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sábado, 1 de octubre de 2016
DIA DEL PATRIMONIO. BAR OPEL. DON OCTAVIO Y SU GENTE. Por Julio Dornel.
Escritor y periodista Julio Dornel
Hacía poco tiempo que dos funcionarios de la firma Jesús Fernández (Octavio Pereyra y Ramiro Núñez) se habían independizado en busca de nuevos horizontes, instalando un comercio de ramos generales en el local que ocupara Casa El NENE y posteriormente la tienda del Prof. Puig , hasta la llegada de los free-shops. El “Tano” Costa y Adelaidita Silva, regenteaban una cancha de bocha y otra de pelota de mano junto al rancho de barro y paja brava situado en la esquina de lo que es hoy Avenida Brasil y Gastón Arimon. Era el punto obligado donde se daban cita los pocos empleados públicos, comerciantes, trabajadores manuales y contrabandistas. La llegada de don Octavio Pereyra y la construcción de un local destinado a “bar-restauran” fue centralizando lentamente todos los acontecimientos sociales y deportivos que se registraban en la frontera. Los hábitos nocturnos de la población fueron cambiando y el modesto rancho se fue convirtiendo en la sede “propia” de quienes se entretenían con las partidas de truco, la conga o el billar. Si bien por razones de edad teníamos que “mirar de afuera” , recordamos algunos parroquianos que se entretenían con estos juegos “infantiles”: Luis Gomez, Elver Decuadra, Arlindo Correa, Nico Rotta, Roberto Rodríguez, Andres Moreno, Ramón Silva, Nanico Díaz, Milton Pereyra, Teodoro Gelis, Silvio Fosatti, Celedonio Sorozabal, Imagor Rodríguez, Rico Decuadra, Pablo Estrella y muchos otros que no recordamos. En La cancha de bochas se destacaban Nestor Cabrera, el maestro Pancho Leiza, Flavio Netto y Rovera, mientras el “Negro” Melón daba clases en el frontón a los aficionados a la pelota de mano. El pueblo centralizaba su movimiento entre las calles Numancia y Leonardo Olivera, mientras el corazón latía fuerte en la esquina redonda del OPEL, donde se daban cita las excursiones, y un sector importante de la población, donde afloraba una calidez humana que cimentaba amistades. Y en este mundo apasionante que se fue con el OPEL, queremos rescatar algunas imágenes populares con sabor a calle y mostrador que con sus alegrías y tristezas matizaron medio siglo de vida ciudadana. Fueron muchos los personajes que en la década del 50 compartieron el mostrador generoso del OPEL, mientras la queja de un fuelle se escapaba de la radio Víctor que don Octavio había entreverado entre las botellas que poblaban la estantería. Vidriera y reducto de varias generaciones que encontraron en sus mesas el palco acogedor para observar el pueblo y su gente arreglando el mundo a su manera. Un largo mostrador donde se acodaban los habituales parroquianos de la “barra brava” para su retiro espiritual o comentar los últimos acontecimientos. Junto a don Octavio Pereyra, Fernando Correa y los representantes de Cosme Damian Laso, podemos ofrecer una lista interminable de colaboradores que desde distintos lugares aportaron su esfuerzo generoso para conducir el OPEL. En esa lista inolvidable van desfilando Wilfredo “Caraquito” Mendez, Edison Serron, José Rocha, Antonio Cabrera, Miguel Rocha, Cacho Martinez, Erlain “Gitano” Martins, Wilson Salayaran, Ruben Sosa, Luis Fonseca, Dionisio Lima, Jorge Castellano, el popular Archi y muchos otros que escapan a nuestra memoria.
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