martes, 15 de abril de 2014

Interna blanca Por Leopoldo Amondarain






Sin perjuicio de mi amistad con el senador Larrañaga es notoria mi militancia blanca de familia, a tales efectos tengo como razón de lo dicho determinados principios fundamentales para hacerlo. Primero la ideología, soy nacionalista radical desde siempre y me exijo la coherencia ideológica del caso: antiimperialismo absoluto, honradez administrativa y lealtad a los principios, entre otros. Oribe, Aparicio, Herrera y Wilson -por citar los más notorios- no acordaban un día con unos y al siguiente con otros, según el interés de sus “bolsillos”, o sea le daban al electorado y a la militancia la tranquilidad de ideas inquebrantables. No me gusta estar en cada elección en grupos diferentes sin perjuicio de una excepción que puede ser inevitable y obviamente tampoco es bueno para el futuro del partido. Larrañaga me dio siempre la tranquilidad de esa coherencia ideológica y principista, antiimperialista, sustancial, nunca acató a ningún gran poder político y económico, o sea no fue a golpear las puertas del FMI, como fue la primera gestión de Tabaré Vázquez, Astori y Arana que se hizo en su primer gobierno, el aspecto más siniestro sin duda del imperio que es su faz económica que hambrea al mundo. En esa misma coherencia la defensa de la soberanía de los chicos o débiles contra el desborde criminal del imperialismo yanqui y sus socios Israel, Inglaterra y demás etc. en las guerras del Golfo para quedarse con las riquezas ajenas, el petróleo. El único partido en el país que se enfrentó -manifiesto mediante- a esa barbarie, fue el blanco, por iniciativa de Larrañaga. Su gestión como senador no se cerró en una agresiva oposición sino que patrióticamente ha cooperado con ideas y defensa de perfiles y actitudes constructivas. Es notoria su gestión ante el caos y desastre en la enseñanza, hecho público y conocido, con la permanente iniciativa sobre el tema caso de las escuelas de tiempo completo, que fue el primero en plantear entre otras iniciativas. Su representante el doctor Corbo fue su real expresión. La seguridad no escapó por cierto ante la crisis que se vive, en su insistente y permanente accionar. Desde la creación de nuevas cárceles, incluso destinando la adaptación de algún antiguo cuartel para esos menesteres. También es notoria su honradez administrativa en los cargos que ocupó, dos legislaturas en la intendencia de Paysandú, avalan una conducta intachable. O sea el partido en sí, en forma general y Alianza Nacional en forma particular, me insumen la tranquilidad de no equivocarme en los hechos. La conducta de nuestra gente ha sido reconocida por el propio Mujica cuando alguno en forma muy aislada pudo ser atacado. Nunca habíamos vivido y espero que jamás vuelva a pasar, crisis como la de los casinos, donde resultó para el Frente Amplio ser las únicas casas de juego que dieron 15 millones de dólares de pérdida en el mundo. Como se sabe, los casinos nunca pierden. Y estos orientales terminaron con sus administradores presos por deshonestidades groseras y comprobadas. Cuando los blancos administramos esos mismos servicios de apuestas, dimos ganancia. Bueno es señalar que el escándalo de los delitos sobre Pluna fue por denuncia a iniciativa (senador Moreira mediante), de Alianza Nacional, que lo llevó adelante y lo consagró. Lo demás se “ataron a la cola del carro”. Hasta hoy las soluciones razonables y viables sobre ese espinoso tema, parten del senador sanducero. Tampoco podemos obviar los temas de la seguridad que desde sus principios llevó adelante Larrañaga, la denuncia permanente de crímenes, abusos y sistemas carcelarios deficientes denunciados internacionalmente, han sido otro bastión con que se puede contar en solucionar problemas de futuro. Hermanado con esto todos los problemas de la minoridad referidos a la enseñanza que ya expusimos y el tema de la recuperación del menor delincuente y las edades adecuadas al caso. Todo esto compagina un futuro plan de gobierno que los sectores del Partido Nacional siempre exponen, no para salir del paso como slogan publicitario, sino para plantearlo realmente con técnicos e idóneos que no terminen presos por irresponsables y sinvergüenzas. Podrá gustar o no los planes de Alianza Nacional, pero nadie puede cuestionar con Larrañaga a la cabeza la seriedad de sus propuestas, entre esas actitudes vuelvo a señalar el hecho de que estos planteos han sido presentados en tiempo y forma tratando de cooperar patrióticamente con un gobierno que siempre dio la espalda a la oposición. Hoy volvemos a estar en la primera línea de fuego defendiendo nuestra colectividad nacionalista, leales a los principios de Larrañaga que son los del Partido y los de la nación.

Leopoldo Amondarain
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