Marcan a Casal como el responsable de la caída de Bauzá, pero quien quedó en su lugar responde al vicepresidente que está enfrentado al empresario
+ Gonzalo Ferreira @gonza_ferreira
El Observador
Desde que Sebastián Bauzá renunció el lunes a la presidencia de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) empezó a correr con mucha fuerza una teoría conspirativa que involucraba al presidente de la República José Mujica, al empresario futbolístico Francisco Casal y a dirigentes de los clubes.
La teoría contó con varios elementos que la hacían verosímil, más allá de que nadie los pudo atar para comprobar efectivamente el complot. Que Casal quería que cayera para poder negociar mejor los derechos televisivos de la selección; que Mujica quitó los policías de las tribunas para generarle una crisis interna a Bauzá; que para ello intervino el presidente de la Mutual, Enrique Saravia, parando el partido de Peñarol del domingo luego de entrevistarse con Mujica en Torre Ejecutiva; que Saravia es un operador de Casal y además está vinculado en la política al presidente luego de lanzar una lista a Diputados dentro del MPP. Además, el vicepresidente de Tenfield, Nelson Gutiérrez, estuvo el mismo día de la renuncia de Bauzá en la Torre Ejecutiva, algo que alimentó las suspicacias.
Pero hay un elemento que le quita fuerza a esa teoría conspirativa. Si Casal, sus operadores en el fútbol y Mujica querían que cayera Bauzá ¿por qué no pusieron de presidente de la AUF a un hombre leal a ellos?
Lo que pasó fue todo lo contrario. El nuevo número uno de la AUF es un dirigente de extrema confianza del vicepresidente de la República, Danilo Astori. Óscar Curuchet -además del presidente de Danubio- es uno de los hombres del fútbol más cercanos al líder del Frente Líber Seregni (FLS). Astori está enfrentado de forma muy dura a Casal, al punto que el litigio de la Dirección General de Impositiva (DGI) con el empresario generó una dura crisis en el gobierno en 2013 cuando Mujica decidió terminarlo porque sus asesores le dijeron que el empresario tenía grandes chances de ganarle un juicio al Estado que rondaba los US$ 300 millones. Durante un tiempo el vicepresidente trancó ese acuerdo hasta que el presidente hizo oídos sordos a las críticas de Astori y cerró el expediente.
Curuchet, que será oficializado este miércoles como presidente de la AUF, es el primer edil de Asamblea Uruguay en Montevideo e integra la dirección del sector. Según dijeron fuentes del grupo, tiene línea directa con Astori.
Según supo El Observador, antes de aceptar la presidencia de la AUF, Curuchet realizó consultas en el astorismo, que lo respaldó. En Asamblea Uruguay evalúan que el nuevo presidente del fútbol uruguayo –que quiere quedarse incluso luego del mundial- no será funcional a Casal.
Las interrogantes estarán en si los derechos televisivos de la selección se definirán durante la gestión de Curuchet, cuánto podrá resolver durante su interinato y si logra quedarse luego del mundial de Brasil.
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