"Los trabajadores privados están a leguas
de tener la seguridad que tienen los públicos y sería bueno que lo
reconociéramos, esto es una enorme ventaja que tienen” y la razón, según
el presidente, por la que "el pueblo uruguayo siempre ha perseguido el
empleo público".
El País
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"Todos sabemos que esta vocación que tenemos
los uruguayos es inmemorial, si se hace una encuesta con la gente joven
se va ver que mucha gente quiere ser empleado público por seguridad más
que nada, por seguridad ante las incertidumbres de la vida”, sostuvo el
presidente.
Para ejemplificar la situación habló sobre el gran
desempleo que generó la crisis del año 2002 y cómo quienes trabajaban
para el Estado mantuvieron sus puestos y cobraron su sueldo como
correspondía.
“El pueblo uruguayo siempre ha perseguido el empleo
público por tener esa ventaja esa seguridad” , enfatizó y dijo: “Es
humano que cada cual busque su pan, su seguridad, su refugio, ahora bien
como la naturaleza cíclica de la economía la hace inestable, en las
sociedades se han inventado mecanismos para amortiguar, no para eliminar
estos ciclos, como lo seguros de paro, como esas cuestiones que tratan
de ayudar en el seno de la actividad privada, pero todos los
trabajadores privados están a leguas de tener la seguridad que tienen
los públicos y sería bueno que lo reconociéramos, esto es una enorme
ventaja que tienen los públicos”.
Mujica afirmó que en el sector público hay gente muy
dispuesta a trabajar, no solo gente que no trabaja, aunque reconoció que
es innegable que existen quienes no se les puede “pescar ni una sola
vez trabajando”.
“Los uruguayos somos así no tenemos que asustarnos”, sostuvo.
“Así como existen bienes públicos también existen
males públicos, que son hijos de nuestra historia, de nuestra
tolerancia, de nuestra parsimonia y tenemos que darnos cuenta” y agregó:
“Eso es parte del Uruguay, de nuestra cultura, de las cosas que debemos
superar”.
“Si el país funciona mejor globalmente, a la gente
se la sirve mejor y si a la gente se la sirve mejor esa gente va
producir más beneficios para todos”, dijo.
“De todas maneras nunca superaremos lo que no tenemos la honradez
intelectual de verlo” concluyó.
Hábitos
“Tiende a extenderse por ahí una actividad online que
significa que con una computadora desde el domicilio se puede jugar
tranquilamente al casino y con una tarjeta, que se saca con facilidad
para esos fines, se paga o se cobra en mecanismos corrientes del
mercado” y afirmó “es como si pudiéramos instalarnos, cada uno en
nuestro vestíbulo, un casino”.
Cuestionó la influencia que el juego online tiene en
los hogares: “Es francamente nocivo porque es meter el juego en el
hogar, es exponer a la gente joven a esos peligros, lo que es la
ludopatía, la adicción al juego”.
“Estas cuestiones deben estar lo más lejos posible y
en todo caso tener un casino metido en el hogar francamente no nos
parece recomendable”, afirmó.
“Sin embargo se puede decir que cada cual es dueño
de hacer lo que parece, es dueño de sus actos mientras no perjudique a
otro y que en definitiva está haciendo una actividad como cualquier
otro”, agregó.
También habló sobre el afán de los vendedores que apuntan a los niños y volvió contra las agencias de viajes,
donde el “afán de vender no tiene límites”, a lo que tildó de “nocivo”,
ejemplificando a través de los vendedores de agencias de viajes que
apuntan a quinceañeras: “la niña que no pueda ir a Miami o Europa a los
15 años se va a frustrar”.
“Yo considero que es nocivo el uso de esos recursos, por más legal que fuere”, finalizó.
En fin, enumerar hábitos mas o menos criticables puede ser un acierto de quien con mayor o menor sagacidad lo hace. Mucho más difícil y falible es delinear algún aspecto metodológico para modificar la realidad que se observa, y de la que somos parte, sin caer en la idealización estéril.
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