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jueves, 12 de octubre de 2023

LA CACOFONÍA FRONTERIZA / COLUMNA DE RICHAR ENRY

 


Contrabandista” parece ser la cacofonía fronteriza que preocupa al poder;

por eso prefieren ignorarlo como si no existiera.

En base al trabajo investigativo realizado para el audiovisual y el libro, puedo afirmar que la mención a los contrabandistas surge como una cacofonía. Es decir, como un “efecto acústico desagradable que resulta de la combinación de sonidos poco armónicos o de la repetición exagerada de un mismo sonido en una frase”.

Esto ha sido así a pesar de opiniones y voces en contrario, desde la época colonial: la decisión de imponer límites, determinar reglas de convivencia y normas de mercado en nuestras entre-regiones no fue la mejor opción, ni la más sana.

Gracias a los expresado por la profesora Teresita Pirez en el documental “El pobre que va por pan”, llegamos a comprender que era imposible no ir contra los “bandos” españoles que pretendían disponer cómo se gobernaba en determinados asuntos aquí en América, fuera porque cuando finalmente llegaban las órdenes, los temas se habían solucionado, o porque ya eran innecesarios para el problema que venían a tratar; por eso se hablaba de actuar “contra-el-bando del Gobierno de Indias […] que mandaba en América”, y de allí que el lema de las autoridades locales fuera “obedecer pero no cumplir”.

No sólo la realidad práctica demostraba que la prohibición de comercializar con los vecinos portugueses era infructuosa, sino que (según lo recabado del “Archivo Artigas”) el propio delegado de España en el Rio de la Plata, el intelectual Félix de Azara -hombre cuyas obras literarias han sido consideradas de suma importancia y fuente etnohistórica de la región-, ya expresaba su parecer discrepante con la prohibición y represión al comercio transfronterizo. Y cito: "Se debe permitir vender a los portugueses nuestros ponchos, jergas, pampas y todos nuestros géneros, porque tenemos muchos de que ellos carecen, y pagan bien. Igualmente debe ser lícita la extracción libre de caballos, asnos y mulas pagando la alcabala o impuesto. Los portugueses tienen gravísima necesidad de tales animales para surtir al Brasil y sus minas donde no procrean, y faltándoles campos suficientes de buena calidad para su surtimiento, han menester comprarnos más de sesenta mil de aquellos animales, que a cinco pesos nos dejaría trescientos mil. Nos quejamos de sus continuos robos de animales y no advertimos, que es imposible evitarlos mientras no socorramos su absoluta necesidad, que es la que autoriza su proceder."

Ahora bien: si desde hace siglos ya se entendía como inconveniente cerrar las fronteras al libre mercado de bienes básicos, ¿por qué hasta el día de la fecha los fronterizos padecemos con la espada del “cero kilo”, con las fuerzas públicas reprimiendo y el Estado castigando severamente a quienes incurren en la osada y atrevida labor de comprar donde está más barato para poder subsistir, o generarse un ingreso con un mínimo de ganancia por sobre el costo? Eso es lo que no se entiende ni acepta naturalmente por aquí.

Como bien lo subraya el profesor Nelcino Mederos, en el mismo audiovisual citado anteriormente, “el contrabando en Uruguay es triplemente penalizado: tenemos una acción penal, una acción administrativa de multa para quien trae el contrabando y a su vez el decomiso de los vehículos. Es fuertemente sancionado el contrabando, por eso creo que habría que sacarle alguna de esas sanciones”.

Jacques Derrida, en su obra “Fuerza de Ley: el fundamento místico de la autoridad”, señala que la palabra Gewalt, tanto en francés como en inglés, se traduce a menudo como «violencia». El texto de Walter Benjamin del que hablaremos a continuación y que se titula «Zur Kritik der Gewalt», se traduce en francés como «Critique de la violence» y en inglés como «Critique of violence» [… Pero éstas] son interpretaciones muy activas que no hacen justicia al hecho de que Gewalt también significa para los alemanes poder legítimo, autoridad, fuerza pública. Gesetzgebende Gewalt, es el poder legislativo; geistliche Gewalt, es el poder espiritual de la iglesia; Staatsgewalt, es la autoridad o el poder del Estado. Gewalt es, por tanto, a la vez, la violencia y el poder legítimo, la autoridad justificada”.

Ha sido con esa fuerza violenta de la ley, que a los que habitamos en estas entre-regiones se nos ha impuesto el miedo y el terror de estar traicionando a la Patria, quizá por ignorancia deliberada o por avaricia de unos pocos, pero a fin de cuentas en contra del interés general; porque el Uruguay nunca produjo bananas, café o pasta de dientes, y a la hora de importarlos nos volvemos rehenes de comerciantes monopolistas gananciosos que han marcado los precios a su antojo y voluntad.

Y peor aún, esa postura con el interior fronterizo en algunos casos ha llevado a la rotulación social, a la discriminación y caracterización negativa de sus pobladores; por eso, es necesario hacer oír la voz de los que pensamos y vivimos esas realidades en carne propia: porque tenemos voz y no necesitamos de intermediarios para defendernos. Expresándonos a nuestra manera, usando el arte, la literatura, la música y el audiovisual como modos de expresión propia, esperamos algún día ser escuchados.

Es más: a nuestro entender se ha apostado a una destrucción sistemática del sistema de saberes y conocimientos fronterizos por parte del Estado. Por ejemplo, se ha querido imponer el idioma español como único y absoluto, desconociendo las realidades lingüísticas de las entre-regiones, especialmente para asimilar éstas a una cosmovisión europea, colonialista y opuesta a la globalización irrefrenable que la era moderna exige.

Como lo señala James C. Scott en su obra “Los dominados y el arte de la resistencia”, “no cabe duda de que el poder impone a la fuerza las apariencias que los grupos subordinados deben adoptar; pero eso no impide que éstos las usen como un instrumento de resistencia y evasión”. Sólo el día que los representantes del Estado logren comprender esta máxima, los fronterizos comenzaremos a gozar del derecho a comprar donde más nos conviene, aunque mientras tanto siga siendo triplemente penalizado.

Sin duda que este tópico da para más; por eso los invito a conocer las publicaciones anteriores referidas al tema, y a seguirnos en las redes para conocer otra perspectiva de la realidad fronteriza.



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