martes, 1 de mayo de 2018

LA FERIA DEL LIBRO.DESDE BUENOS AIRES ESCRIBE RODRIGO TISNÉS




Diario de Feria: jueves 26
El pasado jueves 26 quedó formalmente inaugurada la 44ª edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, organizada por la Fundación el Libro y desarrollada en el predio de La Rural.
Si bien es cierto que la industria editorial argentina pasa por un momento de crisis, que no escapa a la tendencia general de la economía; por otro lado, esta feria sigue siendo una de las más prestigiosas en el mundo, de las dos o tres más importantes en español, y la más relevante de entre todas las que se llevan a cabo al sur del Ecuador.
El año pasado, más de 1.200.000 de personas la visitaron a lo largo de las dos semanas que duró. Más de 1.500 expositores entre editoriales y librerías, más de 40 países presentes, 14 provincias y más de 1.500 actos culturales entre charlas, presentaciones de libros, actuaciones, performances, debates, y encuentros.
En suma: son cifras que ayudan a visualizar la magnitud de este encuentro, que es tanto la celebración y promoción de la industria del libro y de los escritores, como un hecho sociológico y político en torno a la cultura del libro.
Por si quedara duda de que es un hecho político, es bueno recordar lo sucedido durante la ceremonia de apertura. Luego de que hablaran el Presidente de la Fundación el Libro, Martín Gremmelspacher, y el Director de Artes y Ciencias de la Intendencia de Montevideo -Juan Canessa– en representación de la que este año es la Ciudad Invitada de Honor; en el momento mismo en que se disponía a hablar Enrique Avogrado, Ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, fue interrumpido por una masiva y ruidosa protesta de estudiantes y docentes de carreras de profesorado de la Ciudad de Buenos Aires, que reclamaban el retiro de una ley que crea la UNICABA, eliminando esos profesorados.
La situación se prolongó durante varios minutos, en los que se bajó del escenario el Ministro de Educación de la Ciudad, y Gremmelspacher, nuevamente arriba del escenario y a través del micrófono, solicitaba a los manifestantes -de manera infructuosa- que permitieran continuar el desarrollo de la actividad protocolar.
Fue imposible. Tuvo que subir al escenario la escritora Claudia Piñeiro, quien iba a cerrar la parte oratoria, y aún a ella le costó hacerse oír. Fue una pena que un discurso lúcido y potente como el de Piñeiro haya quedado deslucido y pasado a un segundo plano, que no se merecía.
Luego que ella bajó, los manifestantes volvieron a hacerse sentir, por lo que finalmente resultó imposible que Avogrado, y el Ministro de Cultura de la Nación, Alejandro Avelluto, realizaran sus oratorias.
El acto protocolar del corte de cinta quedó reducido a una mera anécdota, totalmente menor, luego de todo lo sucedido, y dio la impresión de que fue llevada a cabo porque tenía que hacerse.


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