Escritor y periodista Oscar Bruno Cedrés
Familia
insigne de nuestro fútbol, los González; desde el treinta y hasta
ahora, algún familiar directo juega en el más popular de los
deportes.
En
el Wanderers del treinta y como No. 2 jugaba Don Servando González,
luego vendrían sus hijos, Servando, Juan María, Mario y Víctor,
que serían estrellas desde los cuarenta hasta los setenta, para
venir la tercera generación aquella de la Juanita González, Mario
Ureta, el gran Pedro Cardoso, los nietos de don Servando y doña
María Longeau.
La
familia vivió y vive en la emblemática esquina de las hoy calles
Hnos. González Longeau y Luis Alberto Muñoz, si allí enfrente al
tempo del fútbol, El Tenis.
De
esa familia de cracks y campeones era el “Tito” Servando
González, uno de los más grandes estrategas que tuvo nuestro
fútbol. En Rocha siempre vistió la casa del equipo de los Tres
Barrios, el Lavalleja, con el que fuera campeón de Rocha en varias
oportunidades, siempre como “insider”, por la derecha o por la
izquierda.
Fue
de los cerebros de los títulos de campeones del Este del 50, del
Quinquenio y también el del Interior del 54.
En
el 50 con el “Ñato” Demicheli como golero, con el “Rata”
Muñoz, con el “Verdulero” Acosta, con el “Canario” Roberto
Gonzalvo, con el “Tábano” López Delgado, con Justo Aguirre, con
su hermano Juan María González, entre otros.
En
el Quinquenio y el título del Interior estuvieron como compañeros
de éxitos el “Nito” Vera, Fernando Aléman, el “Bitoto”
Larrea, Roberto Acosta, Mario Rivas, “Pochocho” Fernández, el
“Chueco” de Souza Rocha, el “Cholo” Pérez, la “Vieja”
Vilizzio, y otros que ya habían estado en el 50 como Luis Alberto
Muñoz, el “Viejo” Aguirre, Roberto Gonzalvo, el “Nino”
González, “Castrito” Longeau.
Servando
además por parte de su madre, era primo de grandes jugadores de esos
tiempos, los Longeau, el Vina campeón del Este con Rocha y
Maldonado, Florencio Enrique, “Castrito” otro de los héroes del
quinquenio y del interior del 54 y el “Mingo” Eduardo, campeón
del Este del 63.
Cuando
la década del cuarenta fueron varios los jugadores de Rocha que
marcharon a Montevideo a probar suerte en distintos equipos del
profesionalismo, así surgen los nombres de Roberto Acosta a
Nacional, de Ramón Larrea al Montevideo Wanderers, de Waldemir
Vilizzio también a los tricolores, Roberto Gonzalvo, Luis Alberto
Muñoz y Servando González, los tres que van juntos al Peñarol.
El
año 1949 fue el de preparación del seleccionado uruguayo que iría
al año siguiente a jugar la Copa Río Branco y luego el famoso
Mundial de Maracaná a Brasil.
Año
el 49, de mucho agitar, la huelga de jugadores, los tires y manejos
de dirigentes de los grandes por poder colocar un director técnico
que respondiera a sus intereses clubistas, el que terminaría siendo
el de la famosa “Escuadrilla de la muerte” aquella delantera que
formara el Club Peñarol, base del título del mundo, integrada por
Ghiggia, Schaffino, Miguez, Hobberg y el “Patrullero” Vidal, que
al final del mismo sería abrumador su supremacía ganando todos los
torneos con títulos de invicto, con record de goles, dirigidos por
el recordado húngaro Emerico Hirschl.
A
ese Peñarol fueron a probar suerte los tres muchachos del Barrio
Machado, del Lavalleja, del seleccionado de Rocha, González, Muñoz
y Gonzalvo.
Se
instalaron en una pensión a la que los llevaron los dirigentes de
Peñarol, y que estaba cerca de la entonces sede de los carboneros en
la calle Maldonado.
Condiciones
futbolísticas les sobraban a los tres para quedar, para jugar en el
primero de Peñarol, según dicen Luis Alberto Muñoz podría haber
sido el titular como No. 3 en lugar de Possamai que ya venía en la
final en los aurinegros.
Al
comenzar el ciclo del húngaro Hirschl al frente de Peñarol en su
primera práctica con el plantel de primera división en Las Acacias,
el domingo 8 de mayo del 49, alistó dos equipos, uno, el rojo,
conformado por Roque Máspoli, el golero campeón del mundo, Spósito
(que luego dirigiría la selección de Rocha) y Possamai; Juan Carlos
González, César Rodríguez y Ortuño, el “poroto” Britos, otro
de los campeones de Maracaná, Sacco, SERVANDO GONZALEZ, Mengler y
Cuevas
Enfrente,
el azul, integrado por Flavio Pereyra Nattero, el paraguayo Hugo y
Luis Alberto Miramontes; Colturi, Del Horno y Etchegoyen, “solito”
Ortiz, el cordobés Juan Eduardo Hohhberg, Oscar Omar Miguez, Juan
Alberto Schiaffino y Ernesto Vidal, estos cuatro últimos campeones
del mundo en Maracaná.
En
el segundo tiempo de la práctica ingresó Alcides Edgardo Ghiggia en
el equipo azul, el autor del gol del triunfo del 50.
Con
esa constelación de estrellas campeonas uruguayas y mundiales y con
la dirección técnica del famoso Emérico Hirschl, jugó ese partido
de práctica el rochense Servando González.
Los
tres jóvenes rochenses podrían haber quedado, porque estuvieron
presentes en algún otro partido de práctica, inclusive el diario El
País publica una foto de los tres vistiendo la casaca de Peñarol,
cosa que por entonces no era para cualquier jugador, pero nunca se
supo que pasó, y los tres volvieron a sus pagos donde siguieron su
carrera futbolística, con gran suceso, el que llevara a que Gonzalvo
fuera nuevamente a Peñarol y quedara por muchos años, y Luis
Alberto Muñoz a Rivera donde fuera campeón del Norte con la celeste
riverense.
El
“Tito” Servando, siguió dando cátedra con la celeste en el
pecho por todos los campos de juego del este y del interior,
acaparando títulos de campeón
A
ese estratega, táctico y habilidoso jugador del barrio José
Machado, de familia de alcurnia futbolera va nuestra semblanza del
día de hoy.
OCTUBRE/13-
Oscar Bruno
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