En un mundo globalizado e
interconectado por las redes sociales, no debería sorprender que el
movimiento separatista se desparramase por todos lados como reguero
de pólvora. Y a través de la pólvora.
Antes de profundizar en el tema
voy a aclarar algo: No confundir rebeldes separatistas con rebeldes
demócratas que buscan fortalecer la democracia en su país,
derrocando por la armas al gobierno democráticamente electo en
funciones.
Estos rebeldes democráticos
están integrados por diversos grupos. A saber: ex combatientes de
Irak y de Afganistán, integrantes de Al Qaeda, mercenarios de Arabia
Saudita, Yemen, Inglaterra, Francia y España. El grupo más
peligroso es uno llamado CIA, conformado por norteamericanos y lo que
venga, que es el que entrena, arma y financia a todos los demás
grupos.
Todos juntos pelearon por
instaurar la democracia en Libia, bajo el lema “Todos somos
Libia”.
Una vez asesinado el presidente
libio Omar Kadafi y dejando al país hecho bosta con los libios
verdaderos peleándose entre sí con mucha más saña que la que
utilizaba el finado contra la oposición, los grupos rebeldes pro
democracia se mudaron en patota a Siria con el loable y democrático
fin de derrocar al presidente Al Assad.
¿Su lema? Sip… “¡Todos
somos Siria!” Si bien todavía no han logrado su cometido, por
culpa del malvado Vladimir Putín que les arruinó la fiesta si
piedad alguna, algo positivo ocurrió y llenó de emoción hasta a
los más rudos combatientes: Al Qaeda dio a luz a un adorable bebe
llamado Isis. El bebito creció y se transformó en Frankestein, pero
esa es otra historia.
La cosa es que esos grupos
rebeldes son buenos y merecen el apoyo y financiamiento de todo el
mundo. Sobre todo del paladín de la democracia mundial, o sea, USA.
¿Por qué? ¡Porque lo dice USA
y basta!
Aclarado el punto, vuelvo a los
rebeldes separatistas.
Estos son grupos que quieren
separarse del país del cual son ciudadanos legales.
Algo así como cortar el cordón
umbilical que los mantenía unidos a sus madres.
Por lo general esgrimen la razón
de que no son hijos biológicos, sino que fueron adoptados, a veces
a la fuerza, por sus queridos padres adoptivos y que ahora quieren
volver a sus orígenes.
También por lo general, los
padres adoptivos no quieren saber nada, no tanto por puro amor
paternal sino porque los hijos son mucho más ricos que ellos. Y de
separarse, se llevarán la torta con ellos. Y los padres tendrán
menos para comer. ¡Y no les gusta nada!
Y así llegamos al caso de
Escocia que está por realizar un referéndum para decidir si sigue
unido a Inglaterra o se desune y vuelve (sí, dije vuelve!) a ser un
estado soberano. Y por eso Cameron y el resto del gobierno británico
están de visita en Edimburgo tratando de convencer a los escoceses
que la unión hace a la fuerza y que “Todos somos el reino Unido”
y que por favor no hagan llorar a la reina Isabel, justo ahora que
está tan contenta con la llegada de un segundo bisnieto real.
Literal y realísticamente hablando.
Apenas se enteraron los catalanes
de la movida escocesa, se pusieron a gritar que ellos también
querían hacer un referéndum para separarse de España.
Lo de los catalanes, al igual que
lo de los escoceses, no es nuevo. Hace años que vienen tratando de
sacarse de encima a los gobiernos españoles de turno y a la
monarquía de siempre. Y hace años que no lo logran.
Por eso aprovecharon la volada
escocesa para plantear nuevamente su deseo separatista.
Como era de esperar, El gobierno
de Rajoy los sacó rajando. Nada de ir a visitarlos en patota, besar
niños catalanes y pedir que no hagan llorar a la flamante reina
Letizia.
Simplemente dijeron por la CNN y
en inglés, que la Constitución española no permitía hacer un
referéndum y que si no les gustaba, los catalanes podían ir a
llorar al cuartito porque “de acá” les iban a permitir
independizarse.
Por su parte los kurdos iraquíes
aprovecharon la invasión de ISIS (¿se acuerdan? El bebé de
Rosemary, digo, de Alqaeda) a Irak y anunciaron que ya era hora de
separarse de los chiitas y de los sunitas y volver a ser un estado
soberano.
Esto no le causó mucha gracia a
USA, que considera que los kurdos son todos una manga de terroristas
del primero al último, pero dado que fueron los únicos ciudadanos
iraquíes que le pararon el carro a los isistas-sunitas, todavía no
los han catalogado de rebeldes separatistas malos, como sí lo han
hecho con los rebeldes separatistas ucranianos.
Ya habrá tiempo para hacerlo,
una vez que hayan liquidado a ISIS. En Irak y en Siria.
Los rebeldes separatistas
ucranianos ya dijimos que son malos y feos. Punto.
Por esta parte del mundo
rioplatense, hay una cierta preocupación por el temor a un contagio
separatista.
En Argentina hace rato que se
sospecha que la provincia de San Luis quiere independizarse y pasar a
ser un planeta soberano de una galaxia extraterrestre.
En Uruguay los separatistas
rochenses se consideran, si bien no aún en papeles, pero sí en el
corazón, una república autónoma dentro del territorio charrúa y
para demostrarlo tienen un idioma propio que, según ellos, acredita
que son extranjeros y parte de un estado soberano llamado:- “Ah no,
en Rocha no se puede…”-.
Lo extraño es que Pepe Mujica ni
ha ido ni ha enviado funcionario alguno, ni siquiera a su perra
Manuela, para convencerlos de no separarse del resto de Uruguay.
L.M.V.
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