Obdulio
Jacinto Muiños Varela nació el 20 de setiembre del año 1917 en La
Teja, hace 100 años, hijo natural, fue criado por su madre, conoció
la pobreza desde niño, apenas unos años en la Escuela, y la
necesidad de ayudar a mantener la casa lo llevaron a la lucha diaria
por el sobre vivir.
El
“Negro Jefe”, como se le conoció mundialmente después, fue
canillita, peón de albañil, hasta que llegó el fútbol
profesional, primero funcionario de Impuesto Internos, terminando
como funcionario de los Casinos del Estado, fue su vida particular
como su vida deportiva, todo lucha, pero siempre yendo de frente.
Además
de jugador de fútbol, Obdulio tenía pasión por las bochas, siendo
el Guayaquí su club, también anduvo por el boxeo amateur.
Estuvo
como uno de los principales cabecillas de la famosa huelga de los
jugadores del fútbol de 1948 y 1949, saliendo de la misma como el
paladín de sus compañeros.
Su
trayectoria, su extensa y ganadora carrera como jugador de fútbol se
inició en equipos de barrios, el primero lo fue el Fortaleza del
Barrio La Comercial, , luego Dublín y el Pascual Somma, partidos de
los que se dice de “hacha y tiza” donde eran más una guerra que
encuentros deportivos, y ahí se fue curtiendo el “Capitán de
Maracaná”, pasa luego a defender en lo que era entonces la
divisional Intermedia al Deportivo Juventud, equipo de casaca roja
con un bolsillo verde.
En
1936 se formó una selección del Barrio Jacinto Vera para ir a
Buenos Aires a jugar un partido, a Obdulio le prestan la ropa para
poder concurrir, como decía él: “Mío solo las medias, los
calzoncillos y la camiseta”.
En
1938 da el gran salto, pasa e defender al Montevideo Wanderers, al
año siguiente lo convocan para defender por primera vez la inmortal
casaca celeste, es en el Sudamericano de Lima de 1939, desde ahí
hasta el Mundial de Zuiza no abandona nunca más la defensa de la
casaca color cielo.
Con
la selección Jacinto jugó 57 partidos, y convirtió 9 goles, entre
ellos los recordados goles a España en el Mundial de Brasil de 1950
y a Inglaterra en el mundial de Zuiza, 1954.
Es
campeón Sudamericano en el torneo de 1942, integrando el team Aníbal
Paz, Romero y Muñoz, Gambetta, Obdulio Varela y Raúl Rodríguez,
Luis Ernesto Castro, Severino Varela, Ciocca, Porta y Bibiano
Zapiráin.
También
gana 3 copas Barón de Río Branco frente a las representaciones de
Brasil y un Copa Escobar-Gerona.
No
podemos olvidar en este breve raconto el 16 de julio de 1950, el del
partido de Maracaná, el del 2 a 1, frente a la selección brasileña,
aquel que defendieran a Uruguay Mäspoli, Matías González y Tejera,
Rodríguez Andrade, Obdulio Varela y Gambetta, Ghiggia, Julio Pérez,
Miguez, Schiaffino y Morán
En
su trayectoria en el fútbol local, en 1943, pasa a Peñarol, donde
se desarrolla lo más recordado de su gran trayectoria, gana 6
torneos Competencia, 8 torneos Honor y 6 veces es campeón uruguayo,
incluido el famoso del año 1949, en el que los aurinegros ganan
todos los torneos en forma invicta y surge la gran delantera que
sería la base de Maracaná.
De
ese Peñarol decía el “Negro Jefe”: “Era un fútbol ganador,
de fuerza y de potencia”, “Una avalancha, eso era Peñarol en
1949”.
Obdulio
jugó su último partido, 45 minutos, en Río de Janeior, Brasil,
frente al América, un amistoso, en junio de 1955.
Integró
la gran Cruzada del Dr. Ricardo Caritat, en el año 1963, donde los
jugadores campeones del Mundo de 1950, recorrieron todo la república
jugando partidos en beneficio de la misma, que culminó con un
encuentro en el Estadio Centenario enfrentando a los rivales de
aquella recordada tarde del 16 de Julio, demostrando ahí nuevamente
su gran corazón en beneficio y apoyo a todos los que tenían
necesidad de ayuda, no olvidando su niñez y juventud, de lucha por
subsistir.
Para
el Capitán de Maracaná, el mejor dirigente que tuvo en su
trayectoria fue Don César Batlle Pacheco, que era el Presidente de
la Asociación Uruguaya de Fútbol cuando la huelga de jugadores del
48/49, también el del 50 cuando el Mundial de Brasil, el recordado
Matucho Fígoli, el masajista, de los campeones como su gran amigo,
el número 5, Lorenzo Fernández, jugador de Peñarol y las
selecciones al jugador que más admiró, por su presencia, su
prestancia en el medio de la cancha.
Sobre
el húngaro Emérico Hirchs, el técnico del gran Peñarol del 49,
decía Obdulio: ”El húngaro era un hombre despierto y vivo como
una liebre, conocía mucho de preparación física, se preocupaba a
fondo de conocer a los contrarios y no se puede decir que era un
negado en lo que tiene que ver con los aspectos técnicos del fútbol,
Pero muy lejos de ser el sabio que aparentaba. Ni por asomo las
virtudes de mago que se le atribuían.”
Casado
con Doña Cata, tuvieron dos hijos; Marta y Waldemar, vivió sus
últimos años en la calle 20 de Febrero, falleciendo el 2 de agosto
de 1997, un año después fue elegido “Deportista uruguayo del
siglo” por el Comité Olímpico.
El
Club Atlético Peñarol lo designó “Jugador Símbolo de la era
Profesional” en 1991, la FIFA cuando la disputa del Mundial de 1994
le entregó la “Orden del Mérito”.
Al
llegar al centenario del nacimiento del “Gran capitán de
Maracaná”, del “Negro Jefe”, o simplemente de OBDULIO JACINTO
VARELA, va esta semblanza en recuerdo-homenaje a éste gran jugador
de nuestro fútbol símbolo de la mayor hazaña del fútbol mundial:
la final del 16 de Julio de 1950, la de Maracaná.