domingo, 13 de abril de 2014

Archipiélago de nadie Por Laura Inés Martínez Coronel

 Caras y Caretas


 En la tremenda soledad e ignominia fatídica de los muchos pueblos olvidados llamados interior del interior profundo respira mucha gente.
Lugares como Villa Ituzaingó, una especie de Pueblo Páramo con muchos junta cadáveres y árboles mudos desfilan tal fantasmas sonoros personas cuya “adicción” al monólogo es inevitable. No existe una farmacia, la policlínica puede estar cerrada prácticamente todo el día, el lugar donde se atiende es un espacio reducido casi impúdico con alguna silla de ruedas vetusta que parece una pieza de museo para exposición maltrecha de arte posmodernista antes que cumplir el oficio correspondiente, el consultorio tiene una vieja camilla donde es fácil precipitarse al vacío, y no existe un solo medicamento,ni un antifebril de uso masivo.El médico con un gesto mezcla de resignación y mueca extraña dice "hace aproximadamente dos años que no recibo una aspirina”.

La gente llega, espera por dos horas mínimo para ser anotada, y tres horas después quizás será atendida, para salir agitando papeles, no hay remedios, tal vez alguno se conseguirá a unos quilómetros de distancia o habrá que adquirirlos..Durante la espera que puede ser larga algunas mujeres traen el trabajo, por ejemplo cosen zapatos a mano que luego entregarán por una remuneración muy baja.La mayoría viene sin comer por temor “a perder el lugar”, buena manera de creer que en esa precaria vida  se ha ganado algún espacio
Durante el verano por lo menos dos personas murieron por falta de asistencia, golpeaban puerta sin fondo, regresaban a morir para ser encontrados dias después hediondos en una posición extraña en el piso o en el mejor de los casos tapados a medias en una cama
Hay una escuela con poco alumnado donde la queja de las maestras es “los padres no acompañan, no entienden, no hay nada que hacer". El potencial de los niños es extraordinario pero son invisibles.
Pueblo dormitorio” dice el médico. Rescatemos que a pesar de la agresión que sufre el medioambiente por fumigaciones en campos de soja algunas veces se pueden ver algunas mariposas distraídas o luciérnagas vagamente encendidas en una noche cubierta por la niebla causada por calles en las cuales se comienza a trabajar pero no se termina y el exceso de polvo que dejan los ómnibus que pasan por allí produce desde algunas toses soportables a verdaderas crisis de insuficiencia respiratoria.
Una mujer dice “cuando llegué aquí , me senté un rato en la plaza y pensé, es como esas ciudades olvidadas, usted verá, no hay nadie..Yo vivía en la calle, pero bueno, ahí llenaba mi tiempo, podía ir a la biblioteca, a exposiciones de antiguedades, hablaba con  gente, me convidaban cigarros, miraba pasar personas, palomas, no me sentía sola, era libre..estoy presa..en este lugar no hay nadie”
El médico dice “nada puede hacerse ya que todo está muerto aquí”. También existen otros pueblos, el médico no los conoce, sus nombres le son extraños.
En el Uruguay de las muchas islas-en Cerro Largo nadie conoce lo que sucede en Treinta  y Tres, en Colonia nadie conoce lo que sucede en Durazno, los puentes de la descentralización fueron construídos hasta la mitad en algún año, destinados a quebrarse en un golpe de viento-existen estas islitas menudísimas que ya ni huellas contienen, extraños desiertos minúsculos en donde el tiempo se ha detenido para olvidar.
Como en la Literatura y sus pueblos inventados con  nombres particulares, los pueblos que son todos los pueblos olvidados con sus personajes naúfragos sin faros, la iglesia vieja siempre cerrada, los boliches casi pulperías de antaño está Villa Ituzaingó. Aparentemente cercano a la metrópoli pero con un río que al crecer lo deja completamente aislado, este lugar sin duda alguna el marcador de una sociedad autista que desconoce la verdadera marginalidad, o la peor forma de discriminación que es siempre la cultural.
