domingo, 15 de junio de 2014

“El próximo gobierno va a tener que dar un giro a la izquierda”

Hay margen para elevar la presión fiscal a 35% y “administrar” el precio del dólar, dijo Carlos Viera


El economista Carlos Viera dijo que un eventual tercer gobierno frentista deberá dar “un giro a la izquierda” en materia económica para dar vuelta la torta que, a su juicio, ha beneficiado más a las clases pudientes. Para eso planteó gravar con más impuestos las ganancias “extranormales” que las grandes empresas envían al exterior además de “administrar” el precio del dólar para superar el atraso cambiario.
¿Qué evaluación hace de la situación económica uruguaya y cuánto mérito le asignaría a la conducción que desde 2005 está en manos del astorismo?
La situación económica del país es francamente mejor que la que había cuando arrancó el primer gobierno del Frente Amplio y también es mejor a la del arranque del segundo gobierno. Primera cosa que hay que señalar. Es mejor porque el nivel de vida del conjunto de los ciudadanos es más alto. Ha subido el ingreso y el empleo, ambas cosas se han dado en conjunto. La masa salarial ha sido mayor y consecuentemente con ello el consumo interno ha también aumentado. La gente de ingresos medios ha tenido una mejora también porque hay una dinamización de la economía en su conjunto que también favorece al área de servicios, el área de prestaciones profesionales, etcétera. No obstante, quiero decir que quien más ha mejorado sus ingresos a mi modo de ver las cosas es la gente de más elevado nivel económico, es decir, los ingresos y la acumulación de riqueza por el mero hecho de tener tierras, cuyo valor se multiplicó por 20. Entonces hay una mucho mayor mejora en la gente de mayores ingresos que en la de menores ingresos. Eso no se percibe porque la gente de menores ingresos se puede decir que está mejor. Entonces nadie se está quejando. Se podrían quejar de que aquellos recibieron más y ellos no tanto. Y hay una clase media alta que percibe que sus ingresos no son tan altos como podrían ser porque ha sobrecaído sobre ellos una mayor carga impositiva. La conducción económica ha sido correcta porque ha aprovechado las oportunidades que se dieron, en el juego de un país que ha zafado de los lazos tradicionales de la forma de dividir la riqueza en el mundo. Antes éramos proveedores de materias primas baratas y consumidores de manufacturados caros. Con la aparición de nuevos países protagónicos en la demanda mundial como China, India, Brasil y la misma Rusia, eso cambió y la demanda de bienes primarios de commodities ha aumentado mucho, al igual que sus precios, mientras que los  productos con más industrialización resultantes de la mayor tecnología y productividad no han subido tanto por la crisis monetaria que ha hecho bajar al dólar. Entonces, si usted me pregunta qué influyó más, la bonanza de precios o la buena conducción económica, yo le digo que las dos cosas simultáneamente. No hubiese habido las mejoras que hubo con precios altos sin una conducción económica capaz de canalizarlo hacia adentro, y no hubiera habido la mejora económica que hubo por más que la conducción hubiera sido fenomenal, si las condiciones externas hubiesen sido negativas.

Igual era más fácil jugar con la primavera de precios que hubo, ¿no? Capaz que me ponían a mí de ministro de Economía y andaba…
...yo no voy a decir eso.

¿Entonces no hay ajustes para introducir a la política económica si ha sido exitosa?
Eso no quita que algunos no opinemos que se pudieron hacer otras cosas y quizás mejores cosas. El aprovechamiento de las condiciones estuvo, pero el señalamiento franco y correcto que se puede hacer, sin que sea una crítica a nadie sino opiniones diversas, es que pudo haber habido campo para otras transformaciones en una fuerza política como el Frente Amplio, llamada a hacer transformaciones y no solamente cambios.

¿De qué transformaciones habla?
El tema de la forma que se desarrolla el sector agropecuario. La estructura productiva no ha cambiado y eso no se nota porque los precios son buenos y se produjo un derrame. Pero la estructura productiva no ha cambiado.  Es mucho mejor cambiar la estructura productiva en momentos de auge como el actual. Yo no digo en la primera etapa porque había que reconstruir en base a las condiciones favorables. Pero ahora, en el momento de auge, no se aprovechó para hacer transformaciones en la estructura productiva, y el poder económico sigue concentrado de la misma manera. Y habría que gravar más a ese poder económico para poder realizar esas transformaciones.  La presión fiscal en el Uruguay, la famosa presión fiscal que todo el mundo dice que no se puede subir porque es un problema, en países como Brasil con toda su problemática social, es de 35% del PBI y acá es del 29%. Si se quiere llegar al nivel de desarrollo de los países europeos vamos a tener que gastar más, bien, sin despilfarrar. La inversión pública tiene que ser mayor porque eso aumenta la productividad del país y le sirve a todos, a los chicos y a los grandes.

¿Cuál sería el nivel ideal de presión fiscal para usted?
Hay espacio para subir la presión fiscal por lo menos al 35% para generar transformaciones en la infraestructura productiva, que beneficia tanto a los chicos como a los grandes. Otra cosa: gastarse en estos momentos US$ 1.500 millones en incentivos a la inversión, cuando el capital en el mundo es lo que sobra, cuando hay una necesidad imperiosa de rentabilizar el capital porque las tasas de interés están en el 1% como mucho, no tengo necesidad de sacrificar US$ 1.500 millones que los estoy negando a otras cosas para dárselo a grandes transnacionales. Habría que retocar eso. El próximo gobierno de izquierda tiene que dar un giro a la izquierda y va a tener que ir por ahí.

¿Está pensando también en gravar con más impuestos a los grandes agroexportadores de soja y carne, por ejemplo?
Yo no quiero señalar con el dedo a nadie porque después se generan problemas, pero tenemos espacio para hacerlo, para transformar la estructura productiva del país. Me refiero a las ganancias extranormales que se vierten al exterior y que por tanto no se reflejan en la encuesta de hogares, ni en la medición de ingresos que se hace por el Índice de Gini. Yo me permito discrepar con el Índice de Gini porque ¿qué familia de altos ingresos me va a responder en forma fidedigna sus ingresos? Y lo que no sabe que es la traslación de ingresos al exterior. Las transferencias de las multinacionales al exterior no están registradas, pero figuran en la balanza de pagos. Entonces, nunca dejar de crecer, nunca tener inflación alta, nunca tener descontrolado el valor del dólar. Mantener los equilibrios macroeconómicos que este gobierno los ha manejado muy bien es sagrado. Lo que yo no creo es que en aras de que los equilibrios macroeconómicos funcionen, se tengan que sacrificar transformaciones.

Uno de los principales problemas que marca el empresariado es la pérdida de competitividad por el bajo precio del dólar. ¿Cree que hay algo que se pueda hacer al respecto?
Sí. La única teoría que dice que el precio del dólar debe ser fijado en función de la oferta y la demanda es la neoliberal. En Uruguay, desde el 2002 el dólar se dejó libre y por eso a mucha gente, sobre todo joven, le suena mal. Pero en muchos países del mundo se administra, sin ir más lejos acá enfrente, en Argentina. En Chile se administró toda la vida.

¿Cree que en Uruguay hay margen para administrar el precio del dólar?
Claro. Tenemos US$ 15.000 millones para defender un valor del dólar competitivo por un tiempo determinado.


Carlos Viera

Economista
68 años
Cinco hijos, Jubilado
Economista de profesión, integra la Unidad de Macroeconomía de la Comisión de Programa del Frente Amplio. Fue director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y del instituto Uruguay XXI. Militante de la Vertiente Artiguista en el Frente Amplio, se autodefine como “un servidor de a pie” al que “le picó el bicho político”

2 comentarios:

  1. Lo entrevistaste tú? Si no lo hiciste lo correcto es mencionar la fuente.

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