Empresario Carlos Calabuig
El 25 de
abril del año 1986, la prensa nacional confirmaba el anuncio
formulado por el presidente de la República, Dr. Julio María
Sanguinetti, decretando la exoneración del pago de determinados
impuestos a los bienes y mercaderías importados para su enajenación
en las ciudades en las ciudades de Rivera y Chuy. El acuerdo también
fue rubricado por los Ministros de Economía y Finanzas y Turismo,
Cr. Ricardo Zerbino y Dr. Eduardo Silvera Lima, apuntando a promover
la actividad económica en las zonas de frontera y ofrecer estímulos
a los turistas. En su primer momento fueron elegidas las ciudades
fronterizas de Chuy y Rivera por su especial situación económica y
geográfica para la aplicación experimental de estas medidas.
Superando las dificultades iniciales
los establecimientos habilitados fueron creciendo en forma
vertiginosa extendiéndose la medida a otras fronteras de nuestro
país. De esta manera se ha logrado incentivar el desarrollo zonal,
cambiándole la fisonomía edilicia a la ciudad y generando una
corriente turística muy importante, que generó desde el primer
momento una fuente de trabajo largamente reclamada por las fuerzas
vivas de esta ciudad. Para Carlos Javier Calabuig (Presidente de la
Asociación) “estamos muy conformes con el movimiento que se viene
registrando, teniendo en cuenta que hace 10 días no sabíamos cómo
iban a repercutir las medidas adoptadas por el gobierno argentino.
Debemos considerar sin embargo que el volumen de consumo es inferior
a la temporada anterior, notándose en cambio una afluencia superior
de turistas. También debemos tener en cuenta que las devaluaciones
brasileñas están equiparando algunos precios, mejorando en forma
sustancial el movimiento comercial, fundamentalmente en los rubros
vinculados a la canasta familiar, generando una competitividad que
es buena para los visitantes. Esta situación ha mejorado las fuentes
de trabajo en Chui, generando una expectativa que tiende a recuperar
el alicaído comercio norteño. Si bien los argentinos están
sufriendo las consecuencias señaladas , los brasileños con buen
poder adquisitivo vuelcan sus preferencias por los “free-shops” y
sus productos importados donde se destacan los perfumes, cosméticos,
bebidas y electrónica de buena calidad a un precio sensiblemente
menor. Por suerte tenemos un stock suficiente para atender la demanda
y sostenerla hasta que finalice la temporada, teniendo en cuenta que
este año tenemos un inicio escolar que acorta la temporada en
Brasil, aunque en compensación tenemos carnaval en marzo y turismo
en abril. Es importante señalar-dijo Calabuig- que estamos en
condiciones de sostener una propuesta atractiva, interesante y
moderna con precios buenos que tientan a los turistas con productos
que confirman las bondades del sistema”.
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