INVESTIGACIÓN JUDICIAL EN PAYSANDÚ
“De lo único que se me puede acusar es de estupidez”, dijo exjerarca
El País
El exdirector general de la comuna,
Horacio de los Santos, solicitará, para probar su inocencia, la
transcripción completa de la conversación telefónica que mantuvo con el
hombre que fue procesado con prisión por la Justicia en el marco de la
investigación por presunta explotación sexual de menores durante una
fiesta en una casa propiedad de la Intendencia sanducera.
dom jul 21 2013 11:04
En una extensa entrevista publicada hoy en el diario sanducero El Telégrafo,
De los Santos dijo que “de lo único que se me puede acusar es de
estupidez por no haberme ido enseguida de la reunión; o sea que si
hubiera un procesamiento por estupidez, ahí sí estaría totalmente de
acuerdo”.
Ayer, la jueza Karen Ramos interrogó al menos a 15
personas, entre ellas a siete hombre de entre 36 y 59 años, una joven de
18 y tres menores de 14, 16 y 17 años, y dispuso en horas de la
madrugada el procesamiento con prisión de Sergio Ramón Carballo (56) como “cabecilla” de una red que se dedicaba a reclutar menores de edad para participar en fiestas sexuales.
El exjerarca sanducero solicitará la transcripción
total de las conversaciones que mantuvo con Carballo para probar su
inocencia y como respuesta al pedido del fiscal de su procesamiento. De
los Santos dijo que “el día martes, la persona que fue procesada me
invitó a compartir un asado y, como hacía mucho tiempo que no nos
veíamos, acepté y le pedí que me avisara el lugar en dónde se iba a
hacer”.
Luego, según su versión, el miércoles hubo un nuevo
diálogo con Carballo quien lo llamó para decirle que no se había
conseguido lugar, por lo que el asado no se realizaría. A esto, De los
Santos ofreció su propia casa, pero este lugar fue declinado por
Carballo porque “viene mucha gente de Montevideo y se ponen a gritar, a
cantar y eso va a traer complicaciones”.
Fue por eso que el exsecretario de la IMP gestionó la
Casa del Parque, lugar donde finalmente se organizó la polémica fiesta.
“A eso de las 10 de la noche voy para la Casita, con platos y cubiertos
(…) al rato llega el organizador de la fiesta con cuatro o cinco
muchachas, lo cual a mí me sorprendió un poco porque se trataba de una
reunión de amigos. Me las presentaron, ya que no nos conocíamos, pero
como ellas se pusieron después a servir la comida me pareció bien”, dijo
De los Santos.
“Después, ya ´pasada la medianoche, tipo 0:30, llegan
otros hombres a los cuales no conocía y otras dos mujeres, pero ya
mayores, de más de 30 años”, agregó el exjerarca y puntualizó que además
de las mujeres, en la fiesta había “entre 10 o 12 hombres”. Recordó
incluso que llamó a un par de amigos por si querían asistir, pero que
“afortunadamente” no pudieron concurrir.
“En un momento determinado, yo ya me había tomado
unos cuantos whiskies y me levanté para irme porque, sinceramente, ya no
aguantaba más. Además, había comenzado a percibir algo extraño en la
atmósfera de la reunión que no sé precisar porque yo estaba tomado, pero
que no me gustó”.
En ese momento, la encargada de la Casita le pidió
que lo llevara hasta el Corralón de la Intendencia para marcar tarjeta
“y que la trajera de nuevo a la Casita porque allí tenía su moto, ya con
la intención de irse”. De los Santos continuó su relato argumentando
que una de las muchachas también le pidió que la llevara a su casa.
“Cuando salgo del Parque, tomo por Montecaseros,
cruzo Parkway y al llegar a Benito Chain me para la Policía, con un
despliegue tremendo de móviles y efectivos. Me bajo del auto y, al ver
que lo revisan todo, les digo ‘lo único que tengo es una bolsa con
huesos que traigo para los perros’, y efectivamente verificaron que era
así. Yo me enojé incluso y les pregunté ‘¿qué es éste despliegue tan
grande?, ustedes tienen que andar persiguiendo delincuentes, tienen que
ir donde está el delito y no acá’. Cuando me subo de nuevo al auto, me
dicen “no, espere que le vamos a hacer una espirometría, bájese”, por lo
que me bajo del auto, me hacen la espirometría, da niveles altos, me
retienen la libreta de conducir y me dijeron “bueno, puede irse, y
bajaron a la muchacha que había subido en mi auto”, explicó De los
Santos.
“Luego de eso, llevé a la encargada de la Casita
hasta el Corralón y, como habíamos convenido, volvimos a la Casita del
Parque para que recogiera su moto. Cuando la dejé ahí, se habían ido
todos los que estaban en la reunión. Creo que quedaba gente dentro de
algunos vehículos, prontos para retirarse”, dijo el exjerarca según la
crónica del diario sanducero. Finalmente regresó a su hogar, se acostó y
afirmó que su “preocupación era qué iba a pasar con el asunto de la
libreta de conducir que me habían retirado”.
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