Escritor y periodista Julio Dornel
Terminal
Aunque
usted no lo crea, en el año 1967, el gobierno uruguayo construyó
una Terminal Turística con varias dependencias ministeriales en la
zona más céntrica de la avenida Internacional, entre los bustos de
Artigas y el Barón de Río Branco. Todo había comenzado con la
visita realizada a esta frontera por el Ministro de Transporte,
Comunicaciones y Turismo Dr. Justino Carrere Sapriza, quien justificó
la construcción de la obra, señalando que de no existir problemas
de orden económico dentro de 40 días, estarán terminados los
trabajos. “Consideramos que se trata de una obra muy funcional,
que llenará una sentida aspiración popular en beneficio del
desarrollo turístico del país. El esquema de integración,
considera de gran importancia esta puerta del país, situándola en
segundo lugar en materia turística y comercial, siendo indudable que
se verá notoriamente favorecida con la construcción de esta
terminal”. Durante la reunión realizada en dependencias de la
nueva Terminal, acompañaban al Ministro Carrere Sapriza, el
diputado Nasin Ache Echar y Ernesto Amorín Larrañaga, el senador
Carlos Julio Pereyra y el Intendente Jaime López Barrera. La
construcción de esta Terminal, motivó desde su iniciación una
permanente polémica entre algunas instituciones locales, la prensa
brasileña y los arquitectos que tenían a su cargo la
responsabilidad de su construcción y en forma especial la ubicación
de la misma. De esta manera, se fue generando una fuerte polémica, a
nivel oficial, donde quedó
de manifiesto la disconformidad popular que fue tomando cuenta de la
obra. Nadie dudaba a esa altura que las líneas arquitectónicas y su
absurda ubicación, habían generado un serio problema para que
Brasil aceptara finalmente su habilitación. La Cámara de Santa
Vitoria se manifestó contraria a su habilitación señalando que “se
ha erigido un monumento de mal gusto, en un local inadecuado,
interceptando el desarrollo normal del tránsito y fundamentalmente
por ofrecer instalaciones totalmente inadecuadas para esta finalidad.
Si bien el edificio fue inaugurado, nunca fue habilitado
oficialmente, y las 10 oficinas que habían centralizado sus
servicios en el mismo fueron demolidas en los primeros meses del año
1968. Tanto la prensa del Estado de Río Grande como las autoridades
vinculadas al turismo, la habían bautizado como el MURO DE LA
VERGÜENZA.
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