Sin perjuicio de mi amistad con el
senador Larrañaga es notoria mi militancia blanca de familia, a
tales efectos tengo como razón de lo dicho determinados principios
fundamentales para hacerlo. Primero la ideología, soy nacionalista
radical desde siempre y me exijo la coherencia ideológica del caso:
antiimperialismo absoluto, honradez administrativa y lealtad a los
principios, entre otros. Oribe, Aparicio, Herrera y Wilson -por citar
los más notorios- no acordaban un día con unos y al siguiente con
otros, según el interés de sus “bolsillos”, o sea le daban al
electorado y a la militancia la tranquilidad de ideas
inquebrantables. No me gusta estar en cada elección en grupos
diferentes sin perjuicio de una excepción que puede ser inevitable y
obviamente tampoco es bueno para el futuro del partido. Larrañaga me
dio siempre la tranquilidad de esa coherencia ideológica y
principista, antiimperialista, sustancial, nunca acató a ningún
gran poder político y económico, o sea no fue a golpear las puertas
del FMI, como fue la primera gestión de Tabaré Vázquez, Astori y
Arana que se hizo en su primer gobierno, el aspecto más siniestro
sin duda del imperio que es su faz económica que hambrea al mundo.
En esa misma coherencia la defensa de la soberanía de los chicos o
débiles contra el desborde criminal del imperialismo yanqui y sus
socios Israel, Inglaterra y demás etc. en las guerras del Golfo para
quedarse con las riquezas ajenas, el petróleo. El único partido en
el país que se enfrentó -manifiesto mediante- a esa barbarie, fue
el blanco, por iniciativa de Larrañaga. Su gestión como senador no
se cerró en una agresiva oposición sino que patrióticamente ha
cooperado con ideas y defensa de perfiles y actitudes constructivas.
Es notoria su gestión ante el caos y desastre en la enseñanza,
hecho público y conocido, con la permanente iniciativa sobre el tema
caso de las escuelas de tiempo completo, que fue el primero en
plantear entre otras iniciativas. Su representante el doctor Corbo
fue su real expresión. La seguridad no escapó por cierto ante la
crisis que se vive, en su insistente y permanente accionar. Desde la
creación de nuevas cárceles, incluso destinando la adaptación de
algún antiguo cuartel para esos menesteres. También es notoria su
honradez administrativa en los cargos que ocupó, dos legislaturas en
la intendencia de Paysandú, avalan una conducta intachable. O sea el
partido en sí, en forma general y Alianza Nacional en forma
particular, me insumen la tranquilidad de no equivocarme en los
hechos. La conducta de nuestra gente ha sido reconocida por el propio
Mujica cuando alguno en forma muy aislada pudo ser atacado. Nunca
habíamos vivido y espero que jamás vuelva a pasar, crisis como la
de los casinos, donde resultó para el Frente Amplio ser las únicas
casas de juego que dieron 15 millones de dólares de pérdida en el
mundo. Como se sabe, los casinos nunca pierden. Y estos orientales
terminaron con sus administradores presos por deshonestidades
groseras y comprobadas. Cuando los blancos administramos esos mismos
servicios de apuestas, dimos ganancia. Bueno es señalar que el
escándalo de los delitos sobre Pluna fue por denuncia a iniciativa
(senador Moreira mediante), de Alianza Nacional, que lo llevó
adelante y lo consagró. Lo demás se “ataron a la cola del carro”.
Hasta hoy las soluciones razonables y viables sobre ese espinoso
tema, parten del senador sanducero. Tampoco podemos obviar los temas
de la seguridad que desde sus principios llevó adelante Larrañaga,
la denuncia permanente de crímenes, abusos y sistemas carcelarios
deficientes denunciados internacionalmente, han sido otro bastión
con que se puede contar en solucionar problemas de futuro. Hermanado
con esto todos los problemas de la minoridad referidos a la enseñanza
que ya expusimos y el tema de la recuperación del menor delincuente
y las edades adecuadas al caso. Todo esto compagina un futuro plan de
gobierno que los sectores del Partido Nacional siempre exponen, no
para salir del paso como slogan publicitario, sino para plantearlo
realmente con técnicos e idóneos que no terminen presos por
irresponsables y sinvergüenzas. Podrá gustar o no los planes de
Alianza Nacional, pero nadie puede cuestionar con Larrañaga a la
cabeza la seriedad de sus propuestas, entre esas actitudes vuelvo a
señalar el hecho de que estos planteos han sido presentados en
tiempo y forma tratando de cooperar patrióticamente con un gobierno
que siempre dio la espalda a la oposición. Hoy volvemos a estar en
la primera línea de fuego defendiendo nuestra colectividad
nacionalista, leales a los principios de Larrañaga que son los del
Partido y los de la nación.
Leopoldo Amondarain
C.I. 950.556-0
Cel: 099 626 573
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