Megaminería . Megaincertidumbre.
Edila por sector ProBa, Partido Colorado.
La Junta Departamental de Lavalleja declaró a su departamento libre
de explotación minera a cielo abierto, en concordancia con la
consideración de toda el área rural del mismo como reserva ambiental.
El emprendimiento que Aratirí pretende desarrollar, abarca también a
los departamentos de Treinta y Tres, Rocha, Durazno y Tacuarembó, y
numerosos movimientos sociales que se oponen al emprendimiento, no
disimularon su alegría, al ver concretado el primer avance a nivel
político.
Ciertamente, las opiniones son divididas con relación al verdadero
alcance de la resolución aprobada, pues se plantean dudas sobre la
verdadera potestad de las intendencias a prohibir este tipo de
actividades en sus respectivos departamentos, ya que la recientemente
aprobada ley de Minería de Gran Porte regula –algunos así lo entienden -
los aspectos mencionados. En ese sentido, y atento a que la ley define
que la actividad en cuestión sólo puede realizarse en terreno
categorizado como rural, aspecto éste que compete en su definición
exclusivamente a los gobiernos municipales, el optimismo ha crecido.
Se avecina entonces una ardua discusión para discernir el alcance de
la resolución tomada por la Junta Departamental de Lavalleja, que a la
luz del sentimiento de oposición al emprendimiento que va tomando fuerza
en muchas ubicaciones y localidades, parece probable que se repita en
otros departamentos.
Ciertamente los aspectos técnicos son los que hay que conocer a fondo
en este tema para opinar con propiedad, y en ese sentido es la DINAMA
quien debe expedirse. Es así que el Arq. Jorge Rucks, Director de Medio
Ambiente -DINAMA- expresó que “estamos lejos de tener una situación
final” , aún “trabajando bajo presión” lo cual se contrapone con
declaraciones del propio Presidente Mujica, que ha sentenciado que en
noviembre se resolvería al respecto.
Quienes se manifiestan como defensores del territorio, plantean que
los principales impactos ambientales que la megaminería propuesta
supone, y que se refieren -resumiendo- a las afectaciones irreversibles
de la superficie, la contaminación del aire, la afectación de napas de
agua subterráneas y superficiales, y la obvia afectación del entorno
involucrado en general, no fueron contemplados adecuadamente ni
estudiados al aprobarse la ley. Recordemos que similares argumentos
manifestó la denominada oposición, que no votó el proyecto. Las
afirmaciones del jerarca de la DINAMA no hacen más que incrementar las
dudas.
La marcha realizada el viernes 18 por nuestra principal avenida, es
una clara muestra del sentir de mucha gente que, en “Defensa del Agua,
la Tierra y la Vida” realizaron su 5ª marcha, sin banderas políticas.
Es que es difícil imaginar y aceptar que las decisiones que
involucran aspectos ambientales de la contundencia de los que supone la
actividad de Aratirí, pasen por la consabida obediencia partidaria.
No hay documentación de lo que pasó con los habitantes primigenios de
la Isla de Pascua, por lo tanto no sabemos si hubo opositores al
tratamiento que hicieron del entorno, y que ocasionó la hecatombe del
ecosistema y de la vida humana. Pero distinto es en Perú, donde la
extracción de oro contemporánea provocó devastación, y quien esté
dispuesto a soportarlo sin caer en depresión, debería ilustrarse al
respecto.
No debería existir el mapa político para tomar decisiones de este
tipo. Hay obligaciones y derechos que deberían necesariamente
trascenderlo. Debería respetarse al lugareño o nativo interesado en
preservar su entorno, su hábitat, y tener confianza en él. Escucharlo. Y
darle respuestas claras si no estamos de acuerdo con sus argumentos.
En ocasión en que EEUU pretendía “internacionalizar” la Amazonia para
monitorear su cuidado, Cristovao “Chico” Buarque, ex gobernador del
Distrito federal y en la oportunidad Ministro de Educación de Brasil,
manifestó en parte de un brillante discurso: “Como humanista, acepto
defender la internacionalización del mundo; pero mientras el mundo me
trate como brasileño, lucharé para que la Amazonia sea nuestra
¡Solamente nuestra!”. La afirmación no corresponde obviamente al músico -
con igual apodo y apellido que el ministro- pero suena a música, y
recomiendo a los amables lectores leer la totalidad del discurso.
Ciertamente no son comparables las instancias, pero sí el sentimiento de
defensa y compenetración responsable con el territorio, con su hábitat,
o los elementos que lo conforman.
Un activista organizador de la mencionada marcha del viernes decía,
con relación a un posible plebiscito, que el mismo sería “raro”, porque
“surge de la gente”, y no de alguna organización política.
Todo dicho.
Montevideo.com
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