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lunes, 29 de junio de 2015
“EL FANAL”: PERIODISMO RESPONSABLE. Por Julio Dornel.
Escritor y periodista Julio Dornel
Con la intención de clarificar el panorama que suelen generar las cartas o sugerencias que llegan diariamente a los distintos medios de comunicación, nada mejor que transcribir un editorial de El Fanal firmado por su director Bernardo Pilatti en diciembre de 1997. El mismo se refería a una serie de circunstancias, en las cuales los lectores formulan críticas o denuncias sobre personas o situaciones que las podrían involucrar. Decía el editorial que “algunas personas han pretendido que EL FANAL enfoque en forma crítica o abierta denuncia, determinadas situaciones que los toca de cerca, pero pidiendo no ser mencionados en la denuncia. Las personas que desean muchas veces denunciar hechos, donde posiblemente les asista razón, nos merecen el mayor respeto. Pero en determinadas circunstancias, infelizmente existen límites que no podemos traspasar. Estos comienzan donde se inician las reglas legales y éticas de nuestra profesión y de las que no nos apartaremos bajo ningún concepto. Es obligación de EL FANAL, acompañar la vida comunitaria de todos los sectores, apoyando, colaborando, criticando o elogiando si es necesario y manteniendo su concepto fundamental de empresa. EL FANAL se debe a su gente, su comunidad, con sus dramas, sus problemas y todo lo que implica la vida en sociedad. Sin embargo hay hechos puntuales que muchas veces se pretende poner ante la opinