Grompone y una serie de ideas para invertir en biotecnología
Tiene su ciencia
El ingeniero Juan Grompone dijo que el desafío de Uruguay es innovar
en biotecnología, y llamó a modernizar las estructuras académicas y
fomentar la inversión. Para Grompone, el BROU debe otorgar “crédito de
riesgo” para apostar a la innovación, y las universidades tienen que
actualizarse, permitiendo la movilidad horizontal y flexibilidad en los
estudios.
El ingeniero, desarrollador y emprendedor en el área informática,
Juan Grompone, repasó cuáles fueron los motivos por los que Silicon
Valley fue la sede de la revolución electrónica, y propuso que Uruguay
pueda liderar el crecimiento en el terreno de la biotecnología.
Grompone disertó en la conferencia sobre Innovación e Investigación,
organizada por el Frente Líber Seregni, y de la que también participaron
el ex rector de la Universidad Rafael Guarga, la ex ministra de
Educación María Simon y el ingeniero y empresario Nicolás Jodal, en la
que se analizaron experiencias exitosas en materia de educación,
tecnología e innovación en otros países, y reproduce el portal Uypress.
Grompone recordó que Silicon Valley está en California, un estado
que, por sí solo, representa la quinta economía del mundo, y que los
bajos costos de los ordenadores favorecieron la instalación de empresas
de garaje. Para el disertante, esta experiencia es ahora imposible de
copiar, pero sí puede servir como inspiración para el futuro.
Sin embargo, llamó a corregir algunos errores que imposibilitan que
Uruguay pueda hacer punta en innovación. "En nuestro país no hay
inversores de riesgo; no existe tal negocio", dijo."No conozco a nadie
que diga ‘voy a invertir en cosas arriesgadas, sabiendo que voy a perder
en casi todas, pero en una voy a ganar', y agregó que la Universidad de
la República no fomenta la innovación ni los negocios. "En toda mi
carrera, las palabras precio, costo, trabajo, jamás existieron, en
ninguna materia", señaló Grompone.
"¿Qué se hizo en Uruguay para fomentar la innovación y la
investigación?", se preguntó. "Se crearon comisiones administradoras de
recursos para la investigación y la innovación. Quiero recordar dos de
ellas: el CONICYT y la ANII. La primera la conozco prácticamente desde
sus comienzos, e incluso presenté proyectos".
Para Grompone, las agencias "tienen poco dinero", y "fomentan más la
ciencia que la tecnología", y, para complicar el panorama, nuestro país
"no cuenta con "un sistema de patentes eficiente. Eficiente quiere decir
que tenga convenios con otros países, de modo que la patente uruguaya
tenga peso en otro lado. Si eso no sucede, lo que hay que hacer es
patentar en Estados Unidos, lo cual es carísimo. Además, no hay mercado
de valores y por lo tanto, desde mi punto de vista, es imposible la
presencia de la figura del inversor de riesgo".
Grompone opinó que, "pensar que hacia 2025 los recursos que hoy se
están volcando a la electrónica se vuelquen a la biotecnología da una
oportunidad, abre una ventana de tiempo para aprovechar". En ese
sentido, opinó que el Banco de la República debe crear una línea de
crédito de riesgo.
"El capitalista de riesgo es una función
esencialmente bancaria y esencialmente de riesgo, de juego, como una
ruleta. Una agencia, como el CONICYT o la ANII, no lo evalúan como un
negocio; no tienen por finalidad ganar dinero; un banco y un capitalista
de riesgo sí tienen esa finalidad. Por lo tanto evalúan los proyectos
de una manera muy distinta. Yo quiero un capitalista de riesgo que
evalúe si el proyecto sirve para ganar dinero, no si es viable o sirve
para el país, como hacen estas agencias", estimó, y subrayó que las
líneas de crédito "deben ser razonables, adecuadas, no una miseria".
En cuanto a las universidades, dijo que deben modernizarse,
convirtiéndose en carreras organizadas por créditos, y que requieren de
la existencia de un campus que permita la movilidad horizontal. "No
sabemos cuáles serán las áreas nuevas. Si queremos formar un biólogo,
que al mismo tiempo sepa matemáticas, electrónica o cualquier otra cosa,
necesitamos que esos locales donde se estudia estén muy cerca. Para eso
se necesita un campus, y esto no ocurre en ninguna de las
universidades, excepto las que son muy chicas y tienen un solo edificio.
Las que tienen más de un edificio no poseen el concepto de campus y
están a bastante distancia. Pienso, por ejemplo en la ORT; ni que hablar
de la UdelaR, que está totalmente dispersa y no tiene ninguna tendencia
a no seguir estándolo", manifestó.
También aconsejó flexibilidad en los estudios, como "única manera de
sostener la innovación, (...) porque los estudios son suficientemente
flexibles como para adaptarse a lo nuevo que va apareciendo".
Grompone señaló, además, que los centros de estudio deben apuntalar
la creación, enseñar la administración de los negocios y fomentar las
patentes. "Que el resultado de la investigación sea una patente y no un
paper. El paper es todo lo contrario: es algo que se publica, todo el
mundo lo conoce y alguno lo usa... y de repente lo convierte en una
patente. Este creo que es un punto esencial: modificar esa manera de
concebir la universidad. En ese sentido, las universidades nuestras
siguen siendo del siglo XIX", señaló.
Subrayó, finalmente, que el país debe estar preparado para la
biotecnología, en un sentido amplio. "Hay que dejar de pensar que la
biotecnología solo sirve para mejorar la producción agropecuaria. Va a
servir para toda la producción; para hacer medicamentos, materias primas
y todo lo que venga. Tenemos que dejar de pensar la biotecnología de
manera estrecha. Posiblemente su futuro pase por temas que hoy ni
imaginamos; los que imaginamos, seguramente no sean", subrayó.
Montevideo Portal
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