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martes, 18 de julio de 2017

RECORDANDO AL Dr. ARTIGAS ELIZONDO. Por Julio Dornel.




Lo dijo un filósofo griego:” Los hombres mueren pero no perecen. Abandonan la cáscara deteriorada por el tiempo y pasan a transitar en otras dimensiones”. Sin embargo para los habitantes del norte rochense, de poco sirven las palabras del filósofo griego, cuando la realidad les demuestra que ha perdido a uno de sus hijos más valiosos: el Dr. Artigas Elizondo. Serio, inteligente, generoso y por sobre todas las cosas un ejemplo profesional, consustanciado con los problemas de quienes procuraban sus servicios. En esas circunstancias asomaba siempre la dimensión humana del profesional fraterno que estaba haciendo de la medicina un verdadero apostolado. Por ese motivo justificamos la consternación popular que ha generado su fallecimiento. Sabiendo que nos faltarán palabras para la despedida recogemos sus propias palabras, cuando finalizando la década del 80 le realizamos con Carlos Castillos el primer reportaje para NUESTRA GENTE en el Hogar Estudiantil de Rocha en la capital de país. “Por el momento nos va muy bien, no hemos tenido mayores tropiezos y pensamos que pronto podremos recibirnos. Sin embargo por otro lado debemos enfrentar las dificultades propias que genera la situación económica de quienes debemos padecerlas por distintas circunstancias. Hasta el momento hemos podido sobrellevarlas con el invalorable aporte que significa el Hogar Estudiantil, las becas y el trabajo que realizamos durante la temporada veraniega. Acá disponemos de alojamiento y comida por parte del Hogar y el comedor, pero es justo reconocer el sacrificio que significa dormir en un lado, estudiar en otro y trabajar en otro. Cuando me reciba-dijo el estudiante Elizondo- me gustaría radicarme en mis pagos, pero todo depende de las condiciones que se nos presenten para ejercer la profesión, teniendo en cuenta que nos gustaría además continuar con alguna especialización”.




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