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viernes, 20 de diciembre de 2024

¿QUÉ HACER POR LA CULTURA DE ROCHA?



Izquierda sin cultura no es izquierda” (Mariano Arana)

Sin ánimo de catequizar, resulta innegable que una gestión de cultura responsable tiene como reto primerizo el concientizar a la población, (empezando por sus mandatarios), sobre el carácter de derecho que ostenta el acceso a la cultura, hasta lograr situarla en el mismo plano de prioridades que la educación, la salud, la economía y la seguridad nacional. Respecto a esto, si se entrecruza la diversidad de realidades y posibilidades de las localidades que conforman nuestro departamento, con las condiciones en las que se ofrecen y administran ciertos bienes culturales de la región, se puede arribar a la inmediata conclusión de que los derechos culturales, en su acepción más humana, acaban siendo vulnerados por los derechos culturales en su construcción y desempeño técnico-operativa. Cabe, asimismo, acotar que no debemos dejar de defender las verdaderas industrias culturales, de la misma manera que se deben abordar, analizar, monitorear y defender la actividad de los creadores, de tal forma que representen una manera digna de subsistencia, (o ingreso), para artistas, gestores, intelectuales y otros productores o “hacedores” de contenidos artísticos, culturales, científicos y educativos en nuestra sociedad. Para ello, los equipos de gobierno, lejos de ser estancos y cerrados, deben priorizar constantemente la integración de personas, instituciones, estudios y proyectos provenientes de diversos ámbitos y sectores partidarios. Y en mayor medida desde el punto de vista cultural, pues las actuales sociedades multiculturales e interculturales de los países, (entre los que constan los más “avanzados”), así lo demandan para su funcionalidad. Un punto de partida fundamental para la viabilidad de todos los proyectos, instituciones gubernamentales, comercios, e inclusive equipos de investigación y trabajo en una comuna, es precisamente su capital humano. Lo interesante de este aspecto es que, independientemente del detalle y especificidad de las áreas de trabajo, existe un plano de horizontalidad en el cual, mediante la conversación como modelo de gestión y el diálogo como mecanismo de construcción de los proyectos, pueden conformarse propuestas de intercambio, diversas y de impacto real conectadas que, al fin y al cabo, deparan contenidos valiosos para el conjunto de los ciudadanos, asociados, clientes y hasta turistas de paso.

Este modelo, marcadamente participativo y horizontal permite una riqueza y diversidad de miradas de “lo cultural”, con un grado de compromiso más elevado, al igual que una despersonalización de las instituciones y sus áreas o direcciones. Los modelos de gestión que prodiguen proyectos heterogéneos y propuestas que pasen por las diversas áreas del trabajo propician, además, otra modalidad de ofrecerles a los ciudadanos actividades de trascendencia para su labor y espacios de revalorización para sus actividades y reflexiones; (los espacios de reflexión y conceptualización son tan valiosos como necesarios). Por otra parte, las estrategias de gestión concreta y los modelos operativos, más allá de su valor para la discusión y las distintas opiniones que generan, son en verdad herramientas muy útiles para enfrentar y articular los desafíos que impone el quehacer cotidiano en una intendencia de proyección progresista y descentralizadora.

Respecto a los consensos que puedan surgir de esa participación plural entre coterráneos, es importante recordar que no se trata de implementar lo que cada uno de los integrantes de una agrupación o sector proponga, sino lo que todos suponen que repercutirá de la mejor forma en la instrumentalización de los objetivos más relevantes de la labor institucional. El consenso no lleva a la coincidencia sino al acuerdo, y sobre ese acuerdo se puede trazar (en términos municipales) un orden de prioridades, y determinar además quién es idóneo o más apto para cada tarea especifica. Por tanto, queda fuera de discusión que las relaciones, tanto generales como interpersonales, resultan de suma utilidad para el desempeño acorde y responsable en cultura. En el contexto ciudad pequeña, país periférico, esta característica es además decisiva, pues no hay diversidad de interlocutores en ninguno de los estratos de relacionamiento diplomático. Por lo común, la comunidad artística e intelectual es acotada, los referentes periodísticos y otros multiplicadores, paradigmáticamente, no se multiplican y los políticos provienen de fuerzas polarizadas y con trayectorias lentas, así como los mandatarios surgen de anteriores gestiones ejecutivas o legislativas. De la misma manera, no hay variedad de empresas nacionales con voluntad de patrocinio o esponsoreo. Con este panorama, vale decir que la agenda de contactos (las relaciones trazadas o consolidadas) es la mayor arma del trabajador de la cultura en una intendencia. Luego de la capacidad relacional, e intrínseca a ella, está la posibilidad de comunicarse, y de hacerlo con eficacia y eficiencia. En este sentido, las propuestas culturales son por definición relacionales y comunicativas; se podría, incluso, afirmar que lo son desde la gestión misma, hasta los efectos o resultados esperados. En resumen, sobre esa voluntad de construir ciudadanía, identidad y civismo, nos encontramos supeditados al diálogo permanente, a ofrecer intercambios y mixturas para, con un poco de suerte, estar en condiciones de recibir lo mismo para nuestro departamento.

Es necesario, como elemento oportuno, referir que el hecho de conocer y reconocer las diferentes producciones de nuestro contexto y poder cotejarlas con atmósferas del plano nacional e internacional es ya una responsabilidad con fines prácticos que jugará un rol decisivo para la gestión cultural. Es decir, hay que saber qué pasa en nuestra localidad y cómo pasa; cuál es la labor de nuestros colegas y con quiénes contamos; con quiénes podemos intercambiar información, estructuras, recursos, así como detectar a tiempo aquellas necesidades o falencias. Del análisis de esta situación, inclusive mediante métodos tan sencillos y al alcance como la observación, surgirán insumos y conclusiones sensibles y de efectiva aplicación: recorrer nuestras localidades, sus ferias, sus teatros, museos, sus paseos, plazas, parques, bibliotecas, cines o salas de proyecciones, centros culturales, centros juveniles, balnearios, corsos y tablados en carnaval, etc, etc, resulta, antes que nada, un compromiso que a menudo despeja o aclara el aire que se respira detrás del escritorio de una oficina o despacho. Porque creemos que la vida transcurre en el seno de los colectivos como la familia, los gremios, el barrio (entendido como un conjunto de calles que delimitan un área), la ciudad, la región, la nación y, hasta un conjunto de países. La construcción de lo propio y lo ajeno media en oposición hacia el nivel de contraste: la matria, la patria y lo glocal son los ámbitos desde los cuales construimos aquello que nos pertenece, que por su valor debemos preservar para que lo podamos heredar e incluir en lo patrimonial.

El patrimonio es entonces, por así decirlo, la objetivación y selección crítica de elementos de la cultura, inscriptos en la identidad y memoria colectiva; se trata de todo aquello que reconocemos, valoramos y deseamos conservar en nuestra comunidad como referente material y/o simbólico que, además, robustece la cohesión social. Desde la Gestión Cultural el patrimonio tiene diversas caras: es contexto, es herramienta, es proceso, es producto, y puede ser más, dependiendo de los abordajes que sobre él se realicen. De esta forma por patrimonio cultural inmaterial, vinculado a las tradiciones y prácticas que enriquecen a las comunidades se entiende a aquellos usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconocen como parte integrante de su identidad.

