Mientras más noticias leo, más me parece
que hay cuatro palabras que se están volviendo obsoletas y se encaminan a
salir de nuestro vocabulario. Son "privacidad", "local", "promedio" y
"después". .
Thomas L. Friedmansáb may 31 2014
El País
Buena
parte de lo que impulsa hoy las noticias se deriva del hecho que la
privacidad ya se acabó, se acabó lo local, se acabó lo promedio y se
acabó el después.
Hoy es tan fácil que cualquiera grabe, filme o
fotografíe a cualquier otra persona en cualquier lugar y que lo comparta
con el mundo (sin un editor o abogado cerca), que todos estamos en algo
similar a un programa de cámara oculta. No se puede ya dar por hecho
que hay algo privado. Razón por la cual no causa sorpresa que ahora oigo
con frecuencia a gente común -no funcionarios gubernamentales de alto
nivel- diciéndome "esto es extraoficialmente". ¿Eh?" ¿Quién es usted, el
secretario de estado? Empiezo a imaginar a alumnos del tercer grado en
salidas para jugar hablando sobre su maestro y preguntándose mutuamente:
"¿Estamos siendo grabados o esto es extraoficial?
Bill Maher, siempre inteligente, en su programa Real
Time notó correctamente que "ahora que los estadounidenses despiertan a
los peligros de ser espiados por el gobierno, tienen que empezar a
alarmarse más con respecto a espiarse mutuamente. Hay una fuerza allá
afuera justamente tan poderosa como el Gran Hermano: la Gran Novia. En
un artículo de opinión publicado en el The Washington Post, Kathleen
Parker ofreció una manera de lidiar con las ubicuas invasiones a la
privacidad: ríndase. Escribió: "Si no quieres que tus palabras sean
transmitidas en la plaza pública, no las digas". ¿En serio? ¿Incluso en
casa? ¿Tenemos que hablar como un vocero de la Casa Blanca?" Pareciera
que sí.
Lo local se ha terminado por la misma razón. Todo y
cualquier comentario polémico que uno diga o haga en cualquier lugar en
el mundo híperconectado de hoy se vuelve mundial al instante. Solange,
la hermana de Beyonce patea y golpea a Jay Z, su cuñado, en el ascensor
de un hotel y es capturado en un video de vigilancia. Pum, se hizo
mundial. Y no hace falta que usted sea Solange para que su bofetada se
oiga por todo el mundo. El que le diga que lo que ocurre en Las Vegas se
queda en Las Vegas, le está tomando el pelo.
He estado argumentando durante ya cierto tiempo que el
"promedio ya terminó". Tiene que ser así cuando cada jefe tiene acceso
más barato, fácil y rápido a software, automatización, robots, mano de
obra barata y genio extranjero a bajo costo que produce por encima del
promedio. Todos necesitan encontrar su valor agregado único, su "extra",
y estarse reinventando de manera constante si quieren obtener, o
progresar en, un empleo que no puede ser digitalizado.
Consideremos este artículo publicado en The New York
Times el 23 de abril: "Easton, N.Y. - Algo extraño está ocurriendo en
granjas del norte de Nueva York. Las vacas se están ordeñando solas.
Desesperadas por mano de obra confiable y apuntalada por la marcada alza
de precios, operaciones de lácteos a lo largo de la entidad están
lanzando la cargada hacia un nuevo y audaz mundo de cuidado de ubres:
ordeñadores robóticos, los cuales alimentan y ordeñan a vaca tras vaca
sin la ayuda de un solo trabajador del campo".
De la noche a la mañana, uno de estos trabajadores
promedio en granjas pasó de saber ordeñar una vaca a tener que aprender a
programar y operar la ordeñadora de vacas robótica para conservar el
empleo. Eso requiere de capacidades por encima del promedio.
Finalmente, llega la noticia de que científicos han
concluido que "una gran sección de la poderosa capa de hielo del oeste
de la Antártida ha empezado a hacerse pedazos y su derretimiento
continuo ahora al parecer es imparable.
Como he notado antes, cuando estábamos creciendo,
"después" o más tarde significaba que podías pintar el mismo panorama,
ver los mismos animales, trepar los mismos árboles, pescar en los mismos
ríos, visitar la misma Antártida, gozar del mismo clima o rescatar a la
misma especie en peligro que cuando eras un niño. pero, solo más tarde,
cada vez que uno se convencía de hacerlo. Ya no más. Ahora, después es
cuando no serás capaz de hacer nada de eso nunca más. Así que, sin
consideración a lo que esté planeando salvar, por favor sálvelo ahora.
Esto porque más tarde es cuando ya no estarán. Después será demasiado
tarde.
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