Columnas de Daniel Chasquetti
25.Abr.2015
Muchos se preguntan si
las elecciones departamentales de mayo arrojarán cambios en el
concierto de poder subnacional. El resultado de octubre del año pasado
mostró un incremento del caudal electoral del Frente Amplio en 16
departamentos y un retroceso en Montevideo, Maldonado y Canelones (1).
Esas novedades alentaron las expectativas de diferentes actores
políticos respecto al resultado de las elecciones departamentales y la
posibilidad de cambios en la titularidad de algunas Intendencias.
Muchos analistas
sostienen que las elecciones departamentales presentan una autonomía
creciente respecto al escenario nacional. La evidencia empírica ofrecida
es concluyente pues en varios departamentos del país se vota de un modo
en octubre y de otro muy distinto en mayo (2).
Si ignoramos los
resultados de octubre y nos concentramos únicamente en las tendencias
mostradas por las elecciones departamentales luego de la reforma de
1996, podemos observar diferentes configuraciones de competencia
subnacional. Por un lado están los departamentos que cuentan con un
partido predominante perpetuado en el gobierno local, y por otro, los
competitivos que presentan alternancias en la titularidad del gobierno.
Entre ellos encontramos algunos casos intermedios que parecen moverse en
diferentes direcciones. Veamos esto con detenimiento.
Los departamentos con un partido predominante
son aquellos donde la diferencia entre el primero y el segundo en la
última elección, ha sido mayor a los 25 puntos porcentuales: Tacuarembó,
Flores, Durazno (Partido Nacional), Montevideo y Canelones (Frente
Amplio). En estas circunscripciones, el partido gobernante está muy
fuerte y las encuestas indican que no deberemos esperar cambios en la
titularidad del ejecutivo (3). A este grupo podrían agregarse otros
cuatro donde el partido ganador tomó entre 20 y 25 puntos de ventaja en
2010 y las encuestas indican que el escenario continuará incambiado:
Rivera (Partido Colorado), San José, Soriano y Lavalleja (Partido
Nacional). Por tanto, tenemos 9 departamentos con partido predominante
donde seguramente no habrá cambios en la titularidad partidaria del
gobierno. Obsérvese que en Canelones, Montevideo, Flores, Durazno y
Lavalleja, el predominio del partido mayoritario se expresa no solo en
mayo sino también en octubre, por los que esas hegemonías parecen ser
muy sólidas. En los otros casos, sin embargo, se observan fenómenos de
inconsistencia muy interesantes. En San José y Soriano el Frente Amplio
le ganó al predominante Partido Nacional; en Tacuarembó hubo
prácticamente un empate; y en Rivera el mayoritario Partido Colorado
quedó tercero. Parece entonces evidente que estos son los departamentos
con los escenarios locales más autónomos respecto al nivel nacional. O
sea, es en estos cuatro casos donde la mayoría de la ciudadanía vota de
un modo cuando hay que elegir presidente y de otro diferente cuando hay
que elegir Intendente.
Los departamentos competitivos
son aquellos donde la distancia entre el primero y el segundo ha sido
inferior a los 10 puntos en la última elección: Florida, Paysandú, Río
Negro, Treinta y Tres (Partido Nacional), Salto (Partido Colorado) y
Artigas (Frente Amplio). En estos seis departamentos deberíamos esperar
fuertes competencias entre partidos gobernantes y partidos opositores, y
obviamente, algún cambio en la titularidad del gobierno.
Los departamentos intermedios
son aquellos donde la competencia podría estar cambiando por razones
diversas y sobre las cuales no podemos extendernos. Rocha y Colonia
tuvieron un claro dominio de un partido durante largo tiempo pero las
encuestas indicarían que se están tornando competitivos. Cerro Largo y
Maldonado ofrecen un panorama muy similar porque, a pesar de que en la
pasada elección la diferencia entre los dos primeros partidos osciló
entre 14 y 20 puntos, las encuestas hoy describen una fuerte competencia
entre nacionalistas y frenteamplistas.
