El País
La actriz francesa, indiscutido "sex 
symbol" en los años `60, cumple 80 años. Brigitte Bardot fue musa de los
 más grandes artistas de su época y, en 21 años de carrera artística, 
hizo 48 películas y más de 80 canciones.
Fue
 una de las estrellas del cine europeo más reconocidas después de la 
guerra y es recordada sobre todo por sus encantos. En 1973, Bardot puso 
fin a su carrera como actriz para dedicarse a la defensa de los 
animales. Con los años, la glamorosa estrella se ha convertido en una 
mujer huraña que vive en el Mediterráneo, en una casa plagada de 
animales. Su lucha a favor de las focas, zorros y elefantes, se 
convirtió en su razón de vivir, después de haber sido la más bella y el 
blanco de todos los paparazzi.
En la t.v pidió no ser filmada de cerca. Foto: Archivo.
Desde hace más de 40 años Brigitte Bardot dedica su 
vida a luchar por la causa de los animales. La abolición del sacrificio 
ritual y la clausura de los mataderos de caballos son sus combates 
prioritarios. "Si yo tuviera que irme a otro mundo antes de haber tenido
 la satisfacción de lograr esos dos cambios, consideraría que he 
fracasado en mi vida. ¡Esa es mi plegaria!", dice.
El próximo domingo Bardot cumple 80 años y las 
generaciones de admiradores que se deleitaron con sus encantos cuando 
estaba en la cima del éxito, ahora miran incrédulos a la mujer veterana,
 real y descuidada en que se ha convertido.
Es que hace tiempo que su vida pasó del mito a la 
realidad, de los estudios de cine a un combate decidido a favor de las 
focas, los zorros o los elefantes en peligro.
A ellos les dedica su "segunda vida", según ella misma 
dijo a Henry Jean-Servat, autor de "Brigitte después de Bardot", un 
libro que recoge las fotografías de Gérard Schachmes.
Ahora Bardot es vegetariana y sus días transcurren 
según una rutina invariable. Duerme y pasa parte de la mañana en la 
Madrague, su famosa casa a orillas del Mediterráneo. Luego, para evitar 
el acoso de los barcos de turistas que intentan verla desde el mar, 
Bardot se refugia en la Garrigue, otra casa que construyó en las 
colinas.
"La Garrigue es mi oficina, la Madrague es mi 
descanso", resume la estrella. La jubilación -"un horror, es algo muy 
aburrido"-, y aclara que para ella aún no llegó ya que es apasionada, 
lee diarios, escucha la   radio y mira televisión.
Frank Guillou, su secretario particular desde hace 25
 años, cuenta que al menos tres veces por día Bardot llama por teléfono a
 la Fundación que lleva su nombre para dar instrucciones.
"El correo que requiere seguimiento se envía todos 
los  lunes a la Fundación. Cuando es urgente, se envía un fax", medio de
 comunicación que siempre utiliza para enviar páginas manuscritas, 
incluyendo las entrevistas. Hay que aclarar que Bardot le tiene fobia a 
la informática y no tiene celular. Guillou dice que recibe mucha 
correspondencia -todo por correo postal- sobre todo para  su cumpleaños.
 "Más de 100 tarjetas por día y regalos de todo tipo", dice su 
secretario y reconoce que "eso está comenzando a saturarla".
"Ya casi no veo a nadie", admite Bardot y dice que ve
 "muy poco" a su hijo Nicolas, al que ella no crió, que vive en Noruega y
 con quien casi no tiene relación. En entrevista con el canal France 2, 
ella admitió que sólo vio una vez a sus nietas, aunque precisó, "las 
quiero mucho".
Ahora Bardot camina apoyada en bastones porque se 
niega a operarse de una artrosis de cadera. "Tiene fobia a los 
hospitales y la anestesia", dice Guillou. Tampoco le interesan los 
cosméticos, nunca va a la peluquería o a hacerse masajes. "No tengo 
tiempo", se excusa. Sin embargo todavía mantiene algo de su coquetería: 
durante la entrevista con la TV francesa pidió que no la filmen de cerca
 y todo el tiempo se la ve de perfil.
La casa de Bardot es el arca de Noé. Tres perros la 
siguen por todas partes y en La Garrigue reinan sus 20 gatos, además de 
yegua, burro, cerdos, cabras, entre otros tantos animales.
Sus legendarias broncas y posiciones tajantes, que 
le valieron varias condenas por racismo u homofobia, no han cesado. 
Algunos afirman que son  influencia de Bernard d`Ormale, su compañero 
desde hace 22 años y amigo del líder de extrema derecha Jean-Marie Le 
Pen, sin embargo Bardot asegura que son sus propias convicciones.
Tras llamar a votar por el Frente Nacional en 2012, 
ella calificó a su líder, Marine Le Pen, como "la Juana de Arco del 
siglo XXI". "No tengo por qué ocultarlo, es la única mujer (...) con 
cojones. Sus ideas por lo general me gustan", declaró entonces Bardot. 
En la entrevista con la TV francesa, reafirmó su admiración por esa 
figura histórica, y habló bien de los socialistas François Mitterrand y 
François Hollande, pero muy mal de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy.
En cuanto a su muerte, Bardot dice que ya tiene la autorización para ser enterrada en la Madrague, junto a sus animales.
 
