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viernes, 4 de marzo de 2016

AGUAS DULCES: RECATO DE UNA ÉPOCA. HOMBRES Y MUJERES SE BAÑABAN SEPARADOS. Por Julio Dornel.





En notas anteriores comentábamos el aislamiento que soportaban los primeros “turistas” que se aventuraron a desafiar el atlántico, recogiendo material extraído del suplemento del diario LA ACCIÓN que circulaba en la ciudad de Castillos, cuando promediaba el siglo pasado. En el transcurso de las mismas fuimos acompañando la evolución de las comunicaciones, los medios de transporte, los dueños de esas empresas y finalmente la construcción de los primeros ranchos. En esta oportunidad recogemos una crónica que no tiene “desperdicios” vinculada con las costumbres de nuestros antepasados cuando se trataba de bajar a la costa. En primer término abrimos comillas para recoger el comentario del autor de estos fascículos que sirven hoy para evocar viejas costumbres. “Demás está decir que se copiaba todo lo que venía de las playas Pocitos y Capurro de Montevideo. En estas playas hombres y mujeres se bañaban a horas diferentes. El segundo Comisario don Benigno Laborda dispuso que en la playa de Aguas Dulces, el baño de las mujeres y de los niños fuera de 10 a 11 de la mañana y el de los hombres de 11 a 12. Pobre del que se atreviera a curiosear a las señoras y señoritas. En una ocasión no faltó el audaz que se atrevió y lo llevaron preso. Cuando las madres celosas de sus hijas veían a un muchacho merodeando a lo lejos ya se molestaban. Las “desnudeces” que se podían ver eran las piernas, de la rodilla hasta el pié y los brazos. Los trajes de baño eran de telas. Para mejor información transcribimos de un Suplemento Familiar del diario El Día de 1966, editado para evocar el año 1886, lo que dice la periodista Claudia Delmar, ¿ qué les parece si pensamos un poco en la próxima temporada y en aquellas que visitan la playa? Tenemos para estas damas modernas, un traje de baño de sarga, de un discreto azul oscuro, pero con cuello marinero, con triángulos en el pantalón que sube varios centímetros sobre la rodilla según las modas que vienen de Paris. Por nuestra parte agregamos que el traje estaba acompañado por una gorra y zapatos de goma. Hoy por hoy sería un vestido minifalda a medio muslo de pollera amplia medio acampanada, fruncida en la cintura y de mangas cortas. El traje de baño de los hombres eran como si a una camiseta de mangas cortas le hubieran añadido un calzoncillo antiguo medianamente ajustado al cuerpo. En una palabra, era un mameluco con pantalones a medio muslo de yérsey de lana, teniendo la camiseta botones hasta la cintura. Estuvieron de moda los de rayas horizontales, como trajes de presidiarios. En otros las camisetas parecían de futbolistas. En Aguas Dulces, según un bañista de la primera época, la mayoría se bañaba en calzoncillos, prenda intima como una bermuda indiscreta que solamente tenía dos botones en la pretina. Volviendo a los mirones mal intencionados, era muy poco lo que podían ver, porque en aquellos años, había casillas en la costa donde con todo el recato de la época se cambiaban de ropa y salían de la casilla como habían entrado. Estas casillas estaban construidas muy cerca del mar, eran de junco y cada familia hacía la suya”. Amigo lector, no se olvide: De 10 a 11 las mujeres y de 11 a 12 los hombres, aunque la falta de personal no le permitía al señor Comisario controlar los abusos de los “mirones mal intencionados”.

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