Por tanto, habría diez departamentos potencialmente competitivos
en esta elección sobre los cuales debemos detenernos. La información
disponible que reportan las encuestas indica que los niveles de
competitividad no son similares en todos los casos. En Florida y Treinta
y Tres, los sondeos muestran que el Partido Nacional retendría el
gobierno. En Rocha, las encuestas muestran que el Frente Amplio es el
nítido favorito; y en Colonia ocurre precisamente lo mismo pero con el
Partido Nacional. De este modo, la cifra de departamentos con un
resultado electoral incierto desciende a seis. En Salto, Paysandú y Río
Negro, las encuestas muestran que el Frente Amplio marcha primero, en
tanto en Artigas, Maldonado y Cerro Largo, quien va primero es el
Partido Nacional. En los seis casos, la diferencia entre los dos
principales competidores es mínima.
Por tanto, mi
pronóstico sostiene lo siguiente: el Frente Amplio volverá a ganar en
Montevideo, Canelones y seguramente en Rocha; el Partido Colorado hará
lo propio en Rivera; y el Partido Nacional triunfará en Tacuarembó,
Flores, Durazno, San José, Soriano, Lavalleja, Florida, Treinta y Tres y
probablemente en Colonia. En seis departamentos existe incertidumbre
sobre el resultado final. En cinco la competencia se desarrolla entre el
Frente Amplio y el Partido Nacional (Paysandú, Río Negro, Artigas,
Maldonado y Cerro Largo) y en uno entre el Frente Amplio y el Partido
Colorado (Salto). Quien cliqueé aquí encontrará un mapa ilustrativo de esta predicción.
No hay dudas que las
elecciones departamentales tienen su propia lógica determinada en buena
medida por factores institucionales específicos: diez y nueve elecciones
simultáneas; mayoría simple en la elección del ejecutivo departamental;
reelección inmediata del Intendente; voto conjunto de los partidos para
todos los cargos, incluido el de alcaldes y concejales del nivel
municipal; y un legislativo departamental con mayoría automática y
costos altos de entrada para los partidos menores. Además, se realizan
en pleno período de luna de miel del presidente electo en noviembre, lo
cual representa una ventaja para el partido en el gobierno nacional. A
todo esto se agrega la influencia subyacente de la trayectoria previa de
cada circunscripción, que determina identidades y rasgos culturales que
pueden hacer una diferencia.
Las encuestas
confirman los indicios que ofrece el estudio de los resultados previos.
El sistema de partidos cuenta en el nivel subnacional con dos grandes
actores, el Frente Amplio y el Partido Nacional. El Partido Colorado
solo tiene chance en dos departamentos, y en los restantes, sus
candidatos no sobrepasarán la línea crítica de los 10 puntos. Los
partidos pequeños se tornan en estas instancias más débiles que en la
escena nacional, dados los escasos incentivos que tienen para competir.
El acto electoral del 10 de mayo será un mojón más de nuestro proceso
democrático que mostrará tendencias de futuro. El fortalecimiento de dos
grandes actores y el debilitamiento de los restantes, son un indicio
sobre cuáles son las rutas que seguirá transitando nuestro sistema de
partidos.
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Notas
(1) Entre esos
departamentos, destacaban Cerro Largo con un amento del 4.8%; Lavalleja,
con 3.9%; Colonia, 3.8%; o Salto con 3.6%.
(2) Un interesante
análisis sobre este punto puede leerse en Santiago López Cariboni: ¿Cuán
“locales” son las elecciones municipales en Uruguay? Estimando
independencia de resultados y comportamientos electorales. Revista
Uruguaya de Ciencia Política No. 16 año 2007. Disponible en http://www.fcs.edu.uy/archivos/L%C3%B3pez%20Cariboni.pdf
(3) Encuestas consultadas: Grupo Radar; Opción Consultores; Equipos Mori; Factum; Cifra; Ágora y Digítos.
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