EXPLOTACIÓN DE MENORES
Les pagaban entre $ 300 y $ 400. Tres hombres fueron procesados con prisión
Numerosos giros de dinero entre un empresario de la Barra de Maldonado y un hombre de Cerro Largo permitieron descubrir la red de explotación sexual de menores por la que fueron procesados con prisión tres de los implicados, de 40, 58 y 75 años. Estos hombres mantenían relaciones sexuales con siete menores, de entre 13 y 17 años. Uno de ellos funcionaba de intermediario con otros hombres.
De acuerdo con el auto de procesamiento al que accedió El Observador, el hombre de 58 años vivía en Melo y era el que mantenía el vínculo principal con las jovencitas, a quienes recibía en su casa y con quienes mantenía relaciones sexuales a cambio de dinero, comida, ropa y recargas de celular, entre otras cosas.
Pero además, el individuo era quien las contactaba y llevaba a la casa de otros hombres, a modo de intermediario con otros individuos que también pagaban por tener sexo con las adolescentes. Según declaró una de ellas, en su teléfono celular tiene “una cantidad de números de viejos y milicos que llamaban para acostarse” con ella y las otras menores. Relató que le pagaban $ 300.
Así fue como se contactó a otro de los procesados, el de 75 años, un empresario de la Barra de Maldonado, quien recibió a una de las menores de 15 años. Le dio alojamiento en Punta del Este, ropa, celular, comestibles y los pasajes de ómnibus a cambio de sexo. El empresario inició una serie de intercambios de dinero mediante giros que eran cobrados por el hombre de 58, en Melo, a quien las redes de cobranza le pidieron que justificara la cantidad de dinero que retiraba, algo que nunca hizo.
Varias de las adolescentes declararon que este hombre, que gestionaba la red y además les cobraba una comisión por los pagos que recibían, mantenía relaciones sexuales con todas. El juez penal de Melo, Javier Gandini, explicó que “además de las promesas materiales” que les hacía, les permitía tener novio, ya que “no le molestaba”.
El magistrado señaló que el discurso era tentador para las menores que provenían de hogares de escasos recursos. Una de ellas, de 17 años, declaró: “Él me daba plata, que yo le pidiera lo que quisiera cuando precisara, me hacía regalos, me compraba lo que quisiera y yo accedí”. Otra, de 15 años, declaró que este mismo hombre la invitó a vivir en su casa y que le ofreció $ 400.
El tercer procesado, de 40 años, era primo del primero, quien mantuvo sexo con las menores y prometió pagarles, pero no lo hizo. En la casa de este hombre las menores comían, bebían e incluso consumían marihuana. De acuerdo con las declaraciones de las víctimas, allí asistían amigos del de 58 años a drogarse y tener sexo con las adolescentes.
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