martes, 12 de noviembre de 2013

Vecino inventa "industria" con los mandados de barrio

Se gana la vida haciendo cola y comprando remedios

En el Hospital de Melo un hombre encontró en la ingrata tarea de hacer cola para sacar números o levantar remedios una forma de ganarse la vida. Muchos lo siguieron y los mandados para los vecinos del barrio se volvieron una industria.

Una vida dedicada a trabajar ayudando a los pacientes del Hospital de Melo. Foto: Néstor Araújo
Cerro Largo | Néstor O. Araújo
 
El País
 
Javier Beltrán tiene 39 años y desde hace 20 dedica su vida a hacer mandados para sus vecinos de Melo. El centro de sus movimientos es el Hospital local, desde allí colabora con las personas que necesitan número para atenderse, levantar medicamentos o a cubrir cualquier necesidad.
Dice que se siente útil sirviendo a la sociedad sin ser empleado ni cumplir horarios "ni soportar patrones", comentó.
Siendo casi un niño encontró su nicho laboral y se adecuó a su propio sistema de trabajo. Tras él vinieron decenas de personas a realizar las mismas tareas. Creó una industria.

Competencia.

En la actualidad hay cerca de veinte personas que prácticamente viven todo el día dentro del Hospital de Melo y se dedican a hacer lo mismo que Beltrán: sacan número para pacientes de policlínicas, especialistas, análisis o levantar medicamentos en farmacia del Hospital dependientes de ASSE.
La historia del trabajo que realiza Beltrán comenzó por obra de la casualidad y como respuesta a una necesidad de sus propios vecinos.
"Un día dejé los estudios por razones económicas y me dediqué de lleno a esta tarea. Antes estaba solo, pero ahora somos más de veinte los que trabajamos en lo mismo. A mí no me molestan, yo tengo cerca de 200 personas que son fijas, más los que luego se van sumando a mi libreta", explicó.
Con el paso de los años Beltrán se fue ganando el respeto de sus clientes.
Laura Maidana, una mujer de 53 años que sufre una enfermedad crónica cuenta con el trabajador desde hace décadas para realizar todas las diligencias ante el Hospital. "Es una gran persona, serio y eficiente", dijo Maidana.
"Desde hace veinte años Javier es quien realiza todos los trámites en ASSE y yo no tengo que molestarme para nada, esté o no lloviendo él siempre cumple y llega con la misma cara de siempre" señaló.
Cuando Javier aún era casi un niño los vecinos le pedían que fuera al Hospital a retirar los medicamentos que le habían indicado lo médicos.
De esa forma las personas ancianas o enfermas evitaban ir a sacar número, hacer largas colas y soportar prolongadas esperas.
"Así empecé, me fue gustando que las vecinas me dieran dinero a cambio del mandado y realmente hice muchos amigos en el Hospital y en la calle. También clientes", dijo.
La evolución y los cam- bios en la tecnología también afectaron este negocio. Antes los vecinos encontraban a Beltrán en el barrio y allí mismo realizaban los pedidos. "Ahora con los celulares es mucho más fácil, me llaman y voy", dijo.
En la dirección del Hospital de Melo son sabedores de la tarea que realiza Beltrán y sus más de veinte colegas y entienden que el trabajo contribuye a que los pacientes no realicen esperas muy prolongadas y además ayuda a descongestionar los pasillos y salas de espera.

Solidaridad.

Le esencia de la actividad de Beltrán es de ayuda a personas que están pasando dificultades.
"La gente que está ahí haciendo cola y esperando el remedio o el médico es gente enferma. Creo que mi tarea es solidaria porque yo no cobro una tarifa fija, me dan $ 50 algunos, otros $ 100 y así hago la diaria" señaló Beltrán a El País.
De esa manera el trabajador llega a hacer unos 500 pesos diarios y tiene que recorrer cerca de 10 kilómetros al día porque la tarea siempre comienza el día anterior.
"El día antes recojo las recetas y las órdenes, al otro día a las seis salgo de casa y camino 19 cuadras hasta el Hospital", dijo.

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