Rivera, para convertirse en asesina. Explicaron que padece un trastorno, tradicionalmente conocido como personaldidad psicopática, expresión que dejó de usarse para evitar el estigma social.
El experto Eugenio Bayardo, que trabajó más de dos décadas como psiquiatra forense para el Poder Judicial, expresó que estos casos encubren trastornos de la personalidad, ya sea en su expresión antisocial o narcisista maligna. “Estas personas están desprovistas de empatía hacia el resto”, dijo, tras aclarar que se refería al tipo de conductas criminales y no al caso concretamente, porque no entrevistó a la mujer. “Actúan con frialdad ante el sufrimiento humano y no respetan las normas de convivencia. Tras los crímenes, no se sienten culpables ni responsables”, agregó. Tampoco hay dolor o arrepentimiento. La mujer negó los crímenes en todo momento ante el juez.
Bayardo recordó una cita de Theodore Millon, un psicólogo estadounidense pionero en investigaciones sobre personalidad. “Mis deseos son tus órdenes”, suelen razonar las personas que sufren este tipo de trastorno.
El psiquiatra Walter Alonso distinguió a quienes sufren este tipo de trastornos de personalidad de los psicóticos. Mientras que los psicóticos pierden sentido de la realidad y por ello actúan como locos, los individuos con trastorno de personalidad, los antes llamados psicópatas, “mantienen su sentido de realidad, saben lo que están haciendo, pero solo piensan en su beneficio personal y, a veces, disfrutan del dolor ajeno”, advirtió Alonso. Por esta razón, por conservar el sentido de realidad, sus crímenes son imputables.
Por su parte, el psiquiatra Esteban Acosta, quien prefirió no encuadrar este caso dentro de ninguna patología, señaló cómo, en las palabras de la mujer, se reconoce una alienación. Al momento de ejecutar el crimen, según los testigos, la mujer decía: “Paolita, Paolita, ahora vas a tener todo para vos”.
“Se puede reconocer que la mujer estaba fuera de sí, porque se refiere a ella misma como una segunda persona”, dijo. Destacó que se trata de un mecanismo interno “para cometer semejante acto”.
El juez de la causa, Marcos Seijas, procesó a la mujer por tres homicidios muy especialmente agravados, debido a la premeditación con que fueron planeados, la crueldad con que los cometió y que lo hizo para ejecutar otro delito. El esposo de la homicida y hermano de una de las víctimas no estaba al tanto del plan ni de la ejecución.

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