jueves, 8 de mayo de 2014

SEMBLANZA Por Oscar Bruno Cedrés SCHUBERT MACHADO, con oficio de golero.

                                           Escritor y periodista Oscar Bruno Cedrés

Son más de treinta años de golero, una vida con el uno en el puesto más difícil y criticado, y “todavía si tiras al piso te cobran penal” al decir del Canario Luna.
Schubert Machado, de familia futbolera, hijo del recordado “Lengüita” Machado, y hermano de Antonio, el “poeta del gol”.
Nació el 31 de enero del año 1981, en la zona de las viviendas de COVIRO, donde se crió y comenzó a darle a la redonda.
Alumno de la Escuela No. 7 Artigas y del Liceo Departamental No. 1.
Comenzó en el baby fútbol de Coviro, de volante, pero en un partido faltó el golero titular que era el “Cabeza” Larrosa y le pidió a su padre que era el técnico para atajar, y nunca más salió del puesto de guardameta, tenía tan solo 8 años.
Integra el seleccionado de Baby como tercer golero, pero otra vez falta el titular, y Shubert se calza los guantes y defiende el arco celeste.
Defendiendo a Coviro desde la categoría de 9 hasta la de 13, pierde un solo partido, el equipo, es justo el único que él no juega, se había ido a jugar al basket.
Tiempos que comenzaban varios que luego fueron estrellas del fútbol rochense, como el “Bochón” Rodríguez, Pablo Molina y Jonathan Puñalez.
Ahí comienza una larga carrera defendiendo el arco de varias instituciones locales y del vecino Maldonado.
Ingresa luego en el fútbol grande, en el Nacional de Rocha, en la sub 15, con su viejo como técnico. Luego los tricolores rochenses se fusionan con el equipo del balneario La Paloma y pasa a ser su técnico Pintos.
Sigue luego su actividad futbolera en los pagos fernandinos, va a buscar nuevos horizontes, a un fútbol que lo atrae y recala en el Deportivo Maldonado, institución que militaba ya en el profesionalismo. Está cuatro años, dos de ellos juegan en la divisional de ascenso, dos en la primera profesional uruguaya. Lo hace en la 5ª, la 4ta. y la 3ª. del equipo rojiverde maldonadense. Lo acompañó en esta patriada, Juan Pedro Rigiantti.
Vuelve a Rocha y defiende con 19 años la valla del primer equipo del Rampla de La Estiva, finalizando terceros en el campeonato. Los dirige Jorge Méndez, y son compañeros el “Carita” Larrosa, Heber Caro, el “Memo” Iguiní entre otros.
Al año se va a pagos carolinos, y juega una temporada en el Club Atlético San Carlos, lo hace como suplente del conocido Antonhy Herrera.
Nuevamente Rocha es su destino futbolero, y se va al club de los Tres Barrios, el Lavalleja que dirige José Luis Bitabarez, defendiéndolo durante cuatro temporadas.
Pasa al Palermo fútbol club, como suplente de César Olivera en el torneo de Clubes Nacionales de la O.F.I.
Retorna a los albiverdes de Lavalleja y es campeón. Temporada del 2008, junto a Pedro Cardoso, Ruben Techera, Jorgito Brañas, Matías Féola, Pablo Seijas, Maxi Romero, Luciano Casals, con José Luis Bitabarez y el Prof. “Pepe” Corbo.
El decano River Plate es al club que defiende en el siguiente año, siendo algunos de sus compañeros el “Chirola” Velázquez, Luis Maguregui, Luciano Casals, el “Cabeza” Herrera.
Por un par de años Shubert Machado para su actividad futbolística como jugador, y asume junto al “Pipo” Pérez y al Profe. Pablo Seijas, la conducción técnica de los equipos de Baby fútbol del Palermo.
También lo hace con la primera de los palermitanos, primero en dupla con Erley Pérez, y finaliza él solo, obteniendo el equipo de la avenida Ituzaingó el título de campeones de nuestra ciudad.
Pero el fútbol, el arco, tiran, y Shubert se vuelve a calzar los guantes de golero, lo hace defendiendo a los tricolores en la divisional “B”, torneo que pierden en dramático partido frente al decano River Plate en la serie de penales en la temporada del 2013 cuando el técnico era Héctor Méndez.
En la primera rueda del Torneo de Ascenso Profesional de la AUF del 2013, Machado es el arquero suplente de Barlocco, en el arco de la celeste rochense, rueda que nuestro equipo finaliza en los primeros lugares.
Este año vuelve al arco del Nacional con la mira puesta en la vuelta a la primera del fútbol rochense del viejo club de Don Lino E. Silvera, con la conducción técnica de Jorge Giménez, con su hermano Antonio, con Esquivel, con Ángelo Lamanna, con Fernando Caballero, entre otros.
Shubert fue el entrenador de goleros en el Rocha Fútbol Club, el año que la institución profesional celeste logra de la mano de Alberto Martínez el ascenso a la primera división del fútbol uruguayo, formando la base del equipo que luego fuera el Campeón del Torneo Apertura. Ahí Álvaro García y Oscar Lemos, los goleros del club profesional, van puliendo y aprendiendo los secretos del oficio de golero.
El propio Shubert en su carrera como golero tuvo dos entrenadores en ese difícil puesto, Héctor Tuja que había sido campeón uruguayo con Defensor de Montevideo en el año 1976, y el “Nacho” Ignacio De León que fuera golero del seleccionado uruguayo y también del Rocha fútbol club.
De su extensa actividad en el fútbol, surgen partidos, rivales, anécdotas, frustraciones, alegrías, que Shubert va recordando como al “Loco” Víctor Luján Guala y Karpo de León hoy atajando en Honduras, como sus referentes como arqueros; el “Negro” Sergio Osvaldo Recoba como el delantero más peligroso que ha enfrentado, el gol que le convirtiera Marcelo Techera el jugador de Lavalleja en un partido cuando él defendía a los ramplenses como el más paradójico de los goles que recibiera en su carrera.


Hincha de Nacional de Rocha, cuando juega como rival de su hermano Antonio, siente una doble emoción, una emoción encontrada, con alguien con el que además comparte es enorme pasión por el fútbol y los tricolores.
Su viejo, el recordado e inolvidable, “Lengüita” fue del técnico que más aprendió, el más importante en su carrera, dentro y fuera de las canchas.
También tiene un recuerdo para el fernandino Alejandro Curbelo, como un buen director técnico, que tuvo en su pasaje por pagos maldonadenses.
La pasada temporada le dejó la desazón de no poder lograr el campeonato y por consiguiente el ascenso en la final frente a River, y a su vez también le dejó el deleite a haber atajado un penal frente al Deportivo La Paloma, en un difícil partido que terminaran ganando los tricolores.
La semblanza no la podemos terminar sin que Shubert recuerde al “Ñato” Schiavo, como un gran dirigente, alma mater, que hoy lleva adelante la espinosa tarea emprendida hace unos años de hacer volver al círculo de privilegio del fútbol de Rocha a una de las más gloriosas instituciones: el Club Nacional de Fútbol.


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