Primero tuit, luego huida a Israel
El periodista argentino que informó primero de la muerte del fiscal Alberto Nisman llega a Tel Aviv y afirma que ha recibido amenazas
En la tarde del domingo 18 de enero, el joven periodista
argentino Damián Pachter fue convocado por una fuente de su total
confianza. "Me encontré con él, y también había alguien más. Me dijo que
[el fiscal Alberto] Nisman estaba muerto", afirmó al arribar este
domingo al aeropuerto Ben Gurión en las afueras de Tel Aviv (Israel).
Nisman, el fiscal argentino encargado del caso AMIA, quien cuatro días antes había acusado a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner del encubrimiento de la participación iraní en el atentado de 1994, debía prestar testimonio ante el Congreso la mañana siguiente.
Ya eran las once de la noche, y Pachter tuiteó un primer aviso: "Me acaban de informar sobre un incidente en la casa del fiscal Alberto Nisman". Media hora más tarde, escribió: "Encontraron al fiscal Alberto Nisman en el baño de su casa de Puerto Madero sobre un charco de sangre. No respiraba. Los médicos están allí".
El periodista, quien fue el primero en dar conocer lo que había ocurrido con el fiscal, asegura que tuvo que abandonar el país el viernes pasado tras descubrir que agentes de los servicios de inteligencia lo estaban siguiendo. Viajó primero a Uruguay y desde allí, a Israel (país cuya ciudadanía posee y donde dice que vivió "los mejores años" de su vida) con escala en Madrid.
Argentina vuelve a vivir un grave caso de persecución contra la prensa en medio de la investigación sobre la muerte de Nisman, justo cuando se cumplen 18 años del asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas, que retrató al empresario Alfredo Yabrán, ligado a casos de corrupción durante el gobierno del presidente Carlos Menem.
Pachter no conoce la razón por la que está siendo amenazado por Twitter y por teléfono al punto de que sintió que su vida corría peligro. Afirma que tenía su teléfono celular pinchado y que fue seguido "por lo menos durante varias horas" por parte un individuo que el periodista cree es un agente de los servicios de la inteligencia argentina.
"Me estoy preguntando desde que pasó esto qué hubiera sucedido si yo no hubiera escrito ese tuit", aseguró Pachter —con un aspecto pálido y cansado tras el largo viaje y días sin descanso— al llegar a Israel por tiempo indefinido. Llevaba solamente una mochila escolar.
"Tal vez ellos tenían otro plan. Y mi tuit, con ciertas horas de anticipación, arruinó el plan de alguien, no sé aún de quién pero voy a intentar descubrirlo. Pienso que tenía que haber algo que encubrir [por parte de las autoridades]. Algo, porque todo queda raro. Es todo raro por todos lados. El Gobierno se contradice de un día tras otro".
En una crónica publicada este domingo por el periódico israelí Ha'aretz, Pachter detalló cómo fueron sus últimas horas en Argentina. Fue seguido durante varias horas por un hombre con vaqueros, chaqueta tejana y gafas de sol Ray Ban, que según le aseguró su informante era un agente de seguridad argentino. Patcher dice que incluso porta consigo la fotografía que su fuente le sacó en ese momento con el hombre que le seguía.
Un hecho de mayor gravedad es que la agencia de noticias estatal, Télam, publicó anteayer una pieza que ilustraba con un billete de avión con las fechas y horas del vuelo que el periodista de la página web del diario Buenos Aires Herald había tomado rumbo a Montevideo y pensaba abordar con regreso a la capital argentina el 2 de febrero y que fue reproducido y subido a Twitter por la cuenta oficial de la Casa Rosada, la sede de la presidencia del país. El Gobierno redobló la apuesta y este domingo ha seguido informando desde la red social del itinerario del periodista, aclarando que su destino final era Tel Aviv.
Pachter había dejado entrever en una entrevista con el portal Infobae que su primicia podría haber ayudado a que no se pudiera alterar la escena en la que fue encontrado muerto Nisman. "Cuando ya se hizo público el tuit y todo lo que pasó con las diferencias de hora que hay —quién entró, cuándo, cómo y con quién—. Imagínate si mis tuits no hubiesen sido enviados, ¿con qué escena nos hubiéramos encontrado? Ni siquiera me animo a hacer una hipótesis de lo que me podría haber encontrado", afirmó antes de partir hacia el exilio.
Pachter ya había demostrado tener importantes fuentes. El 14 de enero, el mismo día en el que Nisman presentó su denuncia en contra la presidenta, en un tuit enviado a esta periodista, informó que el caso "es muchísimo más grave de lo que salió".
Al día siguiente, le llegó un tuit de una cuenta denominada @InformaCorrecta, en hebreo, que contenía el mensaje "sospeché de que eras traidor pero hoy sé que eres traidor".
Nisman, el fiscal argentino encargado del caso AMIA, quien cuatro días antes había acusado a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner del encubrimiento de la participación iraní en el atentado de 1994, debía prestar testimonio ante el Congreso la mañana siguiente.
Ya eran las once de la noche, y Pachter tuiteó un primer aviso: "Me acaban de informar sobre un incidente en la casa del fiscal Alberto Nisman". Media hora más tarde, escribió: "Encontraron al fiscal Alberto Nisman en el baño de su casa de Puerto Madero sobre un charco de sangre. No respiraba. Los médicos están allí".
El periodista, quien fue el primero en dar conocer lo que había ocurrido con el fiscal, asegura que tuvo que abandonar el país el viernes pasado tras descubrir que agentes de los servicios de inteligencia lo estaban siguiendo. Viajó primero a Uruguay y desde allí, a Israel (país cuya ciudadanía posee y donde dice que vivió "los mejores años" de su vida) con escala en Madrid.
Argentina vuelve a vivir un grave caso de persecución contra la prensa en medio de la investigación sobre la muerte de Nisman, justo cuando se cumplen 18 años del asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas, que retrató al empresario Alfredo Yabrán, ligado a casos de corrupción durante el gobierno del presidente Carlos Menem.
Pachter no conoce la razón por la que está siendo amenazado por Twitter y por teléfono al punto de que sintió que su vida corría peligro. Afirma que tenía su teléfono celular pinchado y que fue seguido "por lo menos durante varias horas" por parte un individuo que el periodista cree es un agente de los servicios de la inteligencia argentina.
"Me estoy preguntando desde que pasó esto qué hubiera sucedido si yo no hubiera escrito ese tuit", aseguró Pachter —con un aspecto pálido y cansado tras el largo viaje y días sin descanso— al llegar a Israel por tiempo indefinido. Llevaba solamente una mochila escolar.
"Tal vez ellos tenían otro plan. Y mi tuit, con ciertas horas de anticipación, arruinó el plan de alguien, no sé aún de quién pero voy a intentar descubrirlo. Pienso que tenía que haber algo que encubrir [por parte de las autoridades]. Algo, porque todo queda raro. Es todo raro por todos lados. El Gobierno se contradice de un día tras otro".
En una crónica publicada este domingo por el periódico israelí Ha'aretz, Pachter detalló cómo fueron sus últimas horas en Argentina. Fue seguido durante varias horas por un hombre con vaqueros, chaqueta tejana y gafas de sol Ray Ban, que según le aseguró su informante era un agente de seguridad argentino. Patcher dice que incluso porta consigo la fotografía que su fuente le sacó en ese momento con el hombre que le seguía.
Un hecho de mayor gravedad es que la agencia de noticias estatal, Télam, publicó anteayer una pieza que ilustraba con un billete de avión con las fechas y horas del vuelo que el periodista de la página web del diario Buenos Aires Herald había tomado rumbo a Montevideo y pensaba abordar con regreso a la capital argentina el 2 de febrero y que fue reproducido y subido a Twitter por la cuenta oficial de la Casa Rosada, la sede de la presidencia del país. El Gobierno redobló la apuesta y este domingo ha seguido informando desde la red social del itinerario del periodista, aclarando que su destino final era Tel Aviv.
Pachter había dejado entrever en una entrevista con el portal Infobae que su primicia podría haber ayudado a que no se pudiera alterar la escena en la que fue encontrado muerto Nisman. "Cuando ya se hizo público el tuit y todo lo que pasó con las diferencias de hora que hay —quién entró, cuándo, cómo y con quién—. Imagínate si mis tuits no hubiesen sido enviados, ¿con qué escena nos hubiéramos encontrado? Ni siquiera me animo a hacer una hipótesis de lo que me podría haber encontrado", afirmó antes de partir hacia el exilio.
Pachter ya había demostrado tener importantes fuentes. El 14 de enero, el mismo día en el que Nisman presentó su denuncia en contra la presidenta, en un tuit enviado a esta periodista, informó que el caso "es muchísimo más grave de lo que salió".
Al día siguiente, le llegó un tuit de una cuenta denominada @InformaCorrecta, en hebreo, que contenía el mensaje "sospeché de que eras traidor pero hoy sé que eres traidor".
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