sábado, 1 de febrero de 2014

Sobrevivió a un tsunami; murió ayer en una rapiña

Dos delincuentes lo balearon; trabajaba repartiendo helados

elpais.com

Un uruguayo que sobrevivió al terremoto y el posterior tsunami de Japón, en 2011, encontró la muerte ayer, víctima de dos rapiñeros, en Jardines del Hipódromo.

Ceferino Fontes, de 59 años, quien trabajaba en Montevideo como repartidor de helados, fue asesinado ayer de tarde en un intento de rapiña.
Fontes llegó a un almacén del barrio, ubicado en Sixtina y Leandro Gómez para entregar un pedido de helados.
Tras dejar los productos, se fue rumbo a su vehículo a proseguir con su reparto, pero dos delincuentes sorprendieron al trabajador cuando subía a su camión y lo amenazaron con dos armas de fuego
Según la versión inicial de la Policía, el repartidor se habría resistido al robo, por eso uno de los delincuentes le disparó, causándole heridas en el cuello y en el tórax. El dueño del almacén, donde el repartidor había dejado el pedido, salió a la calle al oír los disparos, cuando fue advertido por un vecino que había dos individuos que estaban robando al trabajador, a quien trasladaron a la policlínica Malinas, donde llegó sin vida.

Fukushima.

Horas después, se supo que Fontes era casado, tenía dos hijos y dos nietos. Tres años atrás, el trabajador había sobrevivido al histórico terremoto y el posterior tsunami en Fukushima, Japón, que causó 15.845 muertes y dejó 3.380 personas desaparecidas.
Allegados a Fontes recordaron a El País que el repartidor, que trabajaba como técnico de fútbol, se casó con una mujer de nacionalidad japonesa, con quien se fue a vivir al país asiático.
En su momento, el trabajador estuvo expuesto a la radiación que emitía la central nuclear de Fukushima.
"Se le empezó a caer el pelo, las uñas y a tener problemas de salud. Por eso logró que lo repatriaran a Uruguay", señaló uno de sus amigos.
"No lo pudo matar ni un terremoto ni un tsunami, y ayer lo mató un chorro en Montevideo", agregó.
La Policía busca a los dos delincuentes que asesinaron al repartidor. Los testigos declararon haberlos visto llegar, pero estaban con los cascos de motociclistas puestos, lo que dificulta su identificación. Hasta el momento no hay detenidos.

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