miércoles, 30 de abril de 2014
“Críticas a la Iglesia” Leopoldo Amondarain
Es notorio que en toda organización religiosa, política o social siempre hay distintas corrientes más conservadoras o más progresistas. No por ser espiritual la principal función de las religiones escapa a esas realidades. Algo que al diario El País le cuesta entender. El sábado 26 uno de sus progresistas escribas, señor Francisco Faig, discrepa sutil pero no menos ácidamente con las posiciones, parecería, que viene llevando la corriente del Papa Francisco y de rebote el nuevo arzobispo monseñor Daniel Sturla. Ya empezaron fastidiar. Comenta que a su asunción en la catedral concurrieron las autoridades públicas principales. Comento: que siempre cuando se cambia una cabeza de una organización de la importancia de la Iglesia, concurren invitadas o no las autoridades públicas más diversas, la Iglesia Católica con más razón teniendo en cuenta la importancia que siempre ha tenido en nuestro país. Incluso cuando en la propia Iglesia se ha homenajeado a figuras nacionales como Wilson Ferreira, Manuel Oribe, y pro hombres históricos que profesaban esa fe. ¡Hasta batllistas hemos visto! Agrega que parecería ser un obispo inquieto porque sugiere”dar vuelta la página en la cuestión del aborto. Hay que curar las heridas de la sociedad”. Es obvio que Sturla está en contra del aborto. Además habría manifestado el arzobispo su posición contraria referente a la reforma de la constitución para bajar la edad de imputabilidad penal y reunióse con autoridades del PIT-CNT para concretar posiciones y perspectivas de trabajo conjunto. Todo esto dicho como una “sugerencia” de que el nuevo arzobispo pinta “como de frente izquierda”. Lo que es más grave agrega “el nuevo arzobispo mantiene la tradición de inmiscuirse en temas políticos y sociales heredada de su antecesor”. Bueno es aclarar que sin perjuicio de la sagrada investidura del arzobispo el mismo es un ciudadano natural con todo derecho de opinar sobre lo que le da la gana y que sea fundamental para el país. O sea hay una nueva corriente progresista que se nota le cae mal a la prensa ultra reaccionaria, que se opone al presunto “cuco” comunista cuando algún demócrata piensa defender a los pobres y necesitados. Se están olvidando de una máxima bíblica de “que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre en el reino de los cielos”. ¡Y ojo no soy comunista y creo que Cristo menos! Va concluyendo el periodista que la izquierda tiene más predisposición de escuchar y analizar estas prédicas de Sturla por creer que el arzobispo tiene tendencias progresistas. Agrega “entre el jesuita de Roma y el salesiano de Montevideo surgen grandes aliados para la liberación de los pueblos. Francisco allá critica los excesos del capitalismo y Daniel aquí las malas propuestas represivas de políticos opositores”. Comento: Francisco allá vaya si tendrá razón de criticar los excesos del capitalismo imperial algo que parece no gustarle entender el señor Faig. Y Daniel aquí no se refiere a los políticos opositores que yo sepa dado que entre los mismos los hay de variado pelo y el arzobispo no peca por marxista leninista como le encanta sugerir subliminalmente al periodista de marras. Dice además que en una república laica las opiniones políticas son de los representantes electos por el pueblo, tanto Sturla como el PIT-CNT tienen seguidores numerosos pero no representan al pueblo. Entumecidos como están los reflejos republicanos no se preguntan por qué diablos hay que dar trascendencia a las opiniones de un obispo sobre los temas políticos. Comento: por supuesto el Papa no puede y hasta macanea cuando quiere la paz del mundo condenando a los imperios que explotan bombardean y cometen genocidios a los pueblos del tercer mundo. Es obvio que eso se llama hacer más política ocupándose del mundo entero que lo que puede hacer el arzobispo acá. Me parece que Francisco y Sturla van a tener que “pedir permiso” a este diario cada vez que se ocupen de políticas imperiales y afines. Tampoco entienden estos escribas que la Iglesia al ocuparse de la vida espiritual implica inevitablemente gravitar en el mundo incluso en el político. ¡Y bueno es que sea así! O sea el que Sturla sea hoy arzobispo debe ser escuchado no solo por su investidura sino por ser un destacado ciudadano que responde a una corriente mayoritaria eclesiástica en el país, el que representantes de otras sectas, si se animan, pueden ser escuchados también por qué no. Piénsese en el colmo de escuchar a políticos que opinan que matar criaturas, aborto, es lo correcto o que el matrimonio de homosexuales es la formación de la futura sociedad igualitaria y que ahora es saludable fumar marihuana, con qué derecho al arzobispo y su iglesia se le quiere prohibir el derecho a la opinión y su prédica. Según estas críticas en la que recomienda a San Mateo que termine espabilando la inteligencia del arzobispo, haciendo que se ocupe de almas y deje de hacer política. El que la Iglesia hoy pueda ser árbitro de equilibrio en el mundo y por supuesto entre nosotros terminando con los enfrentamientos brutales entre izquierdas y derechas es algo que no van a entender quienes están defendiendo sus intereses personales. Es una función específicamente religiosa que no tiene intereses materiales y sí espirituales, ya que le gusta, cuando le conviene, repetir la frase bíblica, les vendría bien memorizar la del camello y el ojo de la aguja. No por defender a los más necesitados se es comunista. No sean tontos, ¡no le hagan el caldo gordo a los bolches!
Leopoldo Amondarain
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