miércoles, 19 de junio de 2013

BAJA VISIÓN no es ver poco! Es una grave enfermedad!

BAJA VISIÓN: por cada persona ciega, seis la padecen.
UNA ENFERMEDAD QUE NO CONOCEMOS

Escribe Juan José Pereyra

Osvaldo Brancaccio padece Baja Visión. Tiene cuarenta y un años.
Es diabético insulinodependiente desde los cinco y su vida, por varias razones, no ha sido nada fácil, afirma a El Este.
A los ocho años falleció su madre y, por la actividad laboral de su padre, quedó a cargo de su abuela. Cuatro años después también falleció ella y su padre se jubiló para estar con él.
Pero, cuenta, nunca tuve una relación de padre a hijo con él, era más bien de hombre a hombre, no teníamos afinidad”.
Estudió para ser Mecánico Tornero en la Escuela Industrial y luego ingresó al liceo pero no se adaptó. “El cambio fue muy grande”.
Su padre le dijo que si no podía estudiar tenía que trabajar. “Había roces y malos entendidos prácticamente a diario.”

SOLEDAD, ALCOHOL Y DIABETES

En 1986 empezó a trabajar en el Parador Rocha. “Arranqué bien de abajo, desde que se entra la leña y se barren los depósitos hasta todos los cursos de mozo que pude hacer que ellos me pagaron y salí adelante. Me independicé y al poco tiempo caí en ese veneno que es la bebida”, cuenta.
Ni hablar de lo que hay ahora, pero en aquel momento fue la bebida, que le hace mal a todo el mundo y es tremendo el daño que ocasiona a un diabético”, señala.
No me daba cuenta, pero yo era un chiquilín que al llegar a casa no tenía quien me diera un tirón de orejas. Tuve que golpearme mucho para darme cuenta. Me cuidaba en las comidas, me aplicaba la insulina pero tomaba, y los fines de semana me excedía también y no cumplía la dieta”, asegura Brancaccio.
Empezó a tener problemas con la vista.
Me traté en COMERO a manos de la una doctora llamada Lidia Rivero. Me llevó al Sanatorio Americano y a la Clínica del Cetao. Todo eso derivó en que tengo una retinopatía diabética proliferante que se estabiliza si uno está controlado. Si no hay control, avanza y puede llevar a la ceguera”.

UNA OPERACIÓN QUE SALIÓ MAL: NO ME INFORMARON BIEN”.

El análisis de la presión ocular dio que tenía más del doble de lo normal lo que le provocó una lesión y un coágulo en uno de los ojos.
Me hicieron una cirugía que ellos llamaron de ojo abierto para succionar el coágulo sanguíneo para probablemente recuperar la vista. No había perdido la visión, veía flashes de luces porque la visión estaba tapada por el coágulo. La cirugía salió mal. Hubo cosas que no se me explicaron como era debido como que, una vez perdido, el líquido ocular no se restaura. El ojo me quedó dañado, me desfiguró un poco el rostro.

LA MAYORÍA TE DA VUELTA LA CARA.”

Todo eso me shockeó mucho, sumado al peso de llevar sobre los hombros una enfermedad que uno sabe que va a estar ahí hasta el último día y fue una angustia muy grande”, afirma.
Toda es situación le trajo consecuencias que lo marcaron por mucho tiempo
Cuando uno es chiquilín cree que lo conoce mucha gente pero cuando llegan los momentos de apretar, mucha de esa gente no está y la mayoría te da vuelta la cara. Decidí hacer borrón y cuenta nueva y a quien me daba la oportunidad de escucharme, si era un compañero o un amigo o algún familiar también, que me reprochaba que me había saludado y yo no había respondido yo les decía: no te veo”.
Lo decía lagrimeando, con toda la hombría que me acompaña.
Y les dije: si tú pretendes mi saludo mi saludo va a estar, pero va a depender de que tú te anticipes. Así se fue dando hasta que fui reconociendo el timbre de la voz y eso fue llevando a desarrollar los otros sentidos”.

LENTES Y LUPAS IMPRESCINDIBLES PERO INACCESIBLES.”

En la mutualista siempre he tenido que andar como pechándome con las cosas para conseguir que un profesional me atienda o para poder trasladarme a que me den otra opinión o un tratamiento. Soy socio hace cuarenta y un años, desde que nací. Uno va con un problema buscando soluciones que a veces no llegan e indirectamente a veces se termina complicando más”.
Los pocos elementos que hay para los no videntes y para quienes tenemos Baja Visión tienen un costo altísimo. Uno necesita lupas o lentes con aumentos similares a lo que puede ser una lupa, algunos regulables, otros fijos, con protector de sol, una cosa muy completa.
Una lupa de esas tiene un costo promedio de 15 mil pesos y la mayoría no podemos pagarlos”.

QUEREMOS CREAR LA FUNDACIÓN “POR EL DERECHO A VER”

En Uruguay hay mucha gente que a la que dan por ciega y no lo es, tiene muy Baja Visión, explicó la Profesora e Perla Mayo en una charla que dio en agosto en el Club de Leones. Hay instrumentos especiales para que la persona pueda ver algo, el problema es el costo”.
La Profesora Mayo está trabajando para formar una Fundación en Rocha, como la están haciendo en Maldonado y otros departamentos para en primer lugar, recabar información.
Mucha gente ha solucionado el problema de las cataratas, por ejemplo, por medio del Hospital de Ojos.
En mi caso, los médicos cubanos me dijeron que para mí ellos no tienen solución, que no tratan ese tipo de enfermedades”.

EL BASTÓN VERDE: FUNDAMENTAL PARA EVITAR ACCIDENTES

Uno de los muchos temas que se plantea la gente que trata de formar la Fundación es brindarles un bastón verde fluorescente a las personas de Baja Visión.
Eso evitaría muchos siniestros, porque la persona que viene en el vehículo estará alertada que esa persona tiene poca visión. También es fundamental tener las luces encendidas porque eso ayuda a la persona con Baja Visión. El trabajo de la Fundación permitiría tener una estadística de cuáles son los problemas en cada localidad”.
Cuando uno va a subir a un ómnibus se encuentra con la intolerancia de mucha gente y ese es un problema muy grave. Tampoco hay solidaridad, alguien que ayude a una persona con problemas a subir, bajar, a cruzar la calle. Acá en Rocha eso hace mucha falta”, destaca.

LA VIDA SIGUE. LA ESPERANZA TAMBIÉN.

Osvaldo puede ver televisión pero no leer subtítulos ni palabras, salvo que sean muy grandes.
Cuenta que la luz del día le quita visibilidad porque llega más rápido el encandilamiento. En su caso al tener visión, y además baja, en un solo ojo, muchas veces se ha chocado contra paredes y los bancos de la plaza. Acompaña a su hijo de cinco años cuando ve los dibujitos. “Nos divertimos y le explico cosas que de repente no entiende.”
No usa bastón porque él, asegura, no es ciego y seguirá luchando para mejorar su actual capacidad de visión y su calidad de vida.



RECUADRO

Según la Organización Mundial de la Salud por cada persona ciega en el mundo hay seis que tienen Baja Visión. Veintinueve millones son no videntes, 246 millones están en esa situación que poco conocemos.
Uno suele pensar que hay gente “corta de vista” y que con lentes se soluciona. No es así, las personas con Baja Visión ven poco, muy poco o casi nada, aún con lentes.
La OMS afirma que el ochenta por viento del total mundial de casos de discapacidad visual se puede evitar o curar.
Un paciente con Baja Visión es aquel que no ve con lentes convencionales, tiene problemas en su vida diaria para realizar actividades como cocinar, desplazarse, leer, mirar la televisión, escribir, ver la caras de las personas, caminar solo, tiene una dependencia con otra persona para que lo ayude en todo lo cotidiano.
Los problemas de Baja Visión no pueden ser solucionados con lentes convencionales, ni con cirugías.
Existe una variedad de causas diferentes de la visión baja, incluyendo, pero sin limitarse a las siguientes:
La degeneración macular (la causa más común de la visión baja; incluye el daño de la visión central de una persona, lo que dificulta la lectura, conducir, o realizar otras actividades diarias que requieren la visión central, fina).
El envejecimiento (el envejecimiento es un factor de riesgo de la visión baja, sin embargo, personas de cualquier edad pueden resultar afectadas).
Los defectos congénitos (presentes al nacer).
Una herida.
Una enfermedad (incluyendo la diabetes).
Otras enfermedades del ojo (por ejemplo, el glaucoma, las cataratas).
El examen del oftalmólogo puede indicar la necesidad de realizar un tratamiento para su rehabilitación visual.
Desde hace muchísmos años la Prof. Perla Mayo se encuentra dedicada a la investigación y trabajo con pacientes de Baja Visión.
Especializada en España, comenzó a desarrollarse en Argentina en primer lugar en hospitales y escuelas, para luego su posterior desarrollo en el área social y privada de Baja Visión.
Cuenta con una experiencia de más de 21000 casos atendidos en todo el país, y desde 2007 a la fecha también en Uruguay cuando el Club de Leones le dio su apoyo para desarrollar su actividad.
El mes próximo viajará nuevamente a Rocha en el marco de la Campaña el Derecho a Ver.
El Este entrevistará en breve a esta especialista para conocer su trabajo y las posibilidades de una vida mejor para los pacientes.

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