Escritor y periodista Julio Dornel
Año 1967. Alumnos del
Liceo Piloto de Chuy reciben al profesor Jorge Calvete, tras su
viaje a Francia, Maria Campos, Delson Pino, Elba Alegre, profesora
Clara Vernet, profesor Jorge Calvete, Marina Cardoso, Elida Campos,
Felix Flugel, Mirta Rocha y Eni de León.
En
oportunidad de las publicaciones anteriores relacionadas con la
personalidad del Prof. Jorge Calvete Ayestarán,
y la recolección de firmas para que el liceo Nº 2 de esta ciudad
lleve su nombre, omitimos publicar un memorable discurso que
pronunciara en el año 1957 en la capital departamental, relacionado
con el comportamiento del rotario fuera de la institución.
Del
extenso discurso hemos extraído pasajes fundamentales sobre la vida
del rotario fuera de la institución. “Me piden que considere los
aspectos fundamentales de su conducta fuera del Club. Empecemos por
aquello que está más cerca del hombre que es su propia familia,
base y cúspide de toda organización social. La familia es la fuerza
que mueve al amor y el amor es el principio universal de la vida. El
hombre no puede permanecer insensible ante los problemas del prójimo,
con quien convive a diario; un niño sin escuela, un enfermo sin
asistencia o un hombre sin amigos. En estos momentos en que la
juventud está viviendo las consecuencias de los grandes cambios,
debemos ofrecerles todas las oportunidades para que puedan
desarrollarse como un hombre creativo. No solo para que pueda pintar
algunos cuadritos, sino un hombre creativo que sea capaz de crear su
mundo, para adaptarse a este mundo tan cambiante, que de una forma
vertiginosa se está creando a cada momento”. Para finalizar esta
Página Suelta, una anécdota que nos muestra su verdadero amor por
la cultura. Finalizaba el año 1970, cuando regresa de una
prolongada estadía en México. Había finalizado el noveno
Campeonato Mundial de Fútbol con la consagración de Brasil que
venciera en el encuentro final a los italianos por 4 tantos contra 1
(Pelé, Gerson, Jairsiño y Carlos Alberto. Pretendíamos que el tema
central de la entrevista estuviera relacionado con este
acontecimiento deportivo y el triunfo de su país de origen. Grande
fue nuestra sorpresa cuando nos dijo que no había asistido a ningún
encuentro y que gracias al fútbol pudo visitar cómodamente los
principales centros de la cultura mexicana. Lo dijo Roberto Leiza,
el hijo de “Pancho” y Melita: “Siempre será un ícono de la
enseñanza de Chuy, no solamente en la plástica. El “YOYO”
enseñaba en la vida….”
Como alumno de ese gran profesor, en el liceo de Chuy (tercera generación), me lleno de alegría al leer esta noticia. Adhiero. Yoyo fue más que un profesor. Fue un verdadero guía. ¿Quién puede olvidar las excursiones a Montevideo, donde no parábamos de un teatro a una exposición, de una entrevista con alguien conocido a un cine? ¿Quién puede olvidar los años en que el grupo de teatro que dirigió, recorría triunfal todo el departamento? Muy merecido.
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