Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el placer,
cómo después, de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el placer,
cómo después, de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
Jorge Manrique
Quizás no todos conocen las coplas de Manrique por la
muerte de su padre que muchos estudiamos en el liceo.
Pero hoy tienen una profunda significación política.
En los últimos días fuimos testigos de diversos actos
proselitistas de varios partidos de cara a las internas.
Damos fe que la energía y entusiasmo que vimos en los
mítines blancos y colorados generan mucha envidia.
No solo había mucha gente, estaban llenos de jóvenes.
Pasan las elecciones universitarias y el número de votos
en
blanco y/o ausentes es brutal y lamentablemente grande.
Pasa el acto del 43 aniversario del 26 de marzo de 1971.
Poca gente, menos entusiasmo y mezquindades varias.
Hoy en la izquierda se discute más por quién va a ocupar
el cargo de vicepresidente que por ver cómo se moviliza.
¿Como si ser segundo de Tabaré fuera un rol protagónico?
Las chicanas entre seguidores de los precandidatos y las
pujas dentro y entre los sectores están a la orden del
día.
Simultáneamente surgen luces de alarma en los sondeos.
No solo a nivel nacional sino en el seguro bastión
capitalino
Quienes pensaban que el tercer gobierno se ganaba a las
risas, o que el retorno del patriarca era garantía de
victoria,
ya pueden empezar a preocuparse y recargar las alcalinas.
Lo que sí es seguro es que el afán de arrollar en la
interna
es tan dañino como el perfilismo criticón y superador.
Ni “viejo pastor” ni “histérica feminista” son aportes.
Los frentistas exigimos más sustancia, algunas ideas,
y mucha energía para ver si resucitamos la mística
perdida.
No somos “manriquistas”, nostálgicos de un pasado mejor,
creemos que lo mejor está por venir, ¡aviven el seso!
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