lunes, 24 de marzo de 2014

SEMBLANZA Por Oscar Bruno Cedrés GRACIELA PEREYRA GUERRA


Dicen que el mundo sin las mujeres no existiría, cosa cierta, pero tampoco el fútbol, tan varonil él, sin las mujeres no sería lo mismo.
Ellas al igual que los hombres gritan, alientan a sus jugadores, insultan a los señores árbitros, a los contrarios, a la policía, y hasta se cuelgan del alambrado, siempre estuvieron en la mejor historia de nuestro balompié rochense.
Y ahora también lo practican, son árbitros, médicas dentro de los vestuarios y las canchas, y por supuesto dirigentes y también periodistas.
También son las que nos contienen cuando nos pasamos de revoluciones y las que nos dan aliento y consuelo cuando nuestro equipo no gana.
De esa estirpe de mujer de ir de frente en defensa de sus queridos colores, la tricolor de la Avenida Ituzaingó, la del linajudo Palermo campeón del Interior, es Graciela Pereyra, fiel representante de todas las generaciones de mujeres rochenses que siempre estuvieron en el centenario y glorioso fútbol celeste esteño.
Con ella conversamos en una típica tarde de este verano lluvioso y caluroso, en su casa, mientras mimaba a su pequeña nieta y de la misma salió esta semblanza.
Graciela nació el 15 de enero del año 1959, en el Barrio Francisco López, fue a la Escuela del Barrio, la No. 44, Felicia Banat y al Liceo No. 1 Cora Vigliola.
Casada con el conocido dirigente de Palermo y del fútbol rochense Jorge Molina, dos hijos Cristian que jugó entre otros en el Palermo y el fútbol sala y Laura, casada con un “albi verde”; dos hermosas nietas, Milagros y la recién llegada Alfonsina.
Funcionaria municipal en comisión en la Junta Departamental de Rocha, hincha de Peñarol capitalino y del Palermo, por aquello de vivir en el barrio, por vecina del recordado “Cholo” Pérez, y de sus hijas las que son como sus hermanas, siendo compañera de Graciela en el Liceo.
Quiero mucho a la familia de Yolanda y el Cholo” nos dice Graciela, de ahí su amor, su cariño inmensurable por los colores palermitanos.
Integró la directiva del Palermo, organizó fiestas, como la recordada que se realizara en el Hotel Trocadero, tarea que hiciera junto al “Conejo” Martínez.
También integró la Comisión de Damas, junto a Rayito Iroldi, la maestra Nahir Pérez, Shirley Huelmo, la doctora María de los Ángeles Delgado, Nelly Rivero, la maestra Pura Rivero, Sandra Antúnez entre otras muchas más.
Palermo le ha dejado muchas alegrías, la mayor el triunfo frente a Lavalleja, aquel día famoso que lo empatan sobre la hora y en el alargue lo ganan y comienza la campaña que los lleva al primer título de campeones del interior, pero también las derrotas duelen, y la que sufrieran frente al Porongos de Trinidad en la semifinal del 88 acá en el Sobrero es la peor.
Para Graciela, el minuano Andrés Berrueta ha sido el más grande jugador con la casaca tricolor y Andrés Muniz uno que recuerda por su entrega, su calidad y su don de buena persona.
Es hincha de la selección y también del Rocha Fútbol Club, pero si tiene que elegir se queda con la celeste del combinado, tiene otra atracción, otra mística.
Para ella los partidos frente al tradicional rival, el Club Lavalleja son lo más grande, le encantan, le gustan, no pueden dejar de existir, son más emocionantes y atractivos que los propios partidos de la selección. Son únicos.
Es partidaria de que la mujer practique el fútbol en forma oficial, aunque ella nunca lo practicó, el único deporte que realizó fue en su etapa liceal y no le gustaría haberlo hecho.
Jugando la selección o Palermo siempre se le verá en la cancha que estos lo hagan, aunque ahora la llegada de Alfonsina la ha atrapado y no hay babero que le alcance, aunque capaz que la nieta luzca los colores albi verdes del tradicional rival, Lavalleja, cuyo escudo está pegado en su termo, por aquello que los nietos son únicos y los adoramos por sobre la casaca que ellos prefieran.
A Graciela Pereyra, palermitana de ley, en el mes del 61 aniversario de la Institución de la avenida Ituzaingó, nuestra semblanza del día de hoy como homenaje a todas las mujeres, madres, socias, hinchas, hermanas, hijas, de quienes han defendido esa inmensa casaca.
Febrero/14
Oscar Bruno Cedrés


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