Precisamente, el Carnaval de Rocha se trata de una celebración histórica-patrimonial, con características únicas que retratan esa identidad, esa cultura y conjunto de tradiciones y creencias locales, por más que no posea la masividad que los carnavales de Montevideo o Artigas, si de referentes hablamos. La valorización que de él hagamos dependerá, sin duda alguna, tanto de la predilección como del conocimiento que sobre el mismo tengamos, pero también de una gestión oportuna para conservarlo, promoverlo y difundirlo, refiriéndonos, claro está, a una manifestación cultural integral que combina arte, crítica y celebración, reflejando, además, la diversidad y riqueza cultural de cada localidad; fuente difusora de talentos, de interacciones, de sentidos de pertenencia y hasta de impacto económico.

Diseñar, por lo antes manifiesto, e implementar un proyecto para su revitalización desde nuestro espacio, sería tan pertinente como distintivo por sus afinidades ideológicas con la izquierda uruguaya, así como por su histórico nexo con la expresión de los sectores más populares, la promoción de la justicia social, equidad de género, inclusión de minorías y tantos otros “valores” relacionados con la diversidad cultural.

Esta propuesta puede, sin duda, combinar la valorización de esa identidad local con aquellas estrategias modernas que propendan a posicionar al Carnaval rochense como un referente cultural del este de nuestro país.

Aquí un posible esbozo:

A)- Fortalecimiento Artístico y Cultural

Talleres y capacitaciones:

Capacitar a murgas, comparsas y otros colectivos artísticos locales en aspectos como vestuario, escenografía, canto, baile y dramaturgia.

Incorporación de temáticas locales:

Promover que los espectáculos incluyan, (además de la crítica y sátira característicos), historias, leyendas y temas relevantes de Rocha, como su vínculo con la naturaleza y la vida costera.

Apoyo a nuevos artistas:

Incentivar la formación de nuevos grupos mediante financiamiento inicial y acceso a espacios funcionales de ensayo.

B)- Infraestructura y Escenarios

Tablados modernos:

Renovar la infraestructura de los tablados, asegurando buena iluminación, sonido y comodidades para artistas y espectadores, así como cartelería de sponsors.

Rutas culturales:

Diseñar un recorrido con tablados en varias localidades del departamento, para descentralizar las actividades y atraer más espectadores.

C)- Promoción y Difusión

Campañas publicitarias:

Promocionar campañas en redes sociales, prensa y televisión local y nacional, destacando el Carnaval como un evento “único” en Uruguay.

Colaboración con influencers y medios:

Invitar a figuras conocidas del país y a turistas a compartir su experiencia referida al carnaval y a otros atractivos del departamento.

Alianzas regionales:

Coordinar con otros carnavales del país para generar intercambios de agrupaciones artísticas y atraer turistas interesados en recorridos culturales.

D)- Innovación en el Evento

Categorización de premios:

Introducir más categorías en los concursos (a modo de ejemplo: mejor vestuario, mejor tema original, innovación artística) para incentivar la creatividad.

Desfiles nocturnos temáticos:

Organizar desfiles nocturnos con iluminación especial para generar mayor atractivo visual.

Carnaval infantil:

Ampliación de las actividades y desfiles para niños, promoviendo la participación familiar.

E)- Impacto Social y Económico

Economía local:

Integrar ferias gastronómicas y de artesanías como instancia para que emprendedores locales ofrezcan sus productos.

Programas educativos:

Involucrar escuelas y liceos en la confección de carrozas, diseños de vestuario o investigación de temáticas referidas al carnaval en todas sus manifestaciones.

Formación en gestión:

Capacitar a los organizadores del carnaval en marketing, planificación y financiamiento de eventos culturales.

Evaluación y ajuste:

Estimar o medir el impacto en público, participación artística y economía local, ajustando estrategias según los resultados para próximos eventos.

Escalamiento:

Consolidar el Carnaval como un evento de referencia en la región, buscando apoyo nacional e internacional.

Presupuesto y Financiamiento

Fondos municipales y departamentales.

Aportes de empresas privadas mediante patrocinio.

Subvenciones del Ministerio de Cultura y Turismo.



DARIO AMARAL


domingo, 8 de diciembre de 2024

¿QUÉ HACER POR LA CULTURA DE ROCHA?

 





Izquierda sin cultura no es izquierda” (Mariano Arana)

Desde un punto de vista técnico-organizativo podemos afirmar que la gestión en cultura implica establecer objetivos claros, definir estrategias y políticas oportunas, así como vigilar su realización con miras a producir resultados en un proceso a corto, mediano o largo plazo, supeditados a los objetivos pretendidos para el departamento. Se trata de una intervención compleja y multifacética, no estática y desde un punto de vista más operativo es también una herramienta oportuna para confrontar visiones, enfoques u opiniones, generar intercambios, compromisos, consensos y alianzas sobre la base de generar colectivamente un cambio, (avance o progreso), en cualquier comunidad departamental que lo requiera.

Para nuestro Departamento de Rocha, generar un proyecto de cultura integrador, allegado a los ciudadanos, sustentado en la animación, la mediación, la promoción, la administración, la habilitación y el liderazgo de los procesos culturales sería, ante todo, la satisfacción a una urgencia o demanda postergada. El contexto de la gestión cultural requiere de protagonistas capaces de establecer puntos de diálogo entre la creación artística y el consumo cultural, entre las dinámicas socio-económicas y las dinámicas culturales, entre las exigencias políticas o empresariales y la coherencia del producto compartido comunitariamente.

Dado que el acceso y la participación en la cultural son un derecho inherente de las personas, cada Gobierno encuentra obligado a crear las condiciones necesarias para el pleno goce de este derecho, conservar y propiciar las condiciones del artista-creador en el seno de cada colectividad, en un marco de valores democráticos pluralistas, de equidad socioeconómica y de respeto por la unidad territorial. La defensa de las culturas locales y regionales, amenazadas por las culturas de difusión mundial, no debe transformar a las culturas afectadas en reliquias despojadas de su propio dinamismo, valor y desarrollo. Por ello debemos facultar a cada individuo y a cada localidad para aprovechar su creatividad y para que encuentren y consoliden maneras de convivir con otros, facilitando un desarrollo humano auténtico y la transición hacia una cultura de paz y de no-violencia.

Sobre esta base y en este contexto, el reciente gobierno electo ha delineado una serie de políticas culturales tendientes a fomentar el desarrollo integral del país, inspiradas en una visión renovadora y de creciente corte social. Entre sus enfoques más destacados podemos visualizar:

1)- Acceso a la Cultura y Educación: Orsi ha señalado la importancia de descentralizar las actividades culturales y educativas. Su gestión anterior en Canelones priorizó la creación de centros culturales y espacios renovados para fomentar la identidad y la participación artística, algo que se espera ampliar a nivel nacional.


2)- Impulso al Turismo Cultural: Con un enfoque en actividades culturales y patrimoniales, como la Ruta del Vino y el enoturismo desarrollado en Canelones, Orsi buscará expandir iniciativas similares para dinamizar las economías locales y atraer turismo interno e internacional.


3)- Políticas de Integración Social: Las políticas culturales estarán alineadas con su visión de inclusión social, especialmente a través de proyectos educativos y actividades para jóvenes y adultos mayores. Esto incluye ampliar la cobertura de becas, residencias estudiantiles y programas de acceso a actividades culturales para todos los sectores de la población.


4)- Innovación y Desarrollo Regional: Durante su campaña, Orsi propuso fortalecer polos tecnológicos y culturales en todo el país, integrando innovación con actividades tradicionales para generar empleo y mejorar la calidad de vida de las comunidades de cada departamento.

Estas políticas se integran dentro de un marco más amplio de desarrollo social, económico y ambiental, centrado en la equidad y sostenibilidad.


En convergencia con esta política de corte antropológico y en alusión al fortalecimiento de los polos tecnológicos, resulta inevitable no hacer referencia al potencial albergado en el ex-Polo Tecnológico, (actual Instituto de Alta Especialización, IAEC), de la ciudad de Chuy en nuestro Departamento de Rocha; al igual que a la subestimación de sus posibilidades de formación, perfeccionamiento y desarrollo inclusivo para las jóvenes generaciones de aquella localidad y sus zonas aledañas. La finalidad de este Instituto,(o el objetivo inicial de su creación en el gobierno anterior), consistía, o debió consistir, en la formación académica y profesional integrada con las actividades culturales y el desarrollo sostenible del departamento de Rocha. Su objetivo especifico consiste, en realidad, en el fortalecimiento del vínculo entre la educación especializada y la gestión cultural mediante la formación de profesionales y estudiantes que, al unísono, contribuyan activamente a la preservación, promoción y desarrollo cultural del Departamento. La incorporación del “IAEC” de Chuy al proyecto de una gestión de cultura municipal responsable, empática y comprometida con el medio fortalecerá la conexión entre educación , cultura y desarrollo, convirtiendo a Chuy en un nodo estratégico para el progreso regional; permitiendo consolidar a Rocha como un modelo eficiente y mancomunado de sostenibilidad cultural, educativa y económica.

Algunas, entre la innumerables propuestas o actividades tendientes a la implementación o articulación efectiva de este Instituto, impulsoras para el avance en Chuy, bien podrían tener que ver con: A)- la creación de un programa educativo especifico del “IAEC” habilitado a formar gestores culturales y/ o especialistas en turismo sostenible con enfoque local; B)- organizar actividades formativas abiertas a la comunidad y diseñadas en conjunto con entendidos en cultura; C)- incluir actividades prácticas en proyectos culturales locales, como festivales, restauración patrimonial o diseño de circuitos turísticos; D)- establecer un espacio en el “IAEC” para estudiar, documentar y preservar las tradiciones culturales, así como el patrimonio inmaterial de Rocha; E)- involucrar a estudiantes y docentes en investigaciones sobre temas como el impacto del turismo cultural, la preservación del patrimonio o las dinámicas sociales relacionadas con la cultura; F)- al ser Chuy frontera cultural se hace viable constituirla en sede para la realización de eventos binacionales,(Uruguay-Brasil), que celebren y revaloricen la diversidad cultural de la región; G)- propiciar la participación de estudiantes en ferias que integren artesanos, artistas y productores locales, desarrollando, con ello, habilidades prácticas; H)- diseñar un sitio web o aplicación,(app), que registre los recursos culturales de Rocha, incluyendo planos, mapas interactivos y guías turísticas, como proyecto liderado por el “IAEC”; I)- aprovechar la ubicación fronteriza de Chuy para promover el bilingüismo y multiculturalismo dictando cursos de gestión cultural, turismo, etc, en español y portugués, involucrando actores de Brasil Y Uruguay…etc, etc.

Una valorización de una gestión de cultura departamental familiarizada con las necesidades e intereses de los ciudadanos resulta vital para promover un desarrollo sostenible, preservar el patrimonio cultural, fomentar el turismo y además la identidad local. Este proceso implica reconocer la riqueza cultural del departamento, diseñar políticas efectivas y ejecutar programas o proyectos que beneficien tanto a la comunidad local como a quienes nos visitan en calidad de turistas; ello, en definitiva, tiende además a generar oportunidades económicas y sociales que contribuyen al desarrollo equitativo, igualitario y enriquecedor para todos los rochenses. El primer paso ya fue dado y abalado por la decisión democrática y soberana de la ciudadanía en su conjunto en las pasadas elecciones presidenciales, resta, únicamente, escalar otro peldaño a nivel departamental y consolidar, de esta forma, la unidad nacional.



DARIO AMARAL

sábado, 7 de diciembre de 2024

DEFORMACIONES de la DEMOCRACIA COLUMNA DE CARLOS CASTILLOS. Diciembre de 2024

 





Esta democracia representativa está agotada. No es la primera vez que lo sostengo. Un sistema que nos rige hace casi doscientos años y que consiste en elegir, cada cinco años, a “representantes” del pueblo para que administren los bienes comunes. Esos “representantes” acceden a los cargos administrativos, de gobierno, en base a las promesas pre-electorales que hacen, pero después hacen lo que se les antoje o que les parece más adecuado, o conveniente. “A mi me eligieron para gobernar y gobierno”, repiten muchos gobernantes, dando a entender que el voto los legitima para hacer lo que se les ocurra. Así proceden entregando el puerto de Montevideo por 50 años, o extranjerizando y privatizando tierras para emprendimientos forestales o industriales, construyendo obras faraónicas, cuando hay uruguayos que comen de los contenedores o viven en “chozas” de chapa, cartón o madera. El dinero que nos cuesta esta democracia, a todos los uruguayos, es incalculable. Y está muy mal distribuido. DESPILFARRO INJUSTIFICADO Apenas un ejemplo al que mucha gente no le presta atención. ¿Sabe usted que los partidos políticos cobran por voto obtenido en las elecciones nacionales?. El escrutinio final de la primera vuelta, realizada en octubre de este 2024, determinó que el Frente Amplio (FA), obtuvo 1 millón 071 mil 826 votos, y las disposiciones vigentes disponen que se le debe pagar 533 pesos cada voto, de manera que usted, yo y todos los uruguayos adultos, le tenemos que pagar al FA 571 millones 283 mil 258 pesos, que significan 13 millones 733 mil 649 dólares. El Partido Nacional consiguió finalmente 655.426 votos por lo que cobrará 349 millones 342 mil 058 pesos, unos 8 millones 398 mil 183 dólares americanos. Pero no cobran solamente los dos primeros. Todos los partidos cobran, de manera que la cifra supera ampliamente los aproximadamente 22 millones de dólares que cobrarán el FA y el Partido Nacional. Al Partido Identidad Soberana, de Gustavo Salle, le corresponden 35 millones 069 mil 268 pesos, unos 843 mil 065 dólares. A Cabildo Abierto 32 millones 272 mil 617 pesos, unos 775 mil 833 dólares, al Partido Independiente, de Pablo Mieres, 22 millones 182 mil 394 pesos, unos 533 mil 264 dólares. También corresponde que reciban dinero los partidos que no ingresaron al Parlamento, como el Partido Constitucional Ambientalista, Unidad Popular, el Partido Ecologista Radical Intransigente, el Partido por los Cambios Necesarios y Avanzar Republicano. De dónde sale esa plata?. De su bolsillo y el mío porque quien dispone el pago es el Banco de la República (BROU), el banco de todos. ¿Cómo se justifica ese desembolso millonario?. Porqué razón hay que pagarle a los partidos? Te van a decir que es por los gastos de campaña. Pero los partidos reciben aportes diversos, “casi” sin control, así que ese argumento no es tan válido. Ahora, mientras las elecciones sean lo más parecido a una fiesta de carnaval o a un campeonato de fútbol, van a pasar estas cosas. Si un sistema verdaderamente democrático funcionara con otros mecanismos y votar fuera simplemente un acto administrativo más, capaz que no habría necesidad de tanto despilfarro vergonzoso. En definitiva, tendríamos que tener claro que “DEMOCRACIA” no es votar cada cinco años. Es participar y, especialmente, tener mecanismos para incidir en las decisiones importantes del gobierno de turno. Actualmente, con el desarrollo tecnológico que existe, perfectamente se puede consultar a la gente, las veces que sea necesario, sobre aquellos temas que afectan directamente a la vida cotidiana de cada uno de nosotros. Por eso siguen válidos los versos de la década de 1970, escritos por el español Víctor Manuel: “Que no cese la esperanza acorralada/con un voto no cambiamos casi nada”.

martes, 19 de noviembre de 2024

CIENTÍFICO LEOPOLDO SUESCUN ESPECIALISTA EN HIDRÓGENO VERDE.


 

Es Dr en Química y Cristalografia y uno de los primeros y más importantes estudiosos del tema del hidrógeno verde.

Un análisis profundo que abarca las opiniones de la Academia, la política, los empresarios y los ambientalistas.

El hidrógeno verde es considerado la energía limpia del futuro. Uruguay puede desempeñar un papel importante en su producción.


Link para escuchar la entrevista completa:

                        https://youtu.be/_zj6xJSI528


LOS CUARENTA Y SEIS AÑOS DE CALVARIO DE UNA MADRE Y SU HIJO. UN CALVARIO QUE NO TERMINA.

 


Era tiempo en que no había ecografías, por lo que Mabelí Romero se enteró al nacer que su hijo Diego tenía espina bífida y que debería vivir por siempre con esa enfermedad.

Al poco tiempo se separaron con el marido. Había sido destituida del Casmu durante la dictadura y al retorno de la democracia no la restituyeron porque ella debía atender a su hijo.

Luego Mabelí tuvo cáncer que un día se fue y otro volvió.

Diego empezó a trabajar en un ministerio por un programa de inclusión. Tenía que tomar dos ómnibus y caminar ocho cuadras, para ir y volver.

El trabajo fue una pesadilla para él.

Mabelí Romero escribió una novela en la que está su historia. Se llama Poder decirlo

En charla con Hay otra historia Mabelí Romero cuenta parte de lo que están viviendo hace casi cincuenta años. 

Link para escuchar la entrevista

https://www.youtube.com/watch?v=1GFXe_gh0hU

lunes, 18 de noviembre de 2024

¿QUÉ HACER POR LA CULTURA DE ROCHA? POR DARÍO AMARAL

 


Izquierda sin cultura no es izquierda” (Mariano Arana)

La actualidad nos posiciona ante una población habitando ciudades cada vez más crecientes y tecnológicas; paradójicamente, esa misma población guarda la singular percepción de que es dificultoso acceder al derecho a vivir plenamente, sin exclusiones, brechas, ni segregaciones, que con frecuencia acaban vulnerando los derechos de los ciudadanos. Asistimos, en realidad, al “escenario” de una ciudad con comunidades cada vez más fragmentadas en lo territorial, que luchan por validar la fuerza del sentido de lo comunitario sin obtener, mayormente, la apropiación social y la convocatoria ciudadana suficientes para agenciar procesos de verdadera incidencia cultural. Mientras tanto, sectores crecientes de la población, particularmente de las nuevas generaciones, se vinculan cada vez más, afectiva y emocionalmente, a sus comunidades virtuales y demuestran una tendencia a participar cada vez menos en manifestaciones tradicionales comunitarias, para desempeñarse con más solvencia en el ámbito funcional corporativo y/o global. Se nos dificulta concordar con este accionar, (poco empático, poco solidario y hasta foráneo), que tampoco coincide con aquella gestión que pretende mediar entre las necesidades y realidades del territorio que habitamos, y los recursos disponibles que pueden llegar a las comunidades cercanas para generar un desarrollo humano de incidencia local. Las políticas culturales no solo deben ser temáticas ,(música, patrimonio, teatro, danza, etc.), orientadas a los agentes de cada sector, o al fortalecimiento de los campos (arte, cultura, patrimonio) en sus distintas dimensiones, (investigación, creación, producción, circulación, apropiación, salvaguardia), sino que deben incluir a toda la ciudadanía, prestando especial atención a los procesos culturales comunitarios, que faculten el ejercicio libre de la creatividad, la asociatividad, la construcción de memorias vivas, la superación de la marginación y la exclusión, desde la vida cotidiana, las memorias y experiencias de cada territorio. El Estado debe dejar de pensar que su rol es intervenir, y entender que su papel en este momento es mucho más el de interactuar, facilitar y mediar. De un Estado que fomenta procesos culturales en los territorios de manera vertical y competitiva por medio de convocatorias dirigidas a estimular de manera meramente económica productos culturales; podemos y debemos migrar a un Estado que sea también capaz de producir un fomento horizontal, en red y colaborativo dirigido a estimular procesos sociales y culturales colectivos.

A razón de que la acción del Estado debe, por consiguiente, enfocarse en fomentar un proceso, y no un producto cultural determinado, la apuesta se basa, pues, no en facilitar simplemente los recursos para que se produzca un producto cultural en un esquema tradicional de subvención o patrocinio; sino en encaminar los recursos para fortalecer el proceso social y cultural del que podrán nacer y desarrollarse diversos productos culturales. Cabe, asimismo, señalar que el desarrollo no es espontáneo, se trata de un proceso deliberado, que se apoya en la integración, cooperación y concertación como instrumentos de acción metodológica y política. Por lo tanto requiere de decisiones políticas fidedignas, como consecuencia, de acciones concretas que deben estar en la agenda de un gobierno municipal responsable. El desarrollo cultural es un elemento fundamental para el desarrollo integral de una comunidad. Por supuesto, esto va a depender de la concepción de cultura en la que se sustenta como de la noción de desarrollo que se tenga. Pero, si bien sostenemos que el desarrollo cultural debe estar en la agenda de los municipios, no es responsabilidad exclusiva de éstos, sino que necesita de la participación coordinada de grupos e instituciones. Por esta razón resulta fundamental el papel que juegan los gestores culturales en el ámbito público, pues si el desarrollo no es espontáneo y no es responsabilidad exclusiva del Estado, los responsables de cultura deben cogestionar con instituciones, con ONGs, con asociaciones, con privados, con diversas colectividades para, entre todos, contribuir a su logro. El desarrollo cultural es un proceso que debe consolidar la garantía del libre acceso y participación de la población conjunta en el conocimiento, uso, disfrute y creación de los bienes, hechos y servicios culturales. Queda clara la relevancia de la inclusión de la cultura en las agendas de los gobiernos, en especial de las administraciones municipales. En este punto la pregunta sería por qué se plantea que debe dársele importancia a las administraciones locales, (llámense intendencias, municipios o alcaldías). Pues, si se habla de desarrollo endógeno se habla de lo local, y la diversidad cultural del Uruguay es tan amplia como lo es su territorio, por lo que desde las administraciones centrales se deben considerar estas diversidades y, por lo tanto, contribuir al desarrollo de las potencialidades propias de cada comunidad. Esto sólo se puede lograr desde las administraciones municipales, porque el municipio al ser la célula más pequeña de la democracia, necesita de la descentralización para fortalecerse. El trabajo cultural, es decir, el accionar en todos los campos de la cultura, es una modalidad para generar procesos de participación e inclusión de la población. El ámbito municipal es el espacio donde se hace posible la articulación de la sociedad política con la sociedad civil. Un municipio con alta participación ciudadana, con inclusión de la gente a la gestión de la cultura, con descentralización de las actividades culturales, cogestionadas con las asociaciones, con los particulares, con las empresas, con la gente es también, sobre todo, un municipio fortalecido.

La posibilidad de trabajar las políticas culturales desde y para las comunidades implica recuperar la dimensión colectiva de la cultura, el vínculo humano, próximo, consciente y creativo con otras personas y seres cercanos; implica además reconocer al artista como ciudadano, en dimensiones valiosas de sentido y resistencia ante la tendencia contemporánea a subsumir enteramente las artes y la cultura en el mercado, o a perderse en una miríada de reivindicaciones identitarias individuales carentes de horizonte y proyecto social colectivo. Se debe implicar, incluir, generar intercambios, compromisos, consensos. El eje de la Gestión Cultural y del Gestor, como agente de cambio, consiste fundamentalmente en saber comprometer, transformar las cosas, allegar personas. Aquí lo claro es que la gestión es servicio y la cultura es esencialmente de la gente. Por lo tanto, es necesario preguntarles a todos y así descubrir las necesidades explicitas de la población. Pero también investigar para descubrir así sus necesidades implícitas. Gestionar en cultura significa pelear por un presupuesto escaso ante las demás autoridades municipales o luchar por un reconocimiento como área de gestión municipal que, en muchos casos, ni siquiera es autopercibido como tal. Es tener conciencia de que el trabajo dura lo que dura la gestión del gobierno de turno, sin demasiadas proyecciones en las gestiones futuras, (aunque las debiera tener), ya que es propio de estas administraciones que todo nuevo mandato no reconozca los logros anteriores e imponga, para su propia diferenciación, su especifico “modelo de trabajo”. Quien esté a cargo de una gestión cultural debe saber que el sentido de lo artístico no solo se haya en la realización de objetos artísticos, obras o acciones, sino, entendiendo el arte como acto de reflexión permanente, en contribuir a ensanchar los escenarios de discusión en torno a la exclusión social, la discriminación, las violencias, la reafirmación de los estereotipos y el autoritarismo. La convergencia de estas dinámicas reivindica y posiciona el valor intrínseco de las dimensiones éticas, estéticas y simbólicas de los saberes y prácticas culturales de las personas y comunidades en la construcción de sociedades más justas, creativas e incluyentes, que con certeza proponen formas y procesos creativos como un acto político transformador.

Los gestores culturales están en esos espacios para convocar a la comunidad, ser visitados por ella para animar, mediar y crear procesos culturales. Es en estos mismos espacios donde se consolidan los proyectos artísticos y culturales más innovadores y disruptivos de las comunas: el teatro concertado, la biblioteca comunitaria, el ensayo murguístico, la escuela de danzas tradicionales o de ballet, el centro cultural comunitario, el vivero creativo social y, por supuesto, las artes escénicas o performances, son algunos de tantos espacios que le dan al barrio una estructura e infraestructura cultural formal, al mismo tiempo que movilizan la acción y el pensamiento para generar desarrollo y la transformación social necesarios para una vida más digna y consciente.

A diferencia del mercado, donde la noción central de la relación humana es la transacción o el intercambio, y del mismo Estado, que privilegia la participación como eje de su relacionamiento con la ciudadanía, en la base de la gestión cultural responsable el concepto central es el vínculo, es decir, la posibilidad de establecer una relación próxima, consciente y creativa con otros conciudadanos, en su complejidad y diversidad. Entendemos así que la identidad cultural es una construcción humana y no una esencia inmutable, lo cual implica siempre considerar al ciudadano como múltiple, abierto, cambiante, con una identidad no estática , sino en constante proceso de (re) articulación y que, además, implica considerar las diferencias como piezas claves en la constitución de cualquier identidad. Posiblemente esta sea, sino la única herramienta, sí una entre tantas que, nos faculte visualizar la cultura como una dimensión ineludible para el progreso integral de localidades y regiones de nuestro departamento.

DARIO AMARAL

 

 

miércoles, 23 de octubre de 2024

¿QUÉ HACER POR LA CULTURA DE ROCHA?


 

Izquierda sin cultura no es izquierda” (Mariano Arana)

Lo cultural excede por mucho lo artístico; su naturaleza social es tan dinámica y abarcativa como aquellos límites de su definición, por lo que pensar la cultura únicamente desde el flanco de las artes resulta, si se quiere, una simplificación. Al pensar en esos límites, visibilizando la diversidad contextual, así como las prácticas culturales implementadas que indefectiblemente nos aparcan en la coyuntura de las “emergencias sociales”, donde además se entrecruzan las tensiones prelectorales del marco político, resulta imprescindible procurar herramientas que nos habiliten a expandir nuestra mirada de gestión cultural de la forma más equitativa y urgente posible.

Una herramienta sistemática para llevar a cabo este objetivo e involucrar a las comunidades en la identificación y registro de los bienes culturales locales, (con la implicación de que la información resultante sea útil para crear estrategias colectivas, procesos de planificación u otras iniciativas en pro de avances), es el mapeo cultural. La validez y potencial de este instrumento radica en que, al consistir en una investigación colaborativa y participativa con un enfoque principal en la implicación de la comunidad para una mejor comprensión de las “realidades territoriales”, contiene el potencial de visibilizar identidades y patrimonios culturales, plantear formas complementarias de acceso y participación en la cultura, vincular tecnologías diversas enfocadas a la comunicación e información y generar procesos de cooperación.

El mapeo cultural se usa y proseguirá desarrollándose para planear y evaluar proyectos regionales, municipales y estatales de desarrollo urbano como rural, visualizar, a la vez que compartir, experiencias y contenidos culturales periféricos y fortalecer redes colaborativas entre vecinos. Por lo que este no puede verse como un fin en sí mismo, sino más bien como un medio para generar, en el ámbito de la gestión cultural, nuevas interrogantes sobre los contenidos que hacen emerger y problematizar planeaciones, alcances y sustentabilidad de políticas culturales y presupuestos públicos; generar redes entre creadores, gestores y promotores culturales de diversos ámbitos; visualizar y ampliar la información sobre la cada vez más pulsante participación ciudadana en proyectos culturales de mediano y largo aliento situados en espacios concretos; desarrollar actividades y proyectos para el departamento sin estar adscritos a un solo espacio físico -oficial o no oficial, pero partiendo de la idea de que los espacios culturales independientes pueden ser un punto de encuentro y catalizadores de procesos que dinamizan ámbitos locales de la vida cultural, en donde se concretan propuestas con un marcado interés por el desarrollo de ciertas líneas de trabajo, tales como el fomento a la lectura, la sensibilización a las artes o acceso a manifestaciones artísticas y de cultura popular para públicos amplios y periféricos. De acuerdo con los recursos disponibles, el gestor podrá establecer redes de relaciones entre diferentes comunidades, dinamizando sus potencialidades, atributos o virtudes, proyectando, además, diversas posiciones de competencia, complementariedad e intercambio que vinculen a los interesados.

El mapeo cultural, además de ser una herramienta descentralizadora, provee una visión actualizada y amplificada sobre la diversidad situada a lo largo del territorio respectos a grupos de artistas, “promotores culturales” y portadores de cultura tradicional que se organizan para llevar a cabo actividades que hoy por hoy se vinculan con la gama de posibilidades que encierra el término de gestión cultural y de enseñanza de las artes, con recursos principalmente ciudadanos, que materializan sus inquietudes y voluntad en un espacio físico. Por otra parte, nos invita a profundizar sobre los bienes culturales que se producen, circulan y se consumen en estos espacios y su papel dentro de los circuitos culturales del departamento, al igual que la debida atención e implicancia con aquellas “vulnerabilidades” que afectan a los sectores poblacionales más desfavorecidos, (emergencias sociales).

Este mapa puede ser una de las muchas herramientas ciudadanas de exigibilidad para el establecimiento de mecanismos más dignos y actualizados por parte del Estado, la articulación de leyes y la distribución equitativa de recursos, como un ejercicio de ampliación de la mirada con respecto a la incidencia cultural con un nivel de “profundidad” o “intensidad” cultural que exceda la simple instrumentalidad y que nos abra un abanico de preguntas de carácter más humano-sociológico acerca de las “realidades” de los actuales contextos donde implementarse cada proyecto, sobre el tipo de bienes culturales y las condiciones para el acceso a los mismos, las trayectorias de sus agentes culturales en relación a las políticas culturales vigentes y anteriores así como los elementos detonantes para su participación en la dinámica local. Debe, esencialmente, implementarse un proyecto que considere, cada vez más, la cultura como base de la misma sociedad y no como componente aislado del desarrollo social, cuando no considerado parcialmente en su aspecto económico.

La valorización de la dimensión antropológico-simbólica de la cultura, asociada al desarrollo económico y a la promoción de la ciudadanía, generaran una visión más humanística de la gestión cultural y, por supuesto, también del gestor cultural. Por ello, dicho gestor debe buscar articular sujetos, conocer las urgencias, potencialidades y las diferentes temporalidades de cada elemento de la cultura, comprender las realidades inmediatas, mediadoras y permanentes para desarrollar planes y herramientas de protección y promoción, (observaciones, conversatorios, diagnósticos, relevamientos, acuerdos, proyecciones, etc), de las más diversas expresiones culturales, así como también de las demandas sociales relegadas.

A modo ilustrativo o de ejemplificar algunos de los tantos beneficios de recurrir al mapeo cultural como herramienta de trabajo eficiente en una comuna, (entre tantas otras), comparto una experiencia llevada a cabo en el Municipio B de Montevideo que, salvando las distancias, bien puede tener cabida, margen o espacio de ser adaptada o implementada para alguna, (u otra), localidad de nuestro departamento, con todas las modificaciones que se consideren necesarias, sin que por ello, y pensado en una descentralización en serio, pierda su capacidad de eficiencia:

  1. Presentación: La misma estuvo a cargo del equipo que elaboró el mapeo quienes presentaron su trabajo titulado “Cartografías culturales participativas, recorridos posibles en el Municipio B de Montevideo”. El equipo explicó que al momento de delimitar su objeto de estudio se encontró con la necesidad de acotarlo, decidiendo enfocarse en las iniciativas artístico-culturales de carácter no estatal y apostando a dar visibilidad a los procesos de trabajo que surgen de la sociedad civil. A partir de allí se definieron cuatro categorías de investigación, las cuales no son excluyentes: infraestructuras, proyectos, organizaciones y colectivos, y centros de formación. Señalaron que al comienzo de la presentación se plantearon algunas interrogantes que estuvieron presentes al inicio de la investigación: ¿Qué es un mapa cultural? ¿A qué y a quiénes abarca? ¿Cómo se construye? ¿Cómo se transforma? ¿Cómo se puede registrar esa transformación? Además, su trabajo implicó generar una base de datos que reúne y sistematiza más de 360 recursos vinculados a las artes escénicas, la música, las letras, las artes visuales, el audiovisual, la fotografía, la comunicación, los espacios culturales interdisciplinarios y las salas. En este sentido, destacaron que éste no es un producto definitivo, sino que es un registro que está abierto para que sirva de insumo para generar distintos cruces de información y nuevos mapas, y también para pensar la cultura de forma relacional.

  2. Intervención: En cuanto a las intervenciones realizadas en el espacio público, el colectivo llamado “Baldío” explicó que su tarea consistió en generar un aporte en relación a cómo el arte y la creación participativa pueden generar conocimientos e insumos al permitirnos encontrarnos con percepciones, sensaciones y experiencias de aquellas personas que habitan o transitan en el barrio. Su trabajo se centró en recoger las memorias y deseos vinculados a la vida cultural de los barrios, planteando interrogantes acerca de cómo hacemos arte y cómo percibimos el arte y la cultura Para ello se plantearon dos dispositivos: los livings en la calle y los paseos culturales, en los cuales las vecinas y vecinos oficiaron de guías para identificar espacios culturales presentes en el barrio. Algunas de las preguntas que se plantearon en estas intervenciones fueron: ¿Qué infraestructuras o actividades culturales conoces dentro del Municipio B? ¿Conoces actividades culturales generadas y gestionadas por vecinos/as y/o colectivos artísticos? ¿Participas de las actividades o expresiones culturales del barrio? ¿Dónde te encuentras con tus vecinos/s? ¿Te identificas con alguna práctica cultural en específico? ¿Crees que generas cultura? Cuando vas a actividades culturales, ¿lo haces en tu barrio o te trasladas a otro barrio o a otro municipio?

  3. Resultados: Se presentaron los resultados obtenidos a partir de la encuesta online realizada a lo largo de varios meses con el fin de recabar información acerca de las prácticas y experiencias artístico-culturales presentes en el territorio. En dicha encuesta se consultó acerca de los siguientes tópicos: identificación, organización, trayectoria, presupuesto, difusión, público/participantes, espacio de trabajo, vínculo con el territorio y con el municipio y perspectivas a futuro. A modo de cierre, se abrió un espacio de intercambio en el cual participaron integrantes de un medio de comunicación radial, el colectivo barrial “Ni Todo Está Perdido”, concejales/as vecinales y representantes del área de cultura de la Intendencia de Montevideo. En dicho intercambio se plantearon ciertas necesidades en materia de capacitación y difusión, así como también de contar con fondos para realizar mejoras en infraestructura. También se dieron a conocer las dificultades que se presentan al momento de obtener la habilitación de los espacios culturales y para su sustentabilidad. 

DARIO AMARAL

SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS… COLUMNA DE CARLOS CASTILLOS. Octubre de 2024




 PARTE I - “Es una época de opresión religiosa y restricción de la cultura, las ciencias y el conocimiento. Las potencias mundiales muestran un llamativo debilitamiento que augura un reacomodo del mapa político y militar del planeta. Ejércitos, a caballo o a pie, cruzan las fronteras de los países para arrasar a sus ocasionales enemigos. Los grandes empresarios, especialmente de la industria militar y otras industrias, se atribuyen el derecho a imponer sus criterios sobre la seguridad mundial y la consiguiente sobrevivencia de la especie humana. La organización política, económica y social gira en torno a esos grandes empresarios, cuyos nombres casi nunca aparecen. Algunos hablan de enfrentamiento de civilizaciones, resumidas en el cristianismo por un lado y el islamismo por el otro. La religión musulmana no deja de expandirse por diferentes regiones del planeta, mientras que el cristianismo defiende con uñas y dientes su condición de fuerza fundamental en este “tira y afloje” por controlar la vida de todos”. PARTE II - Son tiempos de estupidización, de adormecimiento de las conciencias, de apatía, resignación, desconcierto y desesperanza. Se desarrollan algunos sectores pero sin que eso favorezca la calidad de vida del ser humano. Parece que casi nadie se preocupa por el ser humano. Se han conformado, por lo menos, tres grandes centros de poder, Estados Unidos, Europa y parte de Asia, con China, Rusia, Irán como núcleos de ese bloque. Las incesantes guerras van en aumento y ponen en riesgo la existencia misma de algunos países. Las armas son de destrucción masiva y a nadie le importan los llamados “daños colaterales”, que en la mayoría de los casos significan muerte de niños y civiles inocentes. Ya no se usan jinetes con escudos, lanzas o espadas, sino misiles “inteligentes”, drones y la amenaza latente de las armas nucleares. Las guerras, las epidemias, las crisis hacen crujir algún sistema. Pero nadie parece tener muy claro hacia dónde va el mundo.
Ahora le corresponde a usted identificar qué parte de este texto corresponde a qué parte de la historia. Es fácil, pero le doy una ayuda. Los fragmentos de la PARTE I fueron tomados de un período que corresponde a la llamada Edad Media, tiempos de la historia que abarcó, aproximadamente, desde el Siglo V (Quinto) al XV (Quince) de esta Era. La PARTE II resume, muy superficialmente, elementos que pertenecen a esta época que nos toca vivir. Cualquier semejanza entre ambas épocas NO es pura coincidencia. Queda en evidencia que la humanidad no ha aprendido nada. Todo sigue igual, con algunos cambios, especialmente en la industria y la tecnología, pero sin que eso haya favorecido el mejoramiento de la raza humana. Qué diferencia hay entre las “Cruzadas”, las guerras religiosas de aquellos años de duro enfrentamiento entre la Iglesia Católica y el Islamismo, con estas guerras actuales, donde los bandos enfrentados esgrimen argumentos similares. Hoy las armas son más sofisticadas, pero la esencia es la misma. Pelearse por un pedazo de tierra y apoderarse de las riquezas del otro. Y casi siempre en nombre de dios, un dios que parece ser el mismo para todos los bandos, pero no. En fin… en el futuro, historiadores, investigadores, poetas y analistas escribirán sobre este tiempo. Y quien sabe cómo lo clasificarán. Pero si lo identificaran como “Nueva Edad Media” o “Edad Media-Segunda parte” no andarían muy errados. Si le ponen el nombre de “Edad de la mediocridad, la decadencia y la barbarie” tampoco andarán muy errados.


jueves, 17 de octubre de 2024

¿QUÉ HACER POR LA CULTURA DE ROCHA? (Parte 4)



Izquierda sin cultura no es izquierda” (Mariano Arana)


Nos falta aún bastante en cultura política para evitar así que nuestra democracia sea una cooptación clientelar o acabe reduciéndose al exigido acto cívico de votar cada quinquenio. Toda política de desarrollo sostenible debiera, (además de su dimensión social, ambiental y económica), incorporar y asumir, como cuarto pilar, una consideración explícita para con la cultura y sus factores como la memoria, la creatividad, la diversidad y el conocimiento; basado en los derechos y libertades fundamentales para que cada quien aspire, al menos, a la perspectiva, (hasta ahora encomendada a la educación y a la economía), de concreción de un unívoco proyecto de realización personal.

La “cultura ciudadana”, (resumida como el cúmulo de comportamientos en relación a un grupo de pares y por fuera de los espacios privados), desempeña, o debiera desempeñar, un rol clave en ese fortalecimiento de la sociedad civil, en la preparación de la comunidad para una mayor o más plena participación, en la generación de una cultura política seria, en la formación de una ética civil desde las políticas públicas, en la construcción de nuevos y activos referentes, en el cuestionamiento a conductas propias,(o impropias), al igual que en el desarrollo de proyectos que nos conduzcan a espacios de entendimientos, empatía y respeto por el prójimo y no a su irracional exclusión. Es decir, ello implica indefectiblemente la creación de dispositivos para pensarse de manera crítica como sociedad y como sector; construir condiciones y subjetividades siempre “incluyentes”, al igual que poner en juego los diversos relatos de lo social y la diversidad de sectores sociales participantes; bogar por el fomento de narrativas locales, por el contacto o encuentro intergeneracional e intercultural, así como la exploración de estéticas emergentes y el empoderamiento de las comunidades. En estos dispositivos habrán de generarse, además, alianzas público-privadas: un desarrollo conceptual y metodológico de colectivos culturales y artísticos, y sus propios recursos, los que históricamente ha sido una inversión pública, social, no cuantificada y, por tanto, no valorada. Por lo que, valorarla, cuantificarla, concebirla como aporte de las comunidades a los proyectos públicos de transformación y progreso de una sociedad resulta un verdadero imperativo. Nos referimos a construir y reconstruir, mediante una actitud empática y “asertiva” el tejido social del que formamos parte; propiciar espacios de acercamiento y diálogo, de debate colectivo, de encuentro de diferencias, de elaboración de propuestas, (o posibilidades), para enfrentar y/o superar las problemáticas estructurales que sofrenan el avance comunitario. Para entenderlo y arribar quizá a esa “respuesta cultural” necesaria, aún estamos a tiempo de plantearnos, entre muchas interrogantes, algunas que, factiblemente, a la hora de legitimar y convalidar nuestro voto, no excluyan la posibilidad de que acabemos, como en otras instancias, equivocándonos. Una pertinente interrogante, en pos de avizorar un proyecto de comunidad más próspera, tal vez podría ser: ¿cuáles son aquellos elementos que nos unen como sociedad, que nos integran como cultura y cuál candidato puede aproximarse a responder positivamente por ellos?


(DARÍO AMARAL-ESPACIO 609-MPP ROCHA)





GOZALO CIVILA, SEC GRAL DEL PARTIDO SOCIAlISTA DE URUGUAY "No permatamos que la derecha se apropie del condepto de la libertad"

sábado, 5 de octubre de 2024

YO VOTO SÍ/ COLUMNA DE IGNACIO SALLABERRY


 



Para comenzar, aclaro mi postura política, no estoy a favor de NINGÚN POLÍTICO que se candidatea a presidente. VOTO EN BLANCO HACE VARIAS ELECCIONES y mi sueño, es que algún día los votos en blanco superen ampliamente a los votos a candidatos, NO PORQUE SEA ANTIDEMOCRÁTICO, sino todo lo contrario, creo que el sistema político de hoy no es democrático, porque se candidatean sólo los que tienen plata para hacerlo y esa plata, oh casualidad, sale de los grandes "políticos" que hace muchos años vienen definiendo la suerte de todos los uruguayos.

¿Hubo grandes cambios cuando gobernó el Frente Amplio quince años? NO

Las empresas monopólicas siguieron su rumbo, los impuestos siguieron aumentando, con la joyita final que terminaron avalando una SEGUNDA PLANTA DE UPM, contra la cual EL PROPIO PRESIDENTE TABARÉ VAZQUEZ, en su momento, HABÍA CRUZADO EL PUENTE INTERNACIONAL JUNTO A LOS AMBIENTALISTAS.

La última esperanza de cambio fue Mujica, que a fin de cuentas no pudo o no quiso, o no supo, hacer lo que había dicho durante años, mientras el MPP crecía, al abrigo de sus lindas palabras.

Hablar de lo que el actual presidente dijo en campaña y mientras fue joven diputado por Canelones, YA NO TIENE NI GRACIA, la no suba de impuestos, la revisión del contrato de UPM (habiendo tenido la oportunidad única de la pandemia como excusa para echar todo para atrás)

MUCHAS PRUEBAS DE QUE TODOS SE HAN REÍDO EN NUESTRA CARA. TODOS, TODOS, TODOS.

¿Por qué para mí es importante lo de UPM? Porque hace unos meses por ejemplo, OSE dice, que hay crisis hídrica en Uruguay. ¿Crisis hídrica? ¿En serio? Crecí escuchando que nuestro país estaba arriba de una de las reservas de agua dulce más grande del mundo y llovió muy parecido a otros años y ¿YA ESTAMOS EN CRISIS HÍDRICA sin que empiecen los calores?

ENTIENDEN POR QUÉ HA SIDO IMPORTANTE LA INSTALACIÓN DE DOS PLANTAS DE UPM (ya una era mucho).

Uruguay se desagua cada día en millones y millones de litros, tanto sea para la fábrica, como para las miles de hectáreas de eucaliptos que beben de lo que alguna vez fue, nuestra tranquilidad... AGUA HABÍA.

Por estas cosas y MUCHO MÁS, es que no le creo a ninguno de los políticos que nos quieren dar soluciones, creo que las soluciones se pueden dar a nivel muy personal pero siempre dependeremos, de lo que estos señores hagan a nivel macro. Puedo elegir tomar agua del río, pero no si está contaminada gracias a los negocios de estos muchachos.

EN UN PRÓXIMO TEXTO les explico mejor lo de mi VOTO AL SI del plebiscito, pero básicamente sé, aprendí en todo este tiempo, que si los delincuentes que nos gobiernan NOS MUEVEN FANTASMAS para que los apoyemos asustados, HAY QUE IR POR EL CAMINO CONTRARIO.

SOMOS UN PUEBLO MUY MANSO, nos tienen embobados con tik tok y boludeces similares (por eso he querido salir un poco de las redes), y NECESITAMOS tomar caminos distintos, ¡por favor!

NO LES HAGAN CASO, NO SE PELEEN POR ELLOS y miren a los que tienen al lado, no como distintos, SINO COMO IGUALES.

De la separación se benefician los demás, los que mañana no se van a encontrar contigo para explicarte por qué a los jubilados, no les pueden subir 3 MIL PESOS, cuando ellos ganan 500 MIL PESOS AL MES y su ajuste es de 50 MIL PESOS al año.


Así no debería de ser, así no.

miércoles, 25 de septiembre de 2024

ANA CLAUDIA CARAM DIRIGENTE DEL SEREGNISMO EN ROCHA. "VEMOS EN LA GENTE LA CERTEZA DE UN NUEVO GOBIERNO DEL FRENTE AMPLIO"

 

Es militante histórica de Asamblea Uruguay, el sector fundado por Danilo Astori.

En estos días se está presentando el sublema 95609 que es un espacio amplio que agrupa a los sectores llamados moderados con el MPP

Caram analizó la importancia de este acuerdo y evaluó lo que consideró graves errores de la coalición multicolor y las propuestas del Frente Amplio.


sábado, 21 de septiembre de 2024

¿QUÉ HACER POR LA CULTURA DE ROCHA? (Parte 3)

 

“Izquierda sin cultura no es izquierda” (Mariano Arana)


Diseñar un Proyecto de Gestión Cultural comprometido con el desarrollo comunitario del departamento de Rocha es un imperativo que, en las condiciones vigentes, únicamente puede ser planteado como la más efectiva herramienta para el desarrollo y vía de superación colectiva, factible de satisfacer de manera coherente, dinámica y progresiva los intereses de la ciudadanía; provocando modificaciones trascendentes en la disposición y comportamiento ante la creación y consumo de valores culturales reales. Mediante éstos, los individuos acaban insertándose y ejecutando cambios coyunturales en función de mejorar sus propias condiciones de vida y satisfacer sus “necesidades o inquietudes expresivas”; promoviendo la participación y la creatividad colectiva mediante acciones planificadas estratégicamente, derivadas de un diagnóstico comunitario acorde con cada contexto abordado, (o evaluado), y que posicione a los rochenses como verdaderos protagonistas del quehacer cultural.

Se trata, en definitiva, de gestionar de manera decisiva la coparticipación ciudadana, ya que será ella misma, (la comunidad), la beneficiaria de sus propias iniciativas, propuestas y aportes para las mejoras de sus condiciones de vida. A su vez, ello redundará en la promoción de valores como la cooperación, la solidaridad, la apuesta, (y puesta), colectiva, la defensa de los intereses comunes, así como la preservación y fomento de nuestra identidad local-nacional; sin relegar, además, la inclusión de aquellos sujetos portadores de una diversidad cultural,(mayoritaria o minoritaria), y la búsqueda de alternativas por incorporar a todos aquellos “comunitarios”, desde las “infancias” hasta la “tercera edad”, incluida la “diversidad sexogenérica”.

Un requisito imprescindible para la formación y promoción de una cultura participativa que, entre otros rubros lleve a cabo una labor congruente con la equidad y la justicia social, es sin duda la elección oportuna y consensuada de auténticos representantes, (llámese gestor cultural o director de cultura), cuyo conocimiento, experticia y sentido común aboguen por el crecimiento y avance de la comunidad que él mismo conforma; coordinando esfuerzos con cuánta institución, fundación u organismo, (público o privado), propicie aquellas acciones o intervenciones en pro del comunitario cultural.

El impacto de estos Proyectos Culturales se efectivizará en la integración de recursos humanos y materiales, elaborando con objetividad las acciones constitutivas de cada evento, derivadas de un estudio certero de aquellas necesidades e intereses comunitarios, (puesto que un proyecto pensado sin la consulta, al menos, de sus beneficiarios y la revisión de las singularidades de su entorno sólo tenderá a fracasar). En dependencia con el grado de compromiso de los ciudadanos, como del interés por modificar-medrar las condiciones de su contexto, puede hacerse factible elevar las condiciones de vida, como también satisfacer las necesidades culturales existentes, metas y objetivos propuestos, tendientes a alcanzar el mayor desarrollo cultural, cuyo objetivo fundamental incluye la movilización de recursos humanos e instituciones, mediante la participación activa y democrática de la población.


(DARÍO AMARAL-ESPACIO 609-MPP ROCHA)