domingo, 25 de junio de 2017

EN UNA NAVE DE MADERA Por Sebastián López Silva


Julio Cesar Guianze nació en Montevideo, pero vivía en Buenos Aires. Es periodista, especialista en comunicación política y trabajaba como agente de prensa y ghostwriter. Llevaba una vida laboral intensa.
Una mañana, mientras se afeitaba, Guianze encontró que tenía un bulto en el cuello, al lado de la nuez. Sorprendido por la novedad, fue directo al médico. Tumor.
Ese día, y la frase aunque muy trillada no por eso deja de ser precisa, su vida cambió o, mejor dicho: empezó a cambiar.
Lo operaron. Los resultados indicaron finalmente que el tumor era benigno.
“Pero para mí fue una campanada. – dice Guianze -Empezaron a sonar las alarmas. La vida es inmanejable y me di cuenta recién en ese momento. Y podía no darme la oportunidad de hacer realmente lo que realmente quería…”.
¿Y qué quería?
“Quería escribir.”
En el año 2011 dejó Buenos Aires con su familia y se estableció en La Pedrera, Uruguay, donde vive actualmente. En el fondo del jardín de su casa hizo construir una micro-cabaña.
“Tiene las dimensiones de un ascensor de hospital. Mide apenas 2 metros de largo por un metro y medio de ancho. Usé como modelo la microcabaña que utilizaba George Bernard Shaw. Leonardo da Vinci decía que “las pequeñas habitaciones y refugios disciplinan la mente, mientras las grandes la debilitan” – dice, con una sonrisa.
En esa especie de nave adherida al suelo, Guianze se dedica a escribir. Y de ese refugio de su vida nueva salió una novela aun inédita, Hitachi, y este libro que contiene 30 relatos, Menú de Guerra, que acaba de publicar Irrupciones Grupo Editor y que prologa Eugenia Viña. Allí, Viña señala que “la guerra que libra Guianze en sus cuentos es permanente y tiñe todos los ámbitos de la vida: ternura y violencia en la infancia, en las relaciones de pareja, con el sexo y con uno mismo. No es un guerra orientada al afuera, aunque lo incluye. Es esa que empieza por casa, por uno mismo, que cada personaje vive y asume sin adjudicar las miserias, y las virtudes propias, al mundo.”
“La escritura de Guianze tiene cuerpo: respira, transpira, aguanta, observa, ama. Hay un erotismo latente en cada escena, donde anida en un mundo que oscila, como un pequeño péndulo pesado e inevitable, entre la perversión y el juego, lo perdido y los pequeños tesoros personales desde donde seguimos.” Viña señala además que Menú de guerra es un libro político, pero contado desde el otro lado. “El uso de la primera persona y del tiempo presente, las manchas de la infancia, los fracasos que ya no son disimulables, nos regalan la posibilidad de empatía con cada uno de los personajes, a través de un yo que se instala valiente y desprejuiciado en todos los cuentos.”
Menú de Guerra ya está a la venta en librerías de Montevideo y el viernes 28 de julio se presentará en Buenos Aires, en la Fundación Tomás Eloy Martínez.


 Sebastian Lopez Silva - Comunicación/Prensa/RRSS

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