Abogado, periodista, director del diario El País
 
 
          
En junio del 2012, el diputado Jorge Gandini 
usó de plataforma a la Convención del Partido Nacional para anunciar su 
candidatura a intendente de Montevideo. “¡Quiero! ¡Quiero! ¡Quiero ser 
candidato y quiero ser intendente de Montevideo!, porque en la política 
primero que nada hay que querer a toda costa, y yo ¡quiero!”, exclamó 
Gandini en el discurso más encendido que tuvo la convención blanca en el
 Centro Gallego.
Gandini dijo que es un “militante” que “se anima
 a dar el paso” y que sabe que ingresó en un punto “de no retorno”. “No 
hay vuelta, ya lo saben mis compañeros y mi familia: empiezan tres años 
de trabajo, sin feriados, sin fines de semana”.
El legislador 
reconoció que puede haber quien diga que es “muy temprano” para hablar 
de candidaturas. Pero afirmó que “no sobra el tiempo si lo que se quiere
 es ganar”, y aclaró que esta no será la hora de campaña electoral, sino
 de “trabajo con la gente”.
“La única manera de ganar es estar todos los días, en cada rincón, en cada barrio de Montevideo. No se puede especular”, afirmó.
Su
 anuncio fue respaldado y bienvenido por un estruendoso aplauso y 
sacudió el ambiente  político. No era para menos, los blancos anunciaban
 con tres años de anticipación su propósito de pelear Montevideo y no 
esperar hasta última hora -como habían hecho en elecciones anteriores- 
para nominar candidatos y lanzarlos a una lucha desigual de escasos 
meses de campaña. Daba la impresión de que se había aprendido la lección
 y no se iba a tropezar nuevamente con la misma piedra.
El 
arranque tempranero y oportuno de Gandini, tuvo inmediata repercusión. 
Sectores de la dirigencia de los partidos tradicionales entendieron 
claramente el horizonte que se abría tras esta movida y empezaron las 
conversaciones para cumplir con un reclamo de los vecinos de la capital:
 llegar a un acuerdo entre ambas colectividades para concurrir juntos a 
las elecciones municipales y así desafiar los veintitantos años del 
Frente en la Intendencia.
Gandini cumplió: desde esa fecha inició
 una permanente recorrida por todos los barrios de la capital para 
conocer sus problemas, dialogar con los vecinos, buscar solución a temas
 urgentes, trasmitirles el respaldo y la preocupación sobre sus 
necesidades. Comenzó a crecer.
Un año más tarde, el politólogo 
Adolfo Garcé reconoció que el “clima” instalado de que en Montevideo 
“hay que cambiar” el gobierno del Frente Amplio, algo similar a lo que 
ocurrió a nivel nacional en 2004, es el mejor aliado para que el 
diputado nacionalista Jorge Gandini gane la intendencia capitalina. 
“Para mi gusto, el próximo intendente de Montevideo es Gandini” afirmó 
en Diamante FM, y agregó “hay un clima de que hay que cambiar en 
Montevideo y que el acuerdo entre colorados y blancos refleja ese 
cambio, y creo que Gandini es el que se jugó la ropa antes y corre con 
ventaja”.
El acuerdo de blancos y colorados se concretó en el 
Partido de la Concertación. Por  primera vez en la historia del país, 
ambos partidos arriaron sus banderas de lucha y resolvieron marchar 
juntos al rescate de un departamento y una ciudad, que se habían 
deteriorado en todos sus servicios a límites vergonzantes, pero con 
impuestos caros. La IMM recauda por día US$ 1.760.000, pero eso no le 
alcanza para funcionar y pierde por día US$ 102.000, lo que en 
definitiva lleva a acrecer su deuda que ya oscila en los US$ 415 
millones. ¿Es necesario continuar con esa sangría para tener la ciudad 
que hoy se tiene? 
La Concertación abrió una gran cuota de 
esperanza, pero ella sola no alcanza: los candidatos son fundamentales. 
El Partido Colorado ha manejado desde un principio el nombre del Dr. Ney
 Castillo, prestigioso oncólogo pediátrico, que ya tuvo un buen 
desempeño en la elección anterior. El Partido Nacional tenía a Jorge 
Gandini, pero de golpe la dirigencia lo bajó de un plumazo. ¿Por qué? 
¿Porque su lista, la 250, votó mal en las elecciones internas? Pero si 
Gandini no fue, ni siquiera candidato a nada para evitar la tacha 
constitucional. Solo presentó su lista, pero no dio su nombre. ¿Acaso 
otros candidatos a Intendentes o intendentes en funciones que iban a 
cargos legislativos o aspiran a una reelección no tuvieron una pobre 
votación en las elecciones nacionales (que son las que importan) y no 
recibieron ni un reproche? ¿O hay otros motivos que ignoramos?
Tenemos
 excelente opinión de los candidatos que los blancos manejan como 
alternativa. Pero no nos convence. Vamos a volver a cometer el mismo 
error de improvisar a pocos meses de las municipales y así nos va a ir. 
Despreciamos a quien hace tres años está trabajando por esa nominación, 
como si ganar en Montevideo no importara y como si dejar a los vecinos 
que sigan viviendo tapados de basura, a oscuras por falta de luces, con 
espacios públicos abandonados a la delincuencia y a la droga y un 
tránsito cada vez más caótico, fueran temas que pueden esperar otro 
lustro de administración frenteamplista.
Jorge Gandini es el 
único candidato que debe presentar el Partido Nacional en la 
Concertación. Ya se perdieron algunos meses; vamos a no perder más.