Diálogo con Fernando Vilar
Radiocero y Radio Monte Carlo - noviembre 20 de 2015
 
 
Para la oposición es sin duda muy importante 
construir una alternativa al Frente Amplio […] Construir un proyecto 
político no necesariamente supone construir un proyecto electoral. Un 
proyecto alternativo se puede expresar en un solo o en diversos 
proyectos electorales […] han partido tres iniciativas desde la 
oposición en cuanto a la construcción de un espacio socialdemócrata: en 
el batllismo, del Partido Independiente y de Jorge Larrañaga.
OAB:  Para la oposición es sin duda muy importante 
construir una alternativa al Frente Amplio. Es su propio destino, su 
objetivo lógico. Toda oposición tiene que tener como meta el sustituir 
al gobierno al cual se opone.
Construir una alternativa puede verse de distintos
 puntos de vista. Uno, que es el que se piensa inmediatamente, es armar 
un espacio electoral fuerte que empareje y supere al Frente Amplio, es 
decir, un frente opuesto, una alianza, una concertación. Otro punto de 
vista de construcción de alternativa tiene que ver con la estrategia y 
con la táctica; por dónde se va, qué camino se sigue, qué pasos se dan 
en cada momento por ese camino, cómo se golpea al oponente.
Pero hay otro punto de vista, sustantivo: 
construir un proyecto alternativo, diferente.  Se dice que muchas veces 
un mal gobierno no cae porque no tiene una alternativa mejor, y otras 
veces un buen gobierno es desplazado porque aparece una alternativa 
mejor o más potente. Desde este punto de vista, construir una 
alternativa supone armar un proyecto que concite la adhesión de una 
parte significativa de la gente, de la ciudadanía, como para   
entusiasmar a unos, a los que nunca estuvieron con el Frente ,y a otros,
 a los que lo han acompañado y puedan estar disconformes.
Construir un proyecto político no necesariamente 
supone construir un proyecto electoral. Un proyecto alternativo se puede
 expresar en un solo o en diversos proyectos electorales. En principio, 
son dos cosas diferentes; interrelacionadas, pero diferentes.
FV: ¿Y qué es eso de construir un proyecto político alternativo?
OAB: Cuando hablamos de proyecto 
político hablamos de un proyecto en cierto modo ideológico, que refleje 
determinados valores y propuestas en términos de fondo, en términos 
sustantivos. Me refiere no a los clásicos programas de gobierno, que en 
general son catálogos de medidas concretas y parciales, sino a la 
exposición de  un modelo de sociedad, un  modelo de Estado y un conjunto
 de valores en los cuales apoyarse.
Un ejemplo es el de fines de los ochenta: se 
construye en Uruguay un proyecto político alternativo tanto a la 
ideología dominante en el Uruguay como a la izquierda. Por ideología 
dominante uno se refiere a esa visión de un Uruguay con un fuerte papel 
del Estado, de un Estado protector y un Estado como importante actor de 
la economía, con un alto propósito social. Es lo que se denomina la 
visión del welfare state, del estado social, del estado benefactor. Este
 modelo fue el dominante en Uruguay a lo largo del siglo XX, 
particularmente desde los tempranos años diez del siglo pasado hasta 
culminar los años ochenta. Un largo periodo de más o  menos ocho 
décadas.
La alternativa, el nuevo proyecto, apareció con 
absoluta nitidez desde dos corrientes de los dos partidos tradicionales.
 De un lado de Jorge Batlle, de la Lista 15 del Partido Colorado, y del 
otro lado de Luis Alberto Lacalle, blanco, del nuevo herrerismo, del 
herrerismo reformulado. El punto central, en común, de ambos proyectos 
fue la apuesta al libre mercado, a la desregulación, al achicamiento del
 papel del Estado, a la privatización de empresas públicas o de sectores
 de la administración pública y a la apertura de la economía.
Como análisis histórico se puede decir que esos 
proyectos en mucho no lograron su propósito, pero en otros sí, como 
cosas hoy muy aceptadas como la apertura de la economía, la necesidad de
 una inflación baja o de un cierto equilibrio fiscal.
Pero ahora lo que domina es una visión de 
izquierda, o del viejo Uruguay estatista y de protección social, pero 
más sesgado a la izquierda de lo que fue tradicionalmente en las ocho 
décadas que mencionamos del siglo XX.
Este modelo se expresa en el Frente Amplio y en sus dos gobiernos más el tercero en  curso.
FV: Tú en el título mencionas una alternativa o espacio socialdemócrata ¿A qué te refieres?
OAB: Digamos que han partido tres
 iniciativas desde la oposición en cuanto a la construcción de un 
espacio socialdemócrata, en los colorados, en los blancos y en el 
Partido Indpendiente. Por un lado en el Partido Colorado mediante la 
búsqueda de reflotamiento y reflorecimiento del batllismo como 
concepción. Los grupos nítidamente batllistas sienten la necesidad de 
reflotar el Partido Colorado desde el batllismo, es decir, desde un 
discurso y una concepción socialdemócrata.
Por otro lado el Partido Independiente ha avanzado
 hacia una definición socialdemócrata. Un partido construido sobre un 
basamento socialdemócrata y otro basamento socialcristiano, confluyó en 
las últimas semanas en la convocatoria a exponentes de distintas fuerzas
 políticas para discutir la socialdemocracia en el Uruguay.
Y ayer Jorge Larrañaga, en su presentación en ADM,
 lanza la necesidad de formular reflexiones para construir una 
alternativa basada en valores, de tinte republicano y ,agrega, 
socialdemócrata.
Es decir, que se perfila un espacio que permite 
trazar un círculo dentro del cual en principio caben las corrientes 
nacionalistas de pensamiento socialdemócrata, el batllismo y  la gente 
del Partido Independiente. Lo que es claro que no se formula como un 
proyecto electoral, sino como un espacio de construcción de un proyecto 
alternativo, programático, ideológico, un proyecto diferente y opuesto 
al del Frente Amplio. Sin dudas basado en las propias convicciones, pero
 también en el aserto de que al Frente Amplio no se le gana por la 
derecha -afirmación que hacen muchos dirigentes de los dos partidos 
tradicionales- y que para ganarle es necesario disputarle el centro 
político, con una visión socialdemócrata.
FV: ¿Y qué quiere decir un espacio socialdemócrata?
OAB: Eso es lo que queda por 
definir con absoluta precisión, Por socialdemocracia se entiende como 
mínimo un Estado fuerte, protector, con activa participación en la 
economía, con fuerte apego al valor del trabajo y de fuerte arraigo 
democrático-liberal. 
Y posiblemente por allí coincidan muchos en esa definición de 
socialdemocracia. Hay otros aspectos de la socialdemocracia, al menos en
 la visión predominante en Europa a lo largo del último siglo, que 
habría que ver si está presente, relativa al tema de la fuerte laicidad 
política, que es precisamente uno de los ejes que divide a los partidos 
socialdemócratas de los socialcristianos.
Hay mucho para aguardar. Hay que ver hasta dónde 
se llega, cómo se define la socialdemocracia, qué alcance se le da. Pero
 lo cierto es que a partir de estas tres impulsos surge el propósito de 
construcción de un espacio programático opuesto al Frente Amplio pero 
ubicado hacia el centro del espectro político.