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domingo, 3 de abril de 2016
VOTO EXTERIOR| Muchos derechos y pocos deberes. EDIL Martín Valdez| L.84 Partido Nacional
Hemos visto que en estos días se ha retomado por parte de la izquierda uruguaya la campaña para lograr introducir en la Carta la posibilidad de que los uruguayos que residen en el extranjero puedan votar en las elecciones nacionales, plebiscitos o referendums. Vale recordarle a la izquierda, o al Frente Amplio (FA) en su conjunto ya que según ellos llevan el estandarte de la izquierda, que este tema fue votado en el 2009 por la ciudadanía y no contó con los votos suficientes (el plebiscito) por lo que la propuesta de enmienda constitucional fue rechazada. Como siempre, poco interesa si el pueblo votó o no ya que las mayorías se equivocan si no respaldan el proyecto del gobierno (veamos la caducidad y no en un juicio al contenido, dos veces respaldada por la ciudadanía y aún así la sacaron).
Por mi parte me opongo fuertemente a que quienes residen fuera de las fronteras nacionales voten en los distintos comicios sin tener que avecinarse al país, es decir, que voten en embajadas, consulados o demás. Razones varias motivan este pensamiento y ya ahora las expresaré.
Primeramente, quien haga uso de la herramienta "voto" o "sufragio" necesariamente debe vivir en el país. Razón sencilla, muy importante es decidir el gobierno o la vigencia o no de una ley o de la propia Constitución como para desde quién sabe cuántos kilómetros condenar la suerte de los uruguayos. ¿Qué información real y contundente puede tener alguien que reside en Europa sobre lo que sucede día a día en Uruguay con el sistema legal o el propio gobierno de turno? Acá juega la discusión de si el votante se preocupa por obtener información válida o se queda con lo que escucha en los medios o últimamente en redes sociales (que según el propio FA, los medios, juegan en contra a la situación real del país).
En segundo lugar, muchos de esos uruguayos que dejaron su tierra por circunstancias económicas (la gran mayoría en los últimos años) hoy, con el cambio rotundo que ha tenido el Uruguay (¿no es eso lo que grita el gobierno?), no han tenido motivo alguno de avecinarse nuevamente a su Patria. ¿Por qué razón entonces se contempla a quien no se preocupa por avecinarse y aportarle al desarrollo de su país y aún así quiere decidir para todos? ¿Eso es realmente justicia?
En tercer lugar, se dice que el voto exterior o epistolar va a ser una solución al problema de la migración. ¿Es en serio? ¿De verdad el problema a la migración se resuelve con la posibilidad de votar? ¿Acaso retornan a su país, a su comunidad o simplemente van a un edificio del gobierno en un país extranjero en una visita de cinco minutos? Por favor, seriedad en los argumentos.
En cuarto lugar, es cierto que los uruguayos todos tenemos derechos y dentro de él, el derecho al voto. ¿Pero acaso también no tenemos obligaciones? Sería más correcto que esos uruguayos que residen en el extranjero y aportan a otro Estado, no sólo desde lo económico sino también desde lo social y profesional, pudiesen aportarle a su país. Este país, este Uruguay que no fue tan malo para darle educación pública, para formarlos y para darles el apoyo para que peleen hoy en el extranjero.
En este último argumento es que debemos plantear la discusión. ¿Valen más derechos o es tiempo de reclamar las obligaciones? Veamos el artículo 53 de la Constitución que dice en su segundo inciso: "Todo habitante de la República, sin perjuicio de su libertad, tiene el deber de aplicar sus energías intelectuales o corporales en forma que redunde en beneficio de la colectividad, la que procurará ofrecer, con preferencia a los ciudadanos, la posibilidad de ganar su sustento mediante el desarrollo de una actividad económica". Ahí está la discusión central, ese es el aporte que hay que priorizar en el Uruguay y no el de si un residente en el extranjero puede ejercer nada más que el aporte en cuanto a su voto. ¿A esto reduciremos la política contra la migración? ¿A esto reduciremos la política en pro de reducir la brecha social? ¿A esto le apostaremos para mejorar nuestro rincón en el mundo? Cuanta vergüenza me da si esto es una política de gobierno en procura de solucionar la marginalidad social y/o la migración.
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