Escritor y periodista Julio Dornel
Noeli Arim
Hace
algunos años escribiendo para Informe Uruguay, publicamos una nota
relacionada con la hazaña realizada por un niño olimareño,
salvando de la muerte a su pequeña hermana. La crónica pertenecía
a Noeli Arim, que en una excelente recuperación de los antecedentes
que rodearon la historia, nos relata los principales acontecimientos.
“Queremos evocar en
esta crónica una de las mayores hazañas realizada por un niño
uruguayo de tan solo 9 años en pagos olimareños, al salvar a su
pequeña hermana y pagar con su vida en un acto de amor y valentía
que se ha mantenido inalterable a través de los años.
Relatos y documentos que
llegaron a nuestro poder, nos permiten evocar esta historia de amor y
coraje que tuvo como escenario los pagos rurales del arroyo del Oro,
donde los pocos ranchos se escondían en la soledad de los campos
olimareños.
Fue allí a orillas del
pequeño arroyo del pueblo Mendizábal que nunca hubiera trascendido
sin la presencia de Dionisio, donde se consumó una de las mayores
tragedias de este departamento y del país. Hablar de DionisioDíaz,
es hablar de heroísmo, de coraje y de amor. En aquel año (1929) la
ciudad de de Treinta y Tres se preparaba para festejar el centenario
de la patria, mientras a 8 leguas de distancia en un humilde rancho
de barro y paja brava el Pequeño Dionisio ofrendaba su vida para
salvar a su hermana.
El 9 de mayo de 1929 los
pocos habitantes del poblado del Oro, soportaban una de las mayores
heladas del año, la que se fue levantando con un fuerte pampero en
las primeras horas de la mañana. Le correspondió al maestro y
periodista olimareño Ariel Pinho resumir en una publicación editada
en 1987, los principales acontecimientos registrados en la noche
fatídica cuando Don Juan Díaz el abuelo de Dionisio en un momento
de
enajenación mental
comete el triple asesinato. En primer término arremete contra su
hija aplicándole varias puñaladas, hiriendo a Dionisio que
pretendiendo evitar la tragedia se interpuso entre su madre y el
abuelo. Posteriormente mató a su yerno Eduardo dirigiéndose al
cuarto donde debería estar la pequeña Marina hermana de Dionisio de
tan solo once meses de edad.
Sin embargo el Pequeño
héroe se había anticipado según lo cuenta Pinho en su libro.“Otra
vez la voz del viejo que se acercaba al patio. Dionisio de pie,
sintió la fuerza de los guapos y desbordado de coraje se aprontó
para enfrenar aquella fiera enloquecida. Se inclinó sobre la cama.
Cubrió el cuerpo de Marina con el suyo, suavecito muy suavecito para
que no despertara. Sus pies desnudos apenas tocaban el suelo. Con sus
brazos poco a poco, fue rodeando el cuerpecito tibio de la niña.
Apretó el rostro contra su pecho, casi para que no respirara. Sabía
también que solo llegando al pueblo podría salvar a su hermana
porque todos los vecinos vivían más lejos. Tendría que hacerlo por
la costa del arroyo por donde recorrería poquito más de una legua
para llegar. Sabía que Marina apenas daba pasitos y que la tendría
que llevar en brazos. Habían alambrados y varias cañadas y la
oscuridad que hasta ahora lo había ayudado. Podría perderlo en la
inmensidad del campo. El niño repasó lugares, distancias, subidas,
cañadas... conocía aquellos lugares como sus manos.
Eran nueve años y un
día conviviendo con el paisaje que lo rodeaba. La claridad del alba
comenzó a penetrar en el rancho.¡ Otra vez había llegado la hora
de Dionisio! Se puso de pie. Con él no se levantó el niño de 9
años y un día, se levantó el Hombre, el coraje del Criollo, el
Heroísmo del gaucho, el orgullo de la Raza. Durante toda la noche y
cada vez más había sentido dolor y molestias en una de aquellas
heridas que el acero filoso del abuelo le había abierto en el
vientre. Buscó una tijera y apoyándose en la mesa se cortó la
grasita que le salía por aquella herida sangrante. Tomó una sábana
vieja que estaba al pie de la cama, le sacó una tira larga y con
ella se fajó lo más fuerte que pudo. Estaba pronto. Los yuyos de la
chacra y las chircas lo esperaban. Tan solo un alambrado y comenzaría
su hazaña. ¡adelante Dionisio, adelante! Para recordar su vida y su
heroísmo transcribimos algunas estrofas de la obra literaria de
Serafín J. García “ Romancea Dionisio Díaz” :
“Marchaba de cara
al alba
con la pequeña en
los brazos
para tocarlo
estiraban
sus verdes dedos los
pastos.”
Llegar era su
consigna
Llegar y poner a
salvo
Aquel retoño de vida
Que a la muerte había
ganado...”
El hombrecito gaucho fue
llegando lentamente con su hermana en brazos. Primero el rancho de
don Lalo, luego a la comisaría para contar con detalles que el
“abuelo se había enloquecido” matando a su madre y a su tío
Eduardo. Lo demás es conocido, el Chevrolet de Alfredo Parra
conducido por Víctor Prigue lo llevaría a Treinta y Tres en busca
de atención médica. La capital del Olimar estaba muy cerca cuando
el Escribiente Yelósque llevaba a Dionisio envuelto en una frazada
ordenó detener la marcha sentenciando:“!Pará Prigue... creo que
murió!
*NoelíArím, es
oriunda de esta frontera y radicada actualmente en la ciudad de
Minas, Lavalleja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario