El presidente de USA se paró
frente a la cámara y dijo con voz firme y segura: -“Miles de
inocentes civiles corren el riesgo de ser exterminados. Y América no
puede permanecer indiferente ante ese pedido de ayuda que están
reclamando.”
No aguanté más y tragando el
café y con una tostada a medio agarrar entre mis dientes, me
levanté y empecé a realizar la danza india para la lluvia.
Que en realidad no venía al
caso, pero como es la única que conozco, la voy adaptando de acuerdo
a mis necesidades de festejo.
Que en este caso era porque
Obama por fin se había acordado que, según sus propias palabras que
coincidían con las del ex presidente francés, Nicolás Sarkozy,
Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí, es un plomazo
mentiroso y por lo tanto iba a bombardear a Israel para salvar a los
civiles palestinos.
Andaba por la mitad del baile
cuando escuché el resto de la frase y quedé congelada con la patita
en el aire y el brazo estirado hacia el cielorraso con el tomahawk en
la mano… (Bueno, en realidad era un plumero pero como no tengo
tomahawks cerca, utilizo la imaginación y listo.) Como iba diciendo,
quedé congelada cual dibujo animado del coyote con el correcaminos,
al escuchar que Obama decía: “Es por eso que he ordenado ataques
aéreos sobre Irak para detener el avance del grupo fundamentalista
islámico ISIS.”
Y mientras yo bajaba la patita y
tiraba el plomero a la m….digo, mesa, Barack agregó que además
había personal diplomático y civil norteamericano en la región y
que cuando sus ciudadanos están en peligro, América entra en
acción.
Antes de que cunda el pánico
entre los ciudadanos de América Central y del Sur, aclaro que cuando
Obama dice América, se refiere a Norteamérica. Ya que los gobiernos
norteamericanos suelen olvidar que compartimos un continente con su
país.
Y cuando se acuerdan es para
invadirnos (Nicaragua, Panamá, República Dominicana, Cuba (ahí
fallaron, ja!)y Haití) o para propiciar y apoyar golpes militares
de estado (Argentina, Uruguay, Chile, Bolivia, Paraguay…) así que
mejor me callo antes de que Hortensia, perdón, Obama, rememore que
existimos.
Volviendo al premio Nobel de la
Paz: o sea, que en realidad lo que le importaba era el riesgo que
podrían correr los ciudadanos norteamericanos en Iraq y no los
inocentes civiles iraquíes aislados en una montaña, ni por
supuesto, como ya hemos visto, los inocentes civiles palestinos.
Pero queda mucho mejor y sirve
como excelente medida publicitaria para levantar la imagen, un chin
por el suelo del país defensor de los oprimidos, ante no solo su
inacción ante la masacre palestina, sino ante su directa complicidad
al venderle municiones a Israel para que este prosiga con su matanza.
Lo mismo que Obama dice que hace
Putin con los separatistas pro-rusia ucranianos y que ha devenido en
sanciones económicas contra Rusia.
La corté pues con mi danza y
empapada hasta los huesos, volví apesumbrada a mi mesa de
desayuno. Porque ese baile nunca falla y si yo pido lluvia, lluvia
tendré, por más que esté sentada en el medio del living de mi
casa.
En el noticiero de la TV
anunciaban que Israel se había levantado de la mesa de
conversaciones de paz con Palestina y ya estaba bombardeando a
inocentes civiles palestinos, mientras Hamas volvía a disparar
inútiles cohetes que casi nunca llegan a territorio israelí, pero
que sirven para que Netanyahu siga con su campaña de exterminación.
(Favor de tomar nota que no he utilizado la palabra “genocidio”.)
L.M.V.
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