Juan José Pereyra Twitter@juano500
Escrito
el 5 de junio de 2014
Publicado
en el mensuario al Día
Solo
el 37% de los habilitados para votar lo hizo en las internas de
junio.
¿Cuánta
plata se gastó en esta primera campaña electoral? Recordemos que
quedan tres actos eleccionarios, dos seguros. Octubre, muy
probablemente noviembre y mayo del 2015.
El
gasto de los partidos políticos no es un tema menor. Alcanzaba con
ver la cartelería en ciudades y carreteras, los spots en radio y
televisión,los “militantes” rentados para pegar carteles o
repartir listas para hacerse una idea que el dinero que se invirtió
fue mucho. Un gran tema que habrá que abordar en algún momento es
de dónde sale ese dinero. La oposición dice que el gobierno del
Frente Amplio utiliza los recursos del Estado para publicitar “sus
logros”. Desde el oficialismo se dice que el gran poder económico
financia a los partidos tradicionales generándose compromisos hacia
esas empresas “amigas”.
En
realidad esas grandes empresas ponen en todas las canastas y un mismo
empresario o gran empresario puede estar colaborando
“democráticamente”, “igualitariamente” con todos los
partidos porque “si apoyo a todos, gane quien gane algún
compromiso habré generado”. Esto es algo que se repite desde
siempre pero nunca ha sido abordado con transparencia por los
partidos y salvo casos aislados de sectores que sí brindan la
información, la ciudadanía ignora el famoso tema de quién financia
realmente las campañas políticas.
Pero
el tema central de esta nota es otro. Surge la pregunta ¿tanto gasto
en publicidad,tanto martilleo constante para resultados tan pobres?
Reitero: la abstención fue del 63 por ciento. Dicho más claro, de
cada cien uruguayos habilitados para votar 63 se quedaron en la casa.
Sí
sabemos que la elección del 1º de junio no era obligatoria pero
también sabemos todos que ese índice de abstención es el mayor en
la historia desde que este sistema electoral está vigente.
Como
en todas las cosas, esto admite varias lecturas y entre ellas se
expresa que la gente está descreída de “los políticos”, que
“ya no cree en nada”, que la cultura política que Uruguay
siempre tuvo se ha ido perdiendo.
Puede
haber un poco de cada una de estas cosas y seguramente muchas otras.
Quiero
centrarme en una cuestión que considero debe analizarse. Cuando oigo
que a los uruguayos ya no les interesa la política o que no quieren
participar en ella miro lo que pasa cada día en las redes sociales,
especialmente en Facebook y Twitter y pienso que no es así.
Las
discusiones políticas que se dan en el mundo virtual son muy
intensas. Discusiones entre unos partidos y otros así como polémicas
muy duras entre simpatizantes de un mismo partido. Quien frecuente
“las redes” podrá constatarlo.
El
fenómeno es tan intenso que hasta aparecen claramente “operadores
políticos” los que, desde un perfil verdadero y muchas veces falso
,“dan manija” hacia uno u otro lado según qué intereses estén
defendiendo.
¿A
los uruguayos dejó de interesarles la política? Si estamos de
acuerdo con la descripción que acabo de hacer la respuesta es un
rotundo no. Está claro, muy claro, que quienes participan en esos
debates son una minoría respecto a la sociedad, pero es un fenómeno
que no se puede ignorar y tengamos en cuenta que cada vez más
personas se conectan cotidianamente a Internet.
No
es un fenómeno exclusivamente uruguayo. Es una tendencia que cada
vez gana más terreno en el mundo. La gente siente que cumple con su
cuota de militancia o participación desde su casa y tecleando en su
computadora.
¿Esto
quiere decir que los comités seguirán muchas veces casi vacíos?
¿que la gente seguirá esquivando la participación real? Creo que
eso depende en gran parte de los partidos políticos que tienen la
gran responsabilidad de enamorar
de nuevo a los votantes. ¿Cómo se logra? No lo sé, pero algo
seguro es que para el ciudadano lo más importante es lo que se
propone para que el país funcione y no la descalificación
permanente,( de nuevo, entre partidos y dentro de cada partido),y que
la gente los vea más trabajar en propuestas y no por “el lugar en
la lista”.
Uruguay
tiene una larga e importante tradición de estabilidad política,
tolerancia y respeto a la democracia al punto que cuando hay
mediciones internacionales siempre queda ubicado en los niveles más
positivos.
¿Se
refugiará la gente definitivamente en la seguridad de la casa y en
la militancia del teclado? ¿Serán capaces los partidos políticos,
todos,de lograr que la gente vuelva a sentirse parte de la res
pública?
¿La
garra charrúa será solo para el fútbol? El desafío parece estar
planteado.
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