Se hablan dialectos incomprensibles, los medianamente alfabetizados pueden ser criaturas cuya extrema lucidez se confunda muy pronto con la locura..nada que decir de los realmente alfabetizados, si pueden vivir en este lugar es durmiendo en vigilia.
Un centro MEC aquí, creado como inicialmente fueron todos, para “fortalecer la cultura de cada lugar” no tiene ni siquiera sillas, es imposible dar un taller, la biblioteca contiene dos o tres libros que en definitiva no son leidos por nadie y aunque cerca pase el tren, este parece llevarnos a ninguna parte, o como dice una niña de preescolar con ese modo que tienen  algunas criaturas de transformar la realidad que es el Arte con mayúsculas pero sin aprendizajes académicos de ninguna especie “cuando veo el cartel de la estación me parece que ya estuve allí, me gusta la plaza, creo que estoy en el mar, veo caracolas,  soy tan libre que ni siquiera puedo pensar”..
Es extraordinario, esta niña existe, hay otros…¿y Villa Ituzaingó..existe?.
Siempre recuerdo un filósofo apreciado con el que trabajamos alguna vez.Hicimos una serie de programas que se llamaban “no conozco Fraile Muerto” una villa ahora devenida en pueblo del interior profundo también.
Misteriosamente Fraile Muerto y todo lo de folclórico que parece llenar realidades de complejidad muy grossa  aparece en una película española de un cineasta nacido en Melo quien emigró a Europa muy joven y fundó alli una escuela de cine que funciona fantásticamente bien.En la “avant premiere” de la película la gente se impresionaba o creía que era una ciudad inventada por algún literato con corte onettiano, quien sabe..pero no..Fraile Muerto también existe, aunque era bastante común hasta relativamente poco tiempo ver gente severamente lastimada caminando con la cabeza ensangrentada envuelta en una toalla tratando de llegar a la salita de primeros auxilios atendida por monjas.
En Noblía, la gente solía morir de accidentes cerebro vasculares o disfunciones cardíacas que atendidas con cierta celeridad jamás hubieran sido la necrológica del día siguiente.La manera de nacer generalmente si no era en la casa era en los patrulleros.
Esto no sería nada extraño en Villa Ituzaingó, aquí ni siquiera podemos hablar de inventos de ambulancia, furgones pintados de blanco con siluetas de inexistentes empleados de la salud trasladando una persona condenada prácticamente al desauxilio más feroz, aqui la ambulancia entre comillas es el móvil policial, es uno solo, asi que los particulares son los que muchas veces se encargan de los “traslados”
¿Será que el interior también existe?¿Y el interior del interior?
Lo primero que se ve al llegar a esta villa es un vertedero, basura de todos los lugares, autos extraños y no muy viejos la depositan, luego se quema lo que resulta en humo de alta toxicidad, parece que esto hay que tolerarlo, pueblo blanco tiene humaredas oscuras y matrículas olvidables.


Si..otra prueba más de que la realidad innegablemente supera enormemente a la ficción.

1 comentario:

  1. ME PARECE MUY CERCANO A LA REALIDAD QUE NO ES PARA NADA DISTORSIONADA, SINO QUE POR EL CONTRARIO RELATA CON VERACIDAD DESGARRAN TE LA SOLEDAD EN QUE MORAN LOS PEQUEÑOS PUEBLOS DE NUESTRO QUERIDO URUGUAY. PUEBLOS QUE SON VISITADOS CADA CINCO AÑOS POR LOS QUE DEBERÍAN PREOCUPARSE DIARIAMENTE SOBRE LA SUBSISTENCIA DE LOS MISMOS Y NO ACORDARSE CUANDO VAN EN BUSCA DE ALGÚN VOTO DESPREVENIDO. FUERZA Y ADELANTE.

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