Puja en sindicatos. Los radicales dicen que se fortalecieron
El Poder Ejecutivo sigue con preocupación
las señales de quiebre y disidencia en el Pit-Cnt. Teme que emerjan y
avancen liderazgos que adoptan posturas combativas.
P. Melgar/G. Terra/J.P. Correa
El País
Las divergencias en el Pit-Cnt, evidenciadas
esta semana cuando se produjo un virtual "empate técnico" entre los
gremios a la hora de votar un paro general, llevan al gobierno a
"observar con detenimiento" los movimientos en la interna sindical ante
el temor de un aumento de "pujos conflictivos" y el crecimiento de un
"ala dura" y "combativa".
Altas fuentes del Poder Ejecutivo dijeron a El País que
"llamó la atención", en particular, cómo en el reciente conflicto en
Salud Pública que derivó en la ocupación del Hospital Vilardebó y un
centro asistencial en San José, la Federación de Funcionarios de Salud
Pública no tenía, al comienzo, una plataforma de reivindicaciones.
A juicio del gobierno, había motivaciones políticas
detrás de sus protestas. A nivel oficial se reconoce que en el caso del
conflicto de la Educación había reivindicaciones salariales legítimas,
pero se interpreta que el sindicato de la Salud Pública buscó debilitar
al directorio de ASSE y fortalecer allí al delegado de los
trabajadores, Alfredo Silva, considerado como "una piedra en el zapato"
para el gobierno.
Por otro lado, se interpreta desde el gobierno que
también hubo una movida hacia la interna del Pit-Cnt para fortalecer el
posicionamiento del dirigente de la bebida, Richard Read, quien tuvo un
rol protagónico como articulador en el conflicto. Read lidera una
corriente de opinión -en crecimiento- contraria a la mayoría de la
central obrera y combativa hacia el gobierno.
El Ejecutivo ve conflictos que escapan al control de la
cúpula de la central, con medidas "desproporcionadas" y nuevas
corrientes nutridas de dirigentes jóvenes e inexperientes que
"desconocen el valor de la unidad de acción". En el gobierno se teme que
haya más acciones "desproporcionadas" en el futuro y se apela a la
"cautela".
Los gremios más combativos, sin embargo, se felicitan
por haber sumado a sus posiciones sindicatos de otras corrientes
internas del Pit-Cnt que comparten su diagnóstico en cuanto a que con
esta Administración los intereses de los trabajadores ya no son tan
contemplados.
Oscar Groba, exdirigente sindical y hoy diputado
oficialista, dijo a El País que en el gobierno se ve "con mucha
preocupación lo que está pasando" porque, a su juicio, un sector
minoritario de los sindicatos, en su mayoría públicos, con el apoyo de
algunos del sector privado, no valoran las mejoras que obtuvieron con
los gobiernos del Frente Amplio.
En la otra vereda, José Lorenzo López, el secretario
general de Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado
(COFE) dijo a El País que los sindicatos combativos esperan al menos dos
meses "movidos" más y que buscarán dar una "pelea centralizada". "La
votación de esta semana tiene más de una lectura. Antes había una
abrumadora mayoría a favor de los paros parciales y en contra de los
generales cuando se votaba. La votación era 40 a 6 o a 7. Ahora está
claro que se sumaron a nuestra visión gremios de todas las corrientes",
aseguró López.
El jueves pasado, la Mesa Representativa del Pit-Cnt
decidió con 25 votos favorables realizar un paro general parcial en
septiembre pero lo novedoso fue que la opción de un paro de 24 horas fue
apoyada por 23 gremios, algunos de los cuales, como COFE, igual
impulsarán una paralización de toda una jornada.
"Hay que discutir cuál va a ser el relacionamiento
de los sindicatos con el gobierno de izquierda. Está claro que el
gobierno progresista no es lo mismo que la derecha pero durante esta
administración no se votó ninguna ley para los trabajadores y otras
vigentes no se han aplicado. Y en materia salarial hay prácticamente un
congelamiento. La mitad de los trabajadores de Uruguay ganan menos de
$14.000. Hay que profundizar los cambios y se está retrocediendo. El 5%
de la población concentra el 20% de la riqueza y no hay instrumento
mejor para mejorar la distribución que la política salarial", consideró
López. Y se quejó de que "a esto se suma que se sanciona a los que
luchan".
Groba ve errada la táctica de los sindicatos más
combativos. "Hay algo que es un error en la táctica porque los
conflictos en la enseñanza o la salud no generan apoyo en la población y
los sindicatos deben evitar quedar aislados", opinó.
"Los trabajadores tienen que analizar que no hay
otro gobierno mejor para ellos que el del Frente, que adoptó decenas de
leyes para ellos como la del fuero sindical, las destinadas a empleadas
domésticas o los trabajadores rurales,", agregó.
Para Groba, se va a volver a una situación de
normalidad cuando termine la discusión de la Rendición de Cuentas y los
Consejos de Salarios.
Juan Manuel Rodríguez, coordinador del Programa de
Modernización de las Relaciones Laborales de la Universidad Católica del
Uruguay (Ucudal) reconoció que si bien siempre existieron corrientes en
la central sindical algunos gremios han tomado medidas "un poco más
intensas de lo normal, incluso antes de la apertura de instancias de
negociación, algo que no era habitual". Considera que "la distribución
siguió mejorando y el movimiento sindical ha tenido condiciones para su
funcionamiento como no había tenido en años". "Sin duda siguen
existiendo sueldos bajos pero hubo un crecimiento del salario real que
ha sido importante", agregó.
Interna sindical.
Las movilizaciones también generaron enfrentamientos
en el seno de los sindicatos. Durante el conflicto de la Educación
Pública la Federación Nacional de Profesores de Secundaria (FENAPES)
perdió el control de su filial montevideana (ADES Montevideo) que adoptó
una postura radical. Esto se reflejó en los liceos públicos de
Montevideo donde hubo 22 días de paro contra 7 en el interior.
Lo mismo le pasó a la Federación Uruguaya de
Magisterio con su rama capitalina, Ademu. La federación decidió 4 paros
pero Ademu resolvió 15 e incluso ocupó dos escuelas, algo sin
precedentes.
El gobierno no quiso recibir a ADES Montevideo para
negociar temas salariales con el argumento de que sus interlocutores
deben ser la federación nacional o la Coordinadora de Sindicatos de la
Enseñanza del Uruguay. El sindicato montevideano sostuvo en un
comunicado que Fenapes "fustigó la lucha de su filial capitalina y, sin
embargo, se apropió del fruto de esa lucha" y cuestionó a su secretario
general, José Olivera, que tiene el mismo cargo en la coordinadora.
Hay un trasfondo político-partidario. La mayoría de
los dirigentes de las organizaciones que conduce Olivera integran el
Partido Comunista o la Vertiente Artiguista en tanto que el gremio
montevideano está controlado por sectores radicales.
Hace dos años la Federación de Funcionarios de Salud
Pública conformó una agrupación sindical, la llamada lista 41, de
perfil más opositor al gobierno. COFE se sumó a ese agrupamiento y
disputa espacios al Partido Comunista y a los moderados cercanos al
gobierno de Articulación. Read, que integró Articulación, comenzó a
coordinar actividades con la lista 41 y medió en el conflicto de la
salud.
Pereira: "De un lado estamos los que vemos un gobierno de izquierda; no soy neutral"
El coordinador del Pit-Cnt, Fernando Pereira,
reconoció que hay dos visiones en la central obrera. "De un lado estamos
los que sostenemos que hubo avances muy importantes en la agenda de
derechos y que desde 2005 se han votado más de 30 normas que favorecen a
los trabajadores. No obstante, hay otros que califican al gobierno de
neoliberal. Para mí no es así. Para mí el ministro de Economía es de
izquierda y yo en esto no soy neutral, es normal que haya una sintonía
porque somos todos de izquierda, prefiero esta contradicción a los años
`90 cuando estábamos siempre resistiendo", enfatizó el dirigente.
Pereira ve natural las pujas de poder en los sindicatos y no las
consideró negativas si no afectan la unidad. "Lo que no se puede admitir
es la descalificación, el insulto. Cuando se apela a eso no hay ideas",
sostuvo. Y recordó que advirtió el pasado jueves que decisiones como
paros o plebiscitos no deben ser tomadas por uno o dos votos. "Se hizo
un gran esfuerzo por unificar a los sindicatos uruguayos", recordó.
De todas formas, consideró que los sindicatos que
impulsaron un paro general en septiembre no tienen actitudes
"divisionistas" y señaló que consultaron si los estatutos de la Central
permitían adoptar medidas de más alcance que las impulsadas por mayoría.
"Pidieron autorización y se concedió porque está autorizado. Ya se ha
hecho, aquí no hubo desacato", dijo.
Pereira dijo que más allá de la "sintonía", el
Pit-Cnt es una de las centrales de trabajadores que más se ha movilizado
contra los gobiernos progresistas.
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