Uno
de los grandes temas que deben ser estudiados por las autoridades
correspondientes está relacionado con el desorden que impera
actualmente en el tránsito
fronterizo. Decimos fronterizo porque el caos está
internacionalizado (Chuy-Chui) o como se dice ahora globalizado. No
se trata solamente de la alta velocidad, sino de la forma incorrecta
que conducen algunos automovilistas y la falta de respeto a las
ordenanzas municipales. Como resulta imposible mantener inspectores
las 24 horas en la Avenida Internacional, los aspirantes a fórmula
1 la transforman en una pista nocturna. Las muertes reiteradas que se
han registrado en la zona con motivo de los accidentes de tránsito,
merecen algunas consideraciones de orden general. De acuerdo a un
informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) los accidentes
de tránsito constituyen el tercer flagelo de la humanidad, después
de las enfermedades cardiovasculares y los tumores. Nuestro país y
nuestra ciudad, no representan una excepción, sino que es muy
elevado el número de fallecimientos a consecuencia de los
accidentes. En los últimos días la prensa capitalina viene
ofreciendo una macabra estadística sobre los accidentes registrados
diariamente y las causas de los mismos. Las mismas están
demostrando que el 80 % de estos accidentes son generados por errores
humanos y que la mayoría obedece a normas contenídas en las
ordenanzas de transito, con comportamientos imprudentes que favorecen
estas desgracias que todos lamentamos. Pese a los esfuerzos
realizados por las autoridades municipales y policiales, como así
también por las campañas publicitarias, los accidentes siguen en
aumento, como si estas medidas no lograran sensibilizar a la
población. Es justo reconocer que el crecimiento del parque
automotor aumentó simultáneamente los riesgos, pero seguimos
pensando que la causa fundamental es la imprudencia, la negligencia
o la impericia de los conductores. También las demandas del mundo
moderno con sus urgencias están influyendo para que la gente viva
corriendo de un lado para el otro sin tener en cuenta los riesgos que
esto significa. La situación es realmente dramática, amenazando
convertirse en una de las primeras causas de muerte con un promedio
realmente preocupante.
Amigo
lector: El texto leído fue publicado en el semanario ZONA CHUY el 27
de enero del año 2.000, (17 años) confirmando que lamentablemente
el “tránsito
sigue matando”.
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