A la fama con 140 caracteres
Entre jugadores de la selección y
cantantes internacionales, Fernando Bruccoleri y Laura Corvalán se
cuelan en el ranking de los uruguayos más exitosos en Twitter.
Tomer Urwicz
De pantuflas, pijama o jogging, así se pasean
los uruguayos que se hicieron famosos a través de Twitter. Casualidad o
no, los dos que adquirieron más éxito en la red social sin ser
celebridades mediáticas trabajan desde su casa, viven en el interior,
hablan de tecnología, con el tiempo se volvieron más ermitaños y tienen
una visión similar del mundo de los 140 caracteres.
Entre los diez uruguayos con más seguidores está
Fernando Bruccoleri (@ferbruccoleri), y si se saca de la lista a los
jugadores de la selección de fútbol y a Jorge Drexler es el primero en
figurar. Hoy tiene a más de 145 mil usuarios que lo leen y su caudal
aumenta a un promedio de 400 nuevos contactos por día.
Para la envidia de las grandes multinacionales este
joven tiene solo 24 años. Hasta hace unos meses era desempleado (hoy
trabaja en el Departamento de Marketing de un empresa de encomiendas con
sede en Miami) y su salto a la fama se produjo hace poco más de un
año, cuando entrevistó a través de la Red a la DJ holandesa Kate Orange.
Fue a principios de 2012. Vio una canción de esta
artista por Internet y decidió contactarla. Para su sorpresa, no sólo
obtuvo respuesta de la celebridad, sino que al subir el video con la
grabación de la entrevista a su canal de YouTube la repercusión fue
abrumadora: más de 170 mil reproducciones en pocos días. ¿Por qué no
tuitear esa entrevista?, pensó. Lo hizo y la cantidad de seguidores
creció en miles y consiguió más que los que tenía la propia DJ.
Claro que antes de este baño de estrellato, Fernando ya
tenía un contacto fluido con el mundo de Internet. Hijo de uruguayos,
nacido en Argentina y radicado en San José cuando comenzó la escuela,
este maragato (así se siente) era un apasionado de los videojuegos. De
hecho el castigo que le impartían sus padres, cuando se portaba mal, era
quitarle el Family o el Nintendo. De chico quería ser veterinario
"por amor a los animales". Un primo suyo, justamente veterinario de
profesión, le pidió que lo ayudase con el relevamiento lechero en unas
planillas de computadora, cuando tenía solo 12 años. Ese fue su primer
contacto con una PC, hasta que la máquina llegó a su casa.
Desde entonces su futuro estuvo vinculado a la
informática. Al término del Ciclo Básico se anotó en el Bachillerato
Tecnológico de UTU, en San José, pero por falta de inscriptos el curso
se transformó en mecánica automotriz. Fernando decidió darse de baja e
inscribirse en el liceo departamental para hacer quinto Humanístico y
sexto Derecho (porque esas materias le resultaban más fáciles), siempre
con la idea de hacer algún estudio terciario en computación. Pero no
terminó Secundaria.
Hoy la computadora no sólo es su herramienta de
trabajo, sino también su principal compañía durante varias horas de la
jornada. Pero a diferencia de lo que se puede pensar, solo tuitea una o
dos veces por día. "Sí contesto los mensajes, retuiteo, converso y
trato de probar los mejores horarios para no aburrir y saber que más
gente me leerá", cuenta. Por ahora los mayores resultados los logró al
mediodía y a la hora de la cena.
¿Sobre qué tuitea? Su éxito se debe a que brinda un
contenido de valor y de interés para algunos usuarios. Escribe sobre
tecnología, lanzamientos y entretenimiento, publica fotografías curiosas
y entrevistas que hace con famosos de la música y de las tecnologías de
la información, con datos de interés para un público mayoritariamente
joven y de fuera de fronteras. De hecho, sus primeros seguidores los
incorporó por Linkedin (la red social laboral por excelencia) y son casi
todos asiáticos.
Por eso en un comienzo escribía en inglés y español. Luego se aferró solo al español y crecieron sus contactos latinos.
"No emito comentarios ni intento generar
polémica, no hablo de fútbol ni de política", dice como tips. Y si bien
le da una impronta humana a sus mensajes, no escribe sobre su vida
privada, no se saca fotos cuando va "al baño" ni hace alusiones al
estado del tiempo. En definitiva, busca generar un espacio en el que se
aporte contenido, en el que "Twitter sea una herramienta positiva y no
de negatividad y catarsis como se ve en Uruguay".
Su mirada está puesta en las tendencias del
entretenimiento anglosajón. Su sueño es "trabajar haciendo entrevistas,
opinando y asesorando a famosos desde un enfoque internacional", admite.
Y además Twitter le dio salida laboral y le permitió, incluso, manejar
las redes sociales de una campaña publicitaria de Pepsi.
Lo curioso, para algunos, es que Fernando no usa su
celular para tuitear. Tiene un Motorola C115 que lo destina "solo para
llamadas y mensajes de texto", dice. Este comportamiento, su baja
cantidad de tuits al día, la falta de listas en las que divide a sus
seguidores, hace que en un ambiente competitivo (como lo es el de
Twitter) haya desconfiados.
"Debe usar programas que buscan seguidores
automáticos, lo que no me molesta pero sería bueno que lo blanquee",
dice Laura Corvalán, la uruguaya que está novena y es la primera "no
famosa" en el ranking de Klout Score (el uso efectivo de la cuenta, en
donde se cuenta el efecto que provoca cada tuit, los comentarios, los
retuits y otras variables).
Laura (41) automatiza parte de su tarea, aunque no
para conseguir seguidores. En su caso sabe que el público que lee sus
comentarios sobre tecnología está más bien encendido en la mañana, en un
horario en el que ella no está muy disponible (trabaja en la
consultoría y asesorando a empresas y gobiernos sobre el uso de redes
sociales). Por eso todas las noches deja programados en una aplicación
algunos tuits para las primeras horas del día siguiente.
Tuitea entre diez y quince mensajes por día. No más
para "no saturar y tener tiempo de conversar con sus seguidores" que la
conocen como "@p0nja". Es que a diferencia de Fernando que usa su nombre
como usuario, Laura prefiere un seudónimo que se asocia a sus rasgos
asiáticos y que era como solían llamarla. "Quizás es una cuestión
generacional, estoy acostumbrada a que en la Red uno se pone
sobrenombres", cuenta.
Ella también es una vieja usuaria informática. Tiene
computadora desde los ocho años, cuando muy pocos accedían a estos
equipos. No sabe bien el motivo, pero la compra de computadoras era una
constante en su casa y por eso ni bien salió Twitter se hizo una cuenta y
se "metió de lleno" en 2008, además de participar en varias redes
sociales.
Hoy vive en Colonia, aunque la universidad en
Comunicación la cursó en Buenos Aires. Trabaja en su casa de pijama y a
lo sumo sale a dar conferencias o a reuniones. Es que Twitter, en este
sentido, le "permitió manejar sus propios tiempos y no trabajar de
lunes a viernes, ocho horas, dentro de una oficina". Se fue volviendo
más ermitaña, admite, y hay días que conversa con más gente en las redes
sociales que en la vida real.
Dentro de sus más de 15 mil seguidores, además de
políticos y periodistas, tiene a usuarios que la han reconocido por la
calle. De hecho, el agrimensor que le midió su lote en Colonia es un
seguidor.
Es que sin proponérselo @p0nja y @ferbruccoleri saltaron a la fama a base de un máximo de 140 caracteres.
TIPS
Consejos de experto para lograr el verdadero éxito
Diego Forlán (@DiegoForlan7) es, por lejos, el
uruguayo con más seguidores en Twitter, con una cifra cercana a los 4
millones. Sin embargo, Jorge Drexler (@drexlerjorge) es quien hace un
uso más efectivo de su cuenta y se posiciona como el mejor Klout Score
del país, con un puntaje de 83 (se calcula en base a un algoritmo que
mide cantidad de retuits, efecto en otras redes sociales, favoritos y
otros datos). Y si bien el éxito de estas dos celebridades se debe en
parte a que son figuras públicas con o sin Twitter, hay algunas recetas
para mejorar la participación en la red, explica Diego Ventura,
ejecutivo en AdSocia, empresa encargada del ranking latinoamericano.
-Generar un contenido de valor e ir específicamente a
un nicho de usuarios interesados en esa información; agregar siempre
aspectos novedosos.
-Escuchar al otro. Es preferible no hacer de Twitter
un monólogo, sino conversar, seguir a otras personas o marcas,
retuitear y marcar favoritos.
-Tener cierta estabilidad en escribir, sin saturar
con un número muy elevado de mensajes diarios pero intentando marcar
presencia.
-Conocer los horarios en los que su público está más
activo en la Red, para tuitear en ese momento. Por lo general, los
tiempos de descanso (a diferencia de lo que sugieren los médicos) son en
los que se encuentra a más gente: el primer contacto con el celular en
la mañana, el almuerzo y la cena. Y también aprovechar los instantes: si
hay un apagón muy masivo en medio de una transmisión televisiva u
ocurre una catástrofe.
-Introducir hashtag, es decir una etiqueta que ordena la información precedida por el símbolo numeral (#).
-Saber que Twitter es una red muy asociada a una
franja socioeconómica que es la que accede a celulares inteligentes. En
Uruguay actualmente hay unos 600 mil de estos equipos y siete de cada
diez planes nuevos son de Smarthphones.
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