viernes, 29 de agosto de 2014

ENTREVISTA Tabaré Vázquez en el Semanario Voces


29.08.2014

MONTEVIDEO (Uypress) — El Semanario Voces realizó una extensa entrevista al candidato a la presidencia de la República por el Frente Amplio, Dr. Tabaré Vázquez. Compartimos el texto completo de la misma.

TABARÉ VÁZQUEZ: A mí no me gusta vender la piel del oso antes de cazarlo
La llamada esperada durante más de diez años fue bien clara en su mensaje: "Los espera en su consultorio en la calle Bulevar Artigas mañana a las nueve y media, tiene una hora para ustedes".   Un torbellino de dudas, preguntas, cuestionamientos e interrogantes nos mantuvo la cabeza ocupada en la vigilia previa al encuentro.  Algo así como: ¿todo lo que quería saber de Tabaré y antes no pudo preguntar?  Llegamos puntuales a la cita, nos estaba esperando en la puerta  vestido con su túnica y comenzamos la charla. De hablar pausado, sopesando cada palabra, con razonamiento metódico, no es fácil sacarlo de su discurso, pero no rehuyó  ninguna pregunta.  Logramos robarle veinte minutos más y sin embargo nos quedó gusto a poco. A continuación la conversación completa con Tabaré Vázquez

Por Alfredo García / fotos Rodrigo López

¿Cómo viene la campaña?
Desde mi punto de vista, viene bien, y lo tendríamos que analizar desde varias vertientes. En primer lugar, si la vemos como integrantes de la fuerza política Frente Amplio, creo que viene levantando de manera significativa, no solo en cantidad de concurrentes a los actos, manifestaciones, caravanas, etc., sino también cualitativamente, se nota más entusiasmo. Si tú me permites, te diría que la máquina comenzó a andar. Desde el punto de vista de nuestro trabajo personal también, porque, más allá de algunas situaciones particulares de análisis de determinados temas políticos, hemos tenido la oportunidad de avanzar mucho en exponer las propuestas del Frente Amplio. No sé si con mucho éxito en cuanto a su traducción en los medios de comunicación. Yo escucho mucho que "no hay propuestas, no hay propuestas". Me he cansado de dar las propuestas del Frente en decenas de temas. Pero de cualquier manera creo que hemos llegado a mucha gente con la propuesta de un eventual tercer gobierno del Frente Amplio. Eso en lo personal. Y en lo general, me parece que, después de tener cinco campañas encima, esta es la quinta, se inscribe dentro de lo que pasa en cualquier campaña electoral, acá y en cualquier parte del mundo, cómo se van sustanciando hechos, situaciones, cosas inesperadas; en una campaña electoral puede suceder que uno tenga un encuentro inesperado o no deseado y surge un hecho desagradable, como puede suceder también lo inverso. Pero bueno, eso es natural en cualquier campaña política.
¿Por qué "eventual"? ¿No hay certeza de un tercer gobierno del Frente?
Y yo creo que la certeza surge cuando se cuenta el último voto. Personalmente estoy convencido que el Frente gana el tercer gobierno, pero una cosa es la convicción personal y otra es un análisis desapasionado de la situación. A mí no me gusta, como se dice vulgarmente, vender la piel del oso antes de cazarlo.
¿Esperabas que la situación fuera tan pareja o tan peleada como está ahora?
Es que yo no sé si está tan pareja.
Las encuestas marcan.
Sí, es cierto lo que tú dices, pero después de lo que pasó el 1° de junio, yo he relativizado mucho el valor de las encuestas. No de todas las encuestas, no de todos los encuestadores, pero sí de algunas. Porque, hasta el 31 de mayo, en el partido Nacional ganaba sin inconvenientes el Dr. Larrañaga, incluso se decía que tenía más del 50% y que no había que ir a la convención para elegir el candidato. Eso el 31 de mayo, y el 1° de junio sucedió todo lo contrario. Dentro del Partido Colorado, se decía que el Dr. Bordaberry ganaba con más del 80% y que el Dr. Amorín Batlle no llegaría al 10, al 12, y sin embargo fue 70 a 30. Por tanto, son muy relativas las encuestas. Yo miraba algunas encuestas que en agosto de 2009 marcaban que el Frente tenía el 45% de los votos, o de intención de voto en aquel momento, y el Partido Nacional el 38%. La realidad mostró que el Frente tuvo el 49% y el Partido Nacional el 29,5%. Entonces, creo que hay que relativizar el tema de las encuestas. ¿Por qué creo que el Frente va a ganar? Porque veo un crecimiento real, si comparamos esta tercera salida con la segunda que hice por todo el país. Noto que hay un crecimiento, como te decía al principio. Yo puedo aceptar que quizás haya una subjetividad marcada de mi parte, y aun así podría aceptar que estamos estabilizados. Ahora, que me digan que estamos bajando, me cuesta mucho creerlo.
¿Cambió el panorama, desde el punto de vista de la estrategia política, con el triunfo de Lacalle Pou en el Partido Nacional?
En lo que a mí respecta y en lo que nos habíamos planteado en el Congreso del Frente, no. Después del Congreso nosotros salimos a recorrer el país con la intención de ver de cerca cuál era la situación real del Uruguay, a fines de noviembre y principios de diciembre del año pasado. Eso lo hicimos recorriendo todo el país, todos los departamentos, hablando con los compañeros de las Departamentales, etc. Y después de ver lo que ocurrió en esa primera gira vine a Montevideo y planteé a las autoridades del Frente empezar ya la campaña electoral, porque vi que los frenteamplistas estaban, sobre todo en el Interior, en la gateras, para salir. Y los hechos me demostraron, cuando comenzamos a salir, que era así realmente. Cuando hicimos la segunda gira -ahora estamos terminando la tercera- me propuse, y lo dije en todos lados, trabajar para octubre. Yo no sabía cuáles eran los resultados del 1° de junio, pero me pareció que había que trabajar para la instancia de octubre desde el principio, y que el método de trabajo tenía que ser, quizás por deformación profesional, diagnóstico de la situación y propuestas. Y fue lo que hicimos. Tomamos primero los temas más sentidos por la población y los analizamos desde la tribuna en tres vertientes: cómo recibimos ese tema cuando llegamos al gobierno; lo que hicimos y lo que no hicimos, lo que hicimos bien y lo que hicimos mal; y la tercera vertiente, la propuesta sobre ese tema. Así trabajamos en esa segunda recorrida. Después vinieron las internas, comenzamos la tercera salida y aquí sí ya estamos de lleno, como te decía al principio, con las propuestas.
Mirando para atrás, ¿qué se hizo mal en el primer gobierno del Frente? Porque lo que se hizo bien lo sabemos. Desde tu visión, ¿qué faltó?
Hubo temas que no los pudimos terminar porque no nos dio el tiempo, cinco años es un tiempo relativamente corto para el ejercicio de una presidencia, desde mi modesto punto de vista. Por eso creo que los uruguayos tendríamos que estudiar la posibilidad de una reelección con dos períodos cortos de cuatro años cada uno, de forma tal que, si hay reelección, el presidente y su equipo tengan la oportunidad de trabajar ocho años. Creo que es muy sabio lo que pasa en Estados Unidos, que el presidente puede ser reelecto una vez y después se tiene que retirar. Y creo que la reelección por cuatro años, como tiene Brasil, sería lo correcto. Cinco años se te van de las manos. En el primer año estás trabajando con un presupuesto elaborado en el período anterior, el plan quinquenal abarca hasta el primer año del próximo gobierno. Y, si no se utiliza bien el período de transición de ese primer año, también en el segundo año es difícil poner la maquinaria en marcha. Y te quedan dos años hábiles para trabajar, porque ya después es el período electoral y vemos todo lo que pasa, y entonces quedan muchas cosas que no se terminan. En el caso nuestro, como siguió el Frente Amplio en el gobierno, muchos de esos aspectos que no pudimos terminar fueron completados con este gobierno. Ahora, ¿qué hicimos mal, en qué nos equivocamos? Por ejemplo nos equivocamos, yo lo dije públicamente, en el caso de PLUNA. Lo quiero decir en este sentido: nos equivocamos en lo que nosotros creíamos que íbamos a lograr. Dijimos: "Viene esta gente que va a poner capitales, que va a trabajar, que fue el único ofrecimiento que hubo en el tema". Queríamos rescatar a PLUNA como línea de bandera uruguaya, que siguiera funcionando, para que la conectividad que teníamos en aquel momento siguiera existiendo. Y también, no hay que perder de vista, veníamos con una desocupación y un problema económico y social muy grande en el país, y era dejar a mucha gente en la calle en un momento muy especial del país. Y entonces optamos por lo que hicimos. ¿En qué nos equivocamos? En que calculamos que iba a salir bien y salió mal. Ese fue el error. Hoy, con más experiencia, quizás pensaríamos distinta la situación, pero claro, con el diario del lunes cualquiera acierta los resultados del domingo.  Pero en aquel momento, honestamente, creíamos que ese era el camino, para rescatar esa línea aérea, la conectividad del Uruguay y los puestos de trabajo de mucha gente, apostando a que vengan actores privados que puedan manejar adecuadamente. Y bueno, se presentó esa oportunidad, que fue la que tomamos. No salió bien, y en eso fue que nos equivocamos, pensamos que iba a salir de una manera y salió de otra.
¿Algún otro tema?
Y, seguramente, debe haber varios temas. Equivocarnos, nos equivocamos todos, estamos programados genéticamente en la vida para el error, ensayo y error. Es natural. No sé, quizás cometimos muchos errores, quizás fue un error no intentar un poco más, evitar la confrontación con Argentina. Pero nos sentimos muy encerrados en momentos difíciles del país, muy difíciles realmente, que nos obligaron a tomar la decisión de habilitar el funcionamiento de la planta de Botnia en aquel momento, hoy UPM. Todos los datos que nosotros teníamos -que los pedimos desde la transición, cuando fui electo presidente- a organizaciones internacionales de control del medio ambiente, como el Instituto Noruego de Control Medioambiental, nos decían que la planta de Botnia que se instalaba en Uruguay cumplía, e iba a cumplir, con la normativa más exigente de preservación del medio ambiente. Incluso en aquel momento no había entrado la nueva reglamentación de la Unión Europea que comenzó en 2007, estamos hablando de 2004, 2005. Y en ese informe que nosotros hicimos público se decía que la planta de Botnia iba a cumplir ya con las exigencias mayores que la Unión Europea iba a tener en 2007. Nosotros demoramos la habilitación, buscando entendernos con el gobierno del Dr. Kirchner, incluso hablamos con él personalmente e incluso le propusimos, antes de habilitar la planta, elaborar y llevar adelante un laboratorio de control medioambiental integrado por científicos uruguayos y argentinos, y de connotación internacional, si él quería también, para que trabajaran juntos en un laboratorio que lo equipáramos al máximo con la tecnología de última generación. Y que, además de controlar esta planta de producción de celulosa, controlara todos los impactos medioambientales de los dos países, y ofrecerlo también al MERCOSUR. Bueno, no tuvimos éxito, y llegó un momento en que nos dimos cuenta que no encontrábamos por parte del gobierno argentino una salida dialogada al tema, era que se sacaba la planta de celulosa de ahí o se sacaba, cosa que no era posible. En ese momento, cuando el Dr. Kirchner declara que era de interés nacional el tema de Gualeguaychú, comprendimos que ya no había lugar para dialogar del tema. Y habilitamos a Botnia. Hoy, visto a la distancia, quizás hubiéramos podido intentar un tiempo más de diálogo.
No era un tema medioambiental, en el fondo, era un tema político.
Sí, creo que sí. Coincidieron muchas cosas, una de ellas es que Argentina en ese tiempo se encontraba en un clima electoral. Y eso influye. Aunque no se quiera por parte de los actores, indirectamente influye. Creo que esos fueron los errores más grandes. Con respecto a ese punto, se interpretó, quizás yo me expliqué mal, nuestro pedido de apoyo por este tema al gobierno de Estados Unidos.
Poco menos que pasabas a ser un aliado del imperialismo.
Sí, sí. Nosotros no pedimos ni que vinieran los marines ni que se instalara acá un centro operativo militar de los Estados Unidos, ni que trajeran un submarino atómico. Teníamos una debilidad de respaldo acá en la región.
Porque Brasil no se jugó.
Yo hablé con Lula personalmente este tema; Lula me atendió muy bien, por cierto, un gran compañero y amigo. Yo sé que él hizo muchos intentos, pero fueron negativos. Hubo la intermediación del rey de España, que fracasó. Y en aquel momento surgieron algunos hechos que eran preocupantes. Cuando se critica lo que yo hice, me gustaría que quienes critican también se hubieran puesto en el lugar del presidente en aquel momento. Primero, los comentarios y la agresividad que venían del lado de Gualeguaychú eran muy fuertes. Habían dicho que iba a venir alguien a atarse de una columna y que iba a volar con todo. Empezaron a hacer amenazas de cruzar el puente y hacer una manifestación, que lo hicieron, pero además decían que iban a ir a ocupar la planta de Botnia, atentando contra la soberanía del país. Se encadenaron al muelle con las lanchas. Un hecho muy grave fue que vinieron a hacer un acto en la Plaza Independencia, un acto de provocación tremendo, que hicimos todo lo posible para que no hubiera ningún conflicto. Y hubo algo que se perdió de vista con el tiempo, pero que fue muy grave, que fue que nos ocuparon el consulado en Gualeguaychú. Esto, en cualquier otra parte del mundo, es motivo de un conflicto muy serio. Entonces, lo que nosotros buscamos, porque no teníamos ya dónde buscar otro respaldo, fue que Estados Unidos, porque en la asunción de Bachelet en Chile, que yo había ido, estuvo la canciller Condoleezza Rice, y me habló del tema. Y yo le dije que a nosotros el derecho internacional nos estaba amparando. Ya había actuado el tribunal de solución de controversias del MERCOSUR, y los tres integrantes del tribunal nos habían dado la razón, que era absolutamente ilegal el corte de puentes, y uno de ellos era argentino. Estaban pasando por encima al Tratado de Asunción, del año 91, que dice que los países que integran el MERCOSUR darán libre circulación a bienes, personas y servicios. Entonces ya no nos quedaba más camino, y buscamos un respaldo a nivel internacional, en cuanto a que se dijera que teníamos buenas relaciones comerciales, diplomáticas, como las tenemos, e incluso de cooperación en algunos temas. Para no aparecer tan solos, tan aislados. Esto fue lo que hicimos, en una situación en la que, como te relataba, a veces uno olvida el contexto. Quizás fue un error, no sé, pero reitero...
¿Qué alternativas había?
 Es más, voy a agregar más datos: en el río Uruguay a un oficial de la prefectura naval uruguaya las lanchas que venían de Gualeguaychú lo agarraron y lo tiraron al agua. ¿Si le pasa algo y se ahogaba? Teníamos un problema muy serio, no era juego de niños. Había muchas situaciones de mucha tensión. Y bueno, yo creo que después de aquel hecho se empezaron a calmar las cosas, se fueron diluyendo muchos hechos; y después, con la venida del presidente Mujica, felizmente, se tomó un camino que yo apoyé desde el principio y se fue normalizando.
La relación con Argentina nunca fue fácil, históricamente. Ni siquiera para los gobiernos de otros partidos. Incluso la "política del abrazo" de Mujica tampoco funcionó demasiado.
No. Es difícil. Cuando hablamos de relacionamiento con Argentina, a mí me parece que tenemos que separar claramente dos capítulos. El primero de ellos, para mí el más importante, es el relacionamiento entre el pueblo argentino y el pueblo uruguayo. No nos olvidemos que en Argentina viven por lo menos trescientos mil uruguayos, que encontraron en Argentina lo que no encontraron en Uruguay: pudieron formar sus familias, tener hijos, darles educación, salud, alimentarlos, vestirlos, y yo realmente nunca escuché a ningún argentino que reprochara que los uruguayos estaban allá sacándoles trabajo a los argentinos. Nunca lo escuché. Por lo tanto, tengo que estar muy agradecido al pueblo argentino. De la misma manera, muchos argentinos viven acá, algunos van y vienen, otros se han instalado definitivamente, y otros han invertido mucho dinero y están funcionando acá. Ahora bien, yo tampoco veo que haya un rechazo por parte de los uruguayos a esta situación. Y no nos olvidemos lo que sucede con respecto al turismo. Me parece que esa relación que es tan buena, que es relación de vecindad pero también de pueblos hermanos, es la más importante y es la que hay que cuidar mucho y preservarla, porque es muy buena y es muy útil. Hay un segundo capítulo, que es la relación entre los gobiernos, y hay que comprender que en esa situación los dos gobiernos, cualesquiera sean, de cualquier color político, tienen que defender los intereses de sus países, que muchas veces son intereses encontrados, porque Argentina y Uruguay producimos lo mismo, comercializamos lo mismo, tenemos una situación similar. Y dentro del MERCOSUR, en lugar de avanzar por los caminos de la complementariedad productiva, hemos avanzado por el camino de la competitividad, de la competencia productiva. Esto lleva a que surjan choques, inevitablemente, y esto es histórico. Para este segundo capítulo, el camino es a través del diálogo, el respeto mutuo, el respeto al derecho internacional, a los convenios, acuerdos y normas internacionales suscritos por los dos países. Es el único camino que tenemos para avanzar.
Vamos a ver qué pasa con el siguiente gobierno, porque no se sabe quién va a ganar en Argentina.
Tuve una entrevista con Daniel Scioli, ya me confirmó que va a ser candidato por el peronismo. Ya está. Y él está muy interesado, y coincidimos, en desde ya comenzar a trabajar, con su eventual gobierno y un eventual gobierno nuestro, en preparar un protocolo de relacionamiento y una agenda de temas a analizar, para que, por el camino del diálogo y de esos protocolos, podamos relacionarnos mejor entre ambos gobiernos y tratar de encontrarles solución a las diferencias que podamos tener. Él va a venir seguramente ahora en setiembre a Montevideo, tenemos que coordinar, va a venir con su equipo de asesores, nosotros acá estaremos con el nuestro para ver si podemos acordar un protocolo y una agenda de las características que te acabo de decir. Me parece que es un hecho importante, si no llegamos a ser gobierno, de cualquier manera es un material que quizás sirva para cualquier gobierno que pueda surgir en la zona, este año en Uruguay y el año que viene en Argentina.
El 1° de marzo es el Día Cero, se está hablando.
Para mí el 1° de marzo va a ser como el día 120. ¿Por qué? Tengo dos experiencias de tiempo de transición, el de la Intendencia de Montevideo, en el año 90, y el del gobierno nacional, del año 2004. Lamentablemente, en la transición para el gobierno de la Intendencia de Montevideo no pudimos acordar con el entonces intendente Iglesias un trabajo en conjunto para avanzar en esa etapa de transición, de forma tal de prepararnos para que el 16 de febrero de 1990 pudiéramos comenzar a funcionar. Ahí comprendí el valor que tiene la etapa de transición. Ahí también se gobierna. Recuerdo que esto se lo planteé al General Seregni y que incluso hicimos una activo en el Frente donde yo planteé la importancia que el Frente tenía que darle de ahí en más al tema de la transición electoral. En el año 2004 encontramos una mucho mejor respuesta por parte del Dr. Batlle, que facilitó mucho la posibilidad de que quienes iban a ser ministros por parte de nuestro gobierno tuvieran contacto con sus ministros, y realmente hubo una actitud que nos permitió trabajar en la época de la transición, conseguir elementos que de otra forma era muy difícil conseguir, y preparar proyectos de ley, proyectos de decretos o acciones durante ese período de transición -que fue largo porque ganamos en primera vuelta, fueron cuatro meses- lo que nos permitió el 2 y 3 de marzo estar mandando proyectos de ley al Parlamento. Entonces, si llegamos a ganar, la propuesta nuestra es que, como de la misma manera que pasamos de largo el 1° de junio y seguimos trabajando el 2 y el 3, si ganamos en octubre o en noviembre, seguir de largo preparando el gobierno para que el 1° de marzo no sea el Día Cero.
¿Cuáles son los proyectos claves que se está hablando que se van a lanzar?
Hemos hablado de diez acciones que ya las estamos preparando. Lo primero es el Sistema Nacional Integrado de Cuidados, que se implementará de manera gradual y que llevará ocho o diez años en su implementación total. Tenemos claro que tiene que atender a tres sectores de la población que más lo requieren: a la primera infancia, a las personas con discapacidad de cualquier tipo y a los adultos mayores dependientes, y que el Sistema Nacional Integrado de Cuidados tiene que cortar transversalmente a todas las clases sociales. Es el Estado que se tiene que hacer responsable de controlar que las casas o el personal contratado para cuidar a los seres queridos de cada uno estén capacitados para ello. No sea cosa que, en vez de cuidarlos, como sucede muchas veces, los tengan amontonados a los viejos. 
¿Cuál es el segundo?
Profundizar el proceso de descentralización, esto inmediatamente. Para nosotros el tercer nivel de gobierno es bien importante, el ejercer el gobierno en cercanía con la población y compartiendo el poder de opinar y de decidir con la gente, en el territorio, es de capital importancia.
¿Implica darles rubro a los alcaldes?
Implica darles rubro a los alcaldes y apoyo de recursos humanos, y también de recursos materiales. Implica hablar con ellos y diagramar con ellos, por ejemplo, presupuestos participativos como hace la Intendencia de Montevideo en consulta con los vecinos. Implica trabajar con ellos coordinadamente para aterrizar adecuadamente las políticas públicas del gobierno nacional. Es la mejor manera de hacerlo, le va a dar más transparencia y le va a quitar peso burocrático a esa aplicación de las políticas públicas. Para nosotros el proceso de descentralización, que implica descentralizar recursos económicos, humanos y también materiales, es otra de las medidas que inmediatamente vamos a trabajar. Ahora se está aprobando una ley que mejora la ley de descentralización de 2009, y quizás tengamos que hacer algún ajuste.
¿El tercero?
En tercer lugar, tenemos que avanzar en lo que es el gobierno electrónico, el Uruguay está en perfectas condiciones de avanzar y ponerse en la vanguardia del mundo en gobierno electrónico, lo que va a facilitar la prestación de calidad de bienes y servicios del Estado a la población, ya sea a la población común y corriente, ya sea a las empresas nacionales o extranjeras, ya sea a cualquier tipo de actividad. Y llevar adelante una política inclusiva digital para que toda la población pueda ser partícipe. En cuarto lugar, prestarle especial atención al tema de la educación en todos sus niveles. En el tema educación creo que tenemos que, con seriedad, con responsabilidad, con los pies en la tierra, ser un poco audaces en el tema de modernizar sobre todo la educación secundaria y la educación tecnológica en el Uruguay. El fracaso de la educación secundaria en estos tiempos no es solo en Uruguay, es en la región y es en el mundo. Creo que tenemos que ir a un sistema que englobe la universalización de enseñanza primaria -que ahora la tenemos a los cuatro años, tanto para niñas como para varones, no hay que perder de vista eso, porque en otros países se universalizó para el 80% de los varones y el 20% de las niñas, y acá estamos mitad y mitad- empezando desde los tres años y que sea un ciclo completo hasta los diecisiete años. Aplicando sobre todo en la interfase que va desde primaria al ciclo básico de secundaria algunas medidas como las que ya se están llevando adelante.
¿Por ejemplo?
Fue muy efectivo en primaria, para disminuir la repetición en sexto año y el abandono, además de los estímulos en políticas sociales, la creación del maestro más maestro, maestro más maestro comunitario, maestro más maestro ceibal. Eso ayudó enormemente, es un programa que hay que seguirlo, extenderlo a primer año de ciclo básico con las tutorías, generando tutores que empiecen a trabajar sobre todo con los niños y niñas que tengan problemas de aprendizaje en el segundo semestre de sexto año, determinado por los maestros estos que acabo de decir, para personalizar la situación y apoyarlos en ese sexto año, seguirlos en las vacaciones, con los campamentos y las reuniones que se hagan en el centro educativo de enseñanza secundaria o de UTU, y acompañarlos también en el primer semestre del primer año de ese ciclo básico, con una actitud proactiva que ponga en el centro al alumno, con la disposición de llevar a los mejores maestros, a los más capacitados, con mayor experiencia, docente a los lugares más problemáticos. Ahí necesitamos a los mejores maestros.
Hoy es al revés.
Hoy es al revés, muchas veces. Remunerarlos adecuadamente. Generar también, e impulsar aún más, los centros de capacitación docente. Capacitar más a nuestros maestros y a nuestros profesores, e incluso darles oportunidad a aquellos profesores que no tienen el título de profesor todavía, que están ejerciendo y que a veces tienen una vasta experiencia como docentes. Hacer una formación curricular pos graduación, como sucede en medicina, para su capacitación y para darles los títulos correspondientes, pero buscando a la calidad de la formación profesional. Ya está en funcionamiento un sistema de la evaluación docente. Y todo esto en un contexto de mayor tiempo pedagógico.
¿Tiempo completo?
 Yo no hablaría tanto de tiempo completo sino de tiempo extendido, porque el tiempo completo implicaría tener una cantidad de docentes y maestros que no tenemos hoy, que podemos tener en un futuro con un programa de estas características que te estoy diciendo. Y tampoco tenemos capacidad locativa, no olvidemos que en muchas escuelas funciona una en la mañana y otra en la tarde; si las hacemos de tiempo completo, es muy difícil que podamos seguir manteniendo algo que sí lograron los gobiernos del Frente, que fue disminuir el número de alumnos por maestro, que la UNESCO lo ha reconocido. Hoy tenemos un número aceptable de alumnos por maestro, teníamos no sé si casi el doble pero un número muy alto. Pero el tiempo extendido permitiría ir avanzando gradualmente sí hacia el tiempo completo, con la generación de una inversión muy importante, que no se puede hacer de una sola vez o en un solo periodo de gobierno, en levantar nuevos edificios de enseñanza para un sistema de estas características, que mucho se ha hecho, porque ya hay fondos destinados en la educación pública para hacer edificios nuevos y para reparar los viejos edificios que no habían tenido ningún mantenimiento durante décadas, era todo un desastre. Así que la meta sería lograr que el 100% de los niños y las niñas cumplieran el ciclo básico, que el 100% de los niños, niñas y adolescentes hasta los diecisiete años estuvieran en el sistema educativo, y que del ciclo secundario egresara por lo menos un 75% de los estudiantes. Esto a grandes pinceladas en el cuarto punto que te planteaba, que era la educación.
¿Tu referencia en educación es Fernando Filgueira?
Es uno de los compañeros que está trabajando en estos temas. Es todo un equipo, y es también la posición del Frente Amplio en su conjunto. El quinto punto se dirigiría a tratar de solucionar el problema de miles de familias que viven en viviendas que no cumplen los requisitos básicos. Yo no tengo con precisión el cálculo, pero son más de treinta mil familias, y creemos que el Uruguay está en condiciones de producir un schock  habitacional e invertir en vivienda para estos sectores más humildes, más pobres.
El Plan Juntos no funcionó demasiado.
No, pero en algunos casos fue una solución interesante.
Pero no fue masivo.
Creo que hay que impulsarlo con más fuerza y tomarlo con más fuerza a nivel institucional, más que por impulsos personales, por la Agencia Nacional de Vivienda y por el Ministerio de Vivienda.
Instrumentos, desde el punto de vista institucional, tenemos un montón.
Hay que dotarlos de recursos económicos. Y también tener en cuenta que no lo vamos a solucionar de la noche a la mañana; si decimos lo contrario, le vamos a estar mintiendo a la gente. El sexto punto sería una acción muy fuerte, continuando la que se viene desarrollando, en el tema de convivencia ciudadana pacífica y de seguridad pública. Creo que en este sentido se está trabajando bien por parte del ministro del Interior, dotando a la policía de los elementos adecuados, tanto sea en armamento como para la defensa personal, en capacitación de la policía, en impulsar la policía comunitaria, en un rescate del viejo guardia civil en contacto con la gente y las familias, el usar la tecnología tanto de los patrulleros como de las cámaras de vigilancia, en la información electrónica inmediata para poder determinar si una persona es o no un delincuente buscado. Ser muy duros con el delito, tremendamente duros, pero también tremendamente duros con las causas que llevan al delito, porque de nada vale que combatamos fuertemente el delito, si dejamos que los problemas sociales lleven a la sociedad a la delincuencia; la capacitación profesional de los policías; también, el control de los policías.
Se ha hecho mucho en ese aspecto en este gobierno.
Mucho, y se va a seguir esa línea.
¿Se mantienen el ministro y el subsecretario?
Mi idea es mantenerlos.
¿Ahí no hay implicancias familiares?
Se puede pensar así, y ya se ha pensado y se ha dicho. Pero creo que los hechos han demostrado que Jorge Vázquez está más que capacitado como para ocupar esta tarea y la que ocupó en el primer gobierno. No hubo implicancia. Yo lo conozco muy bien y sabía lo que podía dar, y los hechos lo han demostrado, desde mi punto de vista.
Además tuvo independencia en su función con respecto a la presidencia.
Total, como debe ser. Como tuvieron todos los otros compañeros. La lucha frontal contra el narcotráfico y la pasta base.
Guarteche fue un gran hallazgo, en eso.
Sí, también. Y después políticas vinculadas a la rehabilitación del delincuente, políticas carcelarias, laborales, educativas, de prevención y de represión, que tienen que estar conjugadas para luchar contra todo esto. Esto no es exclusivo trabajo del Ministerio del Interior, es un trabajo que abarca distintos ministerios y distintas disciplinas. No podemos poner toda la responsabilidad de este tema en el Ministerio del Interior, acá también hay que llevar adelante políticas públicas, de educación, salud, vivienda adecuada, en fin, es un conjunto de políticas que van a contribuir a mejorar. Eso era el sexto. El séptimo, pienso que tenemos que avanzar en el tema de infraestructura. Si el Uruguay quiere seguir creciendo y llegar a un estado de desarrollo humano adecuado, tiene que prepararse para recibir más inversiones en el sector productivo, que generen más puestos de trabajo dignos, decentes, apostando más a agregar valor a las cadenas de producción; es decir, exportar menos materia prima y más trabajo de los uruguayos, impulsando la industria. Y en ese sentido tenemos que mejorar mucha infraestructura, por ejemplo, la vial, los puertos, por ejemplo, que lo estamos logrando, la energética. Ninguna sociedad crece si no tiene energía. Cuando llegamos al gobierno, importábamos petróleo para producir energía, rezábamos a los cielos para que lloviera para la energía hidroeléctrica, hoy tenemos energías alternativas renovables y exportamos energía.
Sin la regasificadora todavía.
Sin la regasificadora y sin el petróleo y el gas que eventualmente puede existir. Así que es promisorio en ese sentido. La infraestructura estaría en séptimo lugar.
Hay un debe grande en ese aspecto, a nivel vial se ha hecho muy poco estos años.
Sí, hay que invertir mucho en el mantenimiento de carreteras. Por ejemplo, la circunvalación de Montevideo ha sido muy importante, y se han reparado carreteras, pero así como se reparan, se rompen por el uso de los camiones con carga muy grande. Tenemos que hablar también del ferrocarril de carga.

 

ENTREVISTA

Tabaré Váquez en el Semanario Voces (Segunda Parte)

29.08.2014

MONTEVIDEO (Uypress) — El Semanario Voces realizó una extensa entrevista al candidato a la presidencia de la República por el Frente Amplio, Dr. Tabaré Vázquez. (Segunda Parte).


¿Es viable el ferrocarril?
Ah, yo creo que sí. No solo viable sino necesario. En otros países desarrollados el ferrocarril juega un rol importantísimo. Estamos hablando de un transporte de carga fundamentalmente multimodal: ferrocarril, transporte carretero, transporte vial; el transporte fluvial, que precisa el trabajo de los dragados de los canales, no solo el Martín García sino el canal del río Uruguay hasta Fray Bentos, Paysandú e, incluso, Salto. Ahí el Estado no está en condiciones de invertir, ahí tenemos que trabajar con inversión privada, y tenemos herramientas, como la Ley de Inversiones, el PPP.
¿El puerto de aguas profundas se incluye en esto?
Sí. Un sistema nacional de puertos: el puerto de Montevideo, el puerto de Nueva Palmira, el puerto de Fray Bentos, el de Paysandú, etc., juegan un rol importantísimo. Tenemos que hablar de un sistema, no de competencia entre nuestros propios puertos, sino de un sistema. Y el puerto de aguas profundas, desde mi punto de vista, y desde el punto de vista estratégico, es de fundamental importancia hacia el futuro de un país desarrollado. El puerto de aguas profundas y la regasificadora son elementos fundamentales.
¿No está muy relacionado con el tema de la megaminería el puerto de aguas profundas?

Puede estarlo. Aún sin el tema de la megaminería, yo creo que tenemos que avanzar en el puerto de aguas profundas. Pero para que un puerto de estas características funcione, tiene que tener sus clientes, y la megaminería estaría aportando elementos muy importantes para consolidar la puesta en marcha del inicio de las obras para el puerto de aguas profundas.
¿El proyecto Aratirí sale?
No podría opinar en ese punto, no tengo referencias. No sé en qué etapa está en este momento.
El hierro es un objetivo, más allá de la empresa.
Sí, es un objetivo, como lo es en Bolivia, como es el cobre en Chile, con los cuidados medioambientales que hay que tener y con la conciencia clara de que son elementos no renovables, son riquezas no renovables, entonces hay que actuar con mucha prudencia en esas dos dimensiones: cuidado medioambiental y no dilapidación de recursos muy importantes que necesitamos para crecer pero que no podemos dilapidar. Hay que trabajar con mucha seriedad esos temas.
¿Quién es el equipo tuyo en infraestructura?
Bueno, ahí están trabajando Víctor Rossi y algunos otros compañeros, pero yo preferiría no hablar de nombres, para que no se piense en un gabinete en las sombras.
¿No existe un gabinete en las sombras?
No, no existe. Es lo primero que yo destaqué al equipo que me está ayudando, y cada uno participa desde un punto de vista personal, no como representantes de un grupo político. Es el aporte personal de sus conocimientos a un proyecto. Bueno, tengo que hablar del octavo.
Es metódico, ¿eh?
Sí, método, científico. Un sistema nacional de competitividad. Un Premio Nobel de Economía dijo que para los países la competitividad a corto plazo es muy importante y en el largo plazo es todo. Nosotros tenemos que mejorar la calidad de nuestros productos de exportación, tenemos que competir con un mundo muy competitivo, tenemos que mejorar la calidad de la competencia -la competitividad- y tenemos herramientas para hacerlo; por ejemplo, en la innovación y la investigación científica, la ciencia, la tecnología. Voy a dar un ejemplo: el sistema de trazabilidad de ganado nos ha colocado en la vanguardia del mundo, y hemos obtenido nichos de mercado que quieren carne de calidad, que la pagan a muy buen precio pero que son muy exigentes. Y ahí la ciencia y la tecnología nos ayudaron enormemente para mejorar nuestra competitividad: la competitividad no fue bajar el precio sino mejorar la calidad. Tenemos que desterrar de la cabeza la idea de que la única manera de ganar en competitividad es devaluar la moneda, hay otros elementos, entre ellos la innovación, la ciencia y la tecnología. Mejorando la calidad de nuestros productos, agregando valor de conocimiento y de inteligencia. Tienen que participar los públicos y los privados, y AGESIC tiene que jugar un rol mucho más importante que el que jugó hasta el momento, y hacer que el sector privado se apropie de los avances científicos y tecnológicos que tiene el país y que realmente los aplique a sus cadenas de producción. Noveno: la política económica, porque para política social, para energía, para esto y para lo otro...
Política económica. ¿Se mantiene el rumbo?
Se mantiene el rumbo.
Teniendo a Polgar, Oddone, Álvaro García, Vergara, un montón de gente que son casi discípulos directos de Astori, ¿es necesario que Danilo ocupe el Ministerio?
Ah, yo creo que sí.
¿Por qué?
Porque es su maestro, y porque tiene su equipo, y porque no va a trabajar solo, sino que va a trabajar con su equipo. Porque él ha orientado muy bien la economía del país, pero ha orientado muy bien a su equipo, que fueron discípulos de él. Y porque dejar a Danilo de lado, en cualquier tema, pero sobre todo en el económico, es desperdiciar uno de los talentos más grandes que yo he conocido en temas económicos. Por lo tanto, el país no se puede dar el lujo, y menos en un gobierno del Frente, un gobierno de izquierda, de no tener a Danilo. Bueno, la política económica es: continuidad de la política macroeconómica, una política económica muy cuidadosa; el manejo correcto de la deuda externa uruguaya, que fue muy bien manejada; el trabajar mucho el tema de la inflación, la meta que nos hemos puesto, consultando a Danilo, es entre un 3 y un 7% de inflación en el filo de dieciocho meses; apostar fuerte a la innovación y al conocimiento, como lo acabo de decir; trabajar sobre la materia impositiva tratando de bajar la carga impositiva a la población a través de bajar los impuestos indirectos, a medida que mejore la recaudación, esto ya lo decíamos en 2004; generalizar el pago del impuesto a primaria, con las exenciones que hoy existen, hay sectores de la población muy humildes que no pagan el impuesto a primaria, en el sector rural a los emprendimientos familiares pequeños tampoco se les puede pedir que paguen, pero sí a los grandes tenedores de tierras, que cumplan, como cumplimos todos los uruguayos, en el pago de los impuestos; y también quitarles la carga impositiva a los trabajadores cuando cobran el salario vacacional o el aguinaldo y se pasan de franja, no nos olvidemos que hoy la franja de los trabajadores que ganan menos de 26.000 pesos no pagan impuesto a la renta, y si estuvieran con el impuesto a los salarios de antes pagaban desde los 5.000 pesos, sueldos y jubilaciones. El décimo punto es un plan nacional de cultura democrática y humanista.
Suena muy lindo. ¿Qué es?
Esto involucra a todos los sectores de la sociedad. ¿Qué desarrollo queremos? Puedo decirle el desarrollo de la infraestructura, otro el de la energía, o el económico. Pero nosotros queremos un desarrollo humano, es decir, que todos juntos avancemos en lograr condiciones de vida digna para todos los ciudadanos. Y para lograr eso nos tenemos que basar en valores y principios, valores democráticos y valores humanistas; por ejemplo, defender la libertad en todas sus formas: libertad de pensamiento, libertad de expresión, libertad de asociación, dentro siempre de la Constitución y las leyes; la igualdad de oportunidades, no el igualitarismo, sino la igualdad de oportunidades; la justicia social, crecimiento económico con justicia social; los derechos humanos, tanto civiles como políticos; la jerarquización y la alfabetización del trabajo, tener el empleo no solo como un elemento de ingresos económicos para el hogar, sino como una tarea social de dignificación y de ganar en autoestima, el valor real del trabajo, el respeto por el trabajo. En fin, podríamos hablar de otros valores. Esto llevaría también a que buscáramos, a través de la recuperación de espacios físicos urbanos, o no, una convivencia pacífica y que pudiéramos luchar mejor todos juntos, organizaciones no gubernamentales, religiosas, filosóficas, deportivas, culturales, artísticas, científicas, el Estado, los empresarios, los trabajadores. Recuperar estos valores en toda su intensidad, que se ha perdido, y proyectarlos hacia las nuevas generaciones. Me parece que estas diez acciones que tenemos pensadas, y que si llegamos las vamos a aplicar desde el primer día -porque ya las estamos trabajando-, sentarían no los cimientos de las reformas estructurales que llevamos adelante, porque ya están, sino los pilares que nos permitirán levantar las paredes de un país mucho más justo, fraterno, solidario.
¿Cuánto pesa en tu pensamiento el cristianismo y la masonería?
Yo soy laico, creo en la laicidad. No en el laicismo. La laicidad, para mí, es darles a todas las personas la oportunidad de recibir todos los conocimientos y todas las herramientas para que las puedan usar para interpretar la realidad y para buscar su perfeccionamiento personal. Ahí está la laicidad, cada uno es libre, en esa hermosa aventura humana que es buscar la libertad, de elegir el camino que le parezca. Entonces, el cristianismo, la masonería, el marxismo, pensamientos independientes, el batllismo, el herrerismo, son todos elementos, herramientas que nos ayudan a interpretar la realidad. Yo, modestamente, en la medida de mis posibilidades, he tratado de utilizar todos esos elementos y herramientas. La realidad es una sola, no hay dos, la podemos ver de aquí o de allá, pero es una sola. Lo que es difícil es interpretarla. Yo he hecho un esfuerzo personal para, con todas estas herramientas, tratar de interpretarla lo mejor posible. No estoy en condiciones de decir si conozco la realidad totalmente, creo que no, pero me he basado en todo estos elementos.
Hipotéticamente, no se logra mayoría parlamentaria. ¿Con quién se hacen grandes acuerdos?
Con mayoría parlamentaria o sin mayoría parlamentaria, el camino es el diálogo político. Por más que elaboremos la mejor ley con los mejores juristas, o un decreto presidencial con los mejores técnicos, si no se logran acuerdos políticos y sociales, esa ley o ese decreto van al fracaso. Así que el camino de la política para mí es el camino del diálogo, de buscar acuerdos y entendimiento, con o sin mayorías parlamentarias. Ese es el camino que tenemos por delante.
¿Hay más posibilidades con el Partido Colorado o con el Partido Nacional?
Yo creo que...
Porque estás sumando batllistas últimamente.
Que van a venir más.
Es un anuncio interesante, ¿hay nombres ya?
Alguno hay, pero no lo voy a dar todavía porque no estoy autorizado. Pero quiero decirte esto: en la vida, en la biología, las rigideces son símbolo y riesgo de fragilidad. Si nuestros huesos no fueran flexibles -nosotros conocemos el hueso de cadáver, que es rígido, y el hueso vivo es flexible-, si no existe la flexibilidad, terminan en fractura. Y las fracturas no son buenas, ni para las personas ni para la sociedad. Creo que es poner una rigidez en el pensamiento decir que yo puedo acordar con los batllistas, con los wilsonistas, con el Partido Independiente. Creo que tenemos que buscar caminos de entendimiento total, por eso, y como corolario de lo que te acabo de decir, estamos dispuestos a llevar un gran diálogo social inmediatamente de instalado un tercer gobierno del Frente Amplio. Diálogo social y económico con todos los actores, para ver si en conjunto podemos diseñar, con una visión estratégica, por lo menos por cinco o diez años, el camino en lo económico y el camino en lo social dentro del programa de gobierno que, si llegamos al gobierno, pasa a ser un compromiso con la sociedad.
Sos consciente de que el Frente Amplio de hoy no es el mismo de 2004.
No es el mismo, ni el país, ni la región, ni el mundo.
Es más difícil de lidiar con el Frente hoy que en 2004.
Pero, sin embargo, en esta campaña electoral tenemos una fórmula con unidad, de unidad.
¿Sendic era el candidato que querías?
Sí...
Porque se habló de mucho tiempo antes.
Todos los candidatos que estaban propuestos eran buenos. Pero tenemos una fórmula de unidad...
Con que todos los candidatos propuestos eran buenos, no me respondés. ¿Era Sendic el candidato que querías?
Era uno de los que quería, sí, cómo no. Y la verdad que me siento muy satisfecho en cómo venimos trabajando, nos entendemos muy bien. Es la fórmula de la unidad y es la fórmula en unidad, porque trabajamos juntos, nos sentimos bien, nos complementamos, lo hacemos con comodidad, tenemos un programa único, no tenemos divergencias. Y es la fórmula de la unidad del Frente Amplio, porque creo que está demostrando que en este momento esa fórmula de unidad, es la fórmula de la unidad que hoy hay en el Frente Amplio. Y esto es una ventaja comparativa enorme con los otros partidos políticos. Los otros partidos políticos no pueden conjugar lo mismo que yo estoy conjugando en este momento.
¿Vas a hacer pesar la idoneidad para los cargos?
Sin duda.
De entes, ministerios y todas las jerarquias
Sin duda.
Porque eso se dejó un poco de lado.
Sin duda. Sin duda. Trataremos de buscar los mejores para ocupar...
Incluso pensando en otros partidos.
Incluso pensando en otros partidos. Ya lo hicimos. Tuve un ministro de Industria que no era del Frente Amplio.
Pero fue muy cercano después.
Sí, bueno, después.
Eso es una cooptación.
Pero al principio fue muy discutido en el Frente Amplio.
No, está bien. Y nadie lo conocía desde el punto de vista de su historia política. Ahora, ¿se puede esperar un Tabaré diferente al del primer gobierno, mucho más dialoguista?
Y con más experiencia.
Yo creo que la experiencia en este caso es buena.
Ah, yo creo que siempre es buena. Siempre es buena. Hay que adornarla o respaldarla con otros elementos. Pero yo intenté ser dialoguista durante el primer gobierno, no nos olvidemos que cuando terminé el gobierno tenía una aceptación popular muy alta, eso se logró a través de caminos de diálogo y de entendimiento. Acordamos lo que pudimos, y lo que no pudimos, no acordamos, pero bueno, esas son las reglas del juego de la democracia.
Algunos somos muy críticos con respecto a que la fuerza política se desmanteló mucho durante el primer gobierno.
Cierto.
Cooptaste los dirigentes máximos y la fuerza política quedó ahí, medio como un apéndice.
Cierto, es cierto. La explicación es que era el primer gobierno de la izquierda en la historia del país. Ese gobierno necesitaba el máximo de respaldo político, y el máximo de conocimiento en los distintos temas. Si analizamos retrospectivamente, Mujica manejó el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, que él dominaba. Gargano ocupó el Ministerio de Relaciones Exteriores después de haber sido años presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales. Marita Muñoz había sido directora de Salud en la Intendencia Municipal de Montevideo. Marina Arismendi hizo una labor formidable junto a Ana Olivera creando el Ministerio de Desarrollo Social. El Toto Rossi había trabajado en Obras Públicas de la Intendencia Municipal de Montevideo. Es decir, tratamos de buscar dirigentes políticos que también tuvieran conocimientos. Y eso fue en la primera etapa del gobierno, porque yo lo anuncié en el período de transición. Primero que nada, respaldo político, y en la segunda mitad del gobierno, político y técnico, y ahí ingresaron muchos jóvenes: Álvaro García, en lugar de Danilo Astori; Bayardi, en lugar de Azucena Berruti, y mujeres.
¿Va a haber mujeres en el gabinete?
Va a haber, claro que va a haber.
Porque hubo un retroceso en ese aspecto.
Claro que va a haber mujeres. No te olvides que la primera ministra mujer fue nuestra, en Defensa, en Salud Pública, en Educación y Cultura, en Desarrollo Social.
Y en el Interior, en todos lados.
En el interior, y la subsecretaria, Belela Herrera, en Relaciones Exteriores. Nosotros vamos a propender a la igualdad de género, dentro de lo posible. De repente son ocho hombres y cuatro mujeres, de repente son ocho mujeres y cuatro hombres. Pero creo que, más allá del género, los más capacitados.
La Intendencia en veinticinco años no ha logrado funcionar del todo. ¿No es un espejo para mirar el gobierno nacional, para no cometer los mismos errores?
Sí, hay que estar evaluando siempre los errores y la experiencia que se tiene, positiva o negativa. Creo que la Intendencia de Montevideo ha hecho muchas cosas, ha cambiado la ciudad, pero sería muy largo el tema y no me da el tiempo ya, perdoname.
La última. ¿Por qué esa negativa acérrima a debatir? ¿Qué es?
Creo que en este país nadie debatió más que yo. Quizás el Dr. Batlle. Yo debatí, cuando fui candidato a la Intendencia de Montevideo, con Lucio Cáceres, con Carlos Cat y con el Cr. Samuel Lichtensztejn. Tres valores. Después debatí con el ex presidente Julio María Sanguinetti, debatí con el Dr. Ramírez, debatí con el Dr. Volonté y debatí con el Dr. Saldain sobre seguridad social. Creo saber bien lo que es un debate. Creo que los debates se transforman en un show mediático, que aportan no mucho al conocimiento general. Puede aportar mucho más al conocimiento del programa el contacto directo con la gente, que es lo que ha hecho el Frente Amplio permanentemente y es lo que estamos haciendo ahora. Mientras yo pueda desplazarme, hablar con la gente, mirarlos a la cara, conversar, dialogar, que me pregunten, que me reprochen, que me aplaudan -al Frente Amplio estoy hablando-, yo no veo la necesidad de hacer un debate. No lo veo. Creo que el debate lo tenemos que hacer los candidatos con la propia gente, ahí, en la cancha.
¿No es temor? Porque es lo que dicen: "Tiene miedo a debatir".
Tú viste con quién te acabo de decir que he debatido, y con mucha menos experiencia de la que tengo ahora. Y tenemos ahora un excelente programa, tengo una experiencia de haber sido intendente de Montevideo, y después de haber sido intendente de Montevideo, de haber sido presidente de la República. Tengo la experiencia de haber sido presidente del Encuentro Progresista y ocho años presidente del Frente.
¿Valía la pena volver a ser candidato con todo eso, de ya ser un personaje en la historia, con un gran nivel de aprobación, meterse en este berrodo de vuelta?
Antes de decidirme, hablé con mucha gente, con mi familia en primer lugar, con mi esposa, mis hijos, mis nietos; amigos, compañeros. Hablé también con mi hermano, con quien tenemos, además de la hermandad, una gran amistad, y le pregunté cuál era la opinión de él, que para mí valía mucho. Me dio primero todo lo objetivo y después lo subjetivo. No voy a decir la opinión de él sobre lo que tenía que hacer, pero sí lo que me dijo después: "Va a pasar lo siguiente: si aceptás la candidatura, te vas a arrepentir más de una vez, si no la aceptás, te vas a arrepentir más de una vez". Y tenía razón, porque ahora que acepté, más de una vez me arrepiento, pero también pienso que si no la hubiera aceptado, quizás, más de una vez me hubiera tenido que arrepentir. Hay momentos en la vida en que uno no tiene muchas chances de elegir. Y bueno, fue la opción que tomé.
¿Vas a seguir con la medicina?
No.
¿Te retirás?
Sí.
¿Esta vez es presidencia solo?
Solo. Ahí tenés una primicia. Nadie me lo ha preguntado.
Y de salud sé que estás bien, las tomografías te han dado perfecto.
La tomografía, el PCA, nunca se le pidió a ningún candidato que presentara un informe de salud. Yo lo di. Me hubiera gustado que los otros candidatos lo presentaran. Yo tengo las tomografías, las resonancias, todos los estudios que me he hecho. La única internación que tuve fue cuando me operaron del apéndice en el año 62. Nunca más estuve internado, nunca más tuve problemas de salud, gracias a Dios, que también es un elemento que me ayuda a interpretar la realidad, como el marxismo etc., etc. He gozado hasta ahora de buena salud, me siento bien; si no, no hubiera aceptado este desafío. La prueba está en que estoy terminando la tercera recorrida por todo el país en seis meses, yendo a los pueblos, caminando, estando con la gente, trabajando en el programa, viniendo a trabajar acá. Creo que me siento bien. Creo no, me siento bien. Y estoy bien. Por lo menos los médicos que me atienden, mis colegas, dicen que estoy completamente apto.
¿Qué papel va a jugar Constanza en el próximo gobierno?
Constanza creo que va a jugar un papel muy importante, como todos los compañeros y compañeras. Veremos cuál es su destino político, todavía no lo sé, quizás en las próximas elecciones se determine qué lugar va a ocupar Constanza, pero creo que ella está aspirando a un cargo legislativo.
¿Volverías a usar el veto como presidente?
No sé. No sé. Es una situación extrema, es muy difícil para un presidente vetar. Muy difícil. Es un hecho excepcional que cuesta mucho tomar. Es una herramienta constitucional.
¿Tenés pensado algún equipo asesor de comunicación?
No, por el momento no. Pero de repente recurro a los amigos para que me asesoren.
¿Cómo va a ser la comunicación de Tabaré presidente? ¿A través de qué?
A través de la gente que tenga que hablar. Yo soy de hablar poco, hoy hablé demasiado, mucho.
Diez años me costó.
Aprendí lo de Mitterrand: "Cuando habla Mitterrand, habla Francia", por tanto yo hablo poco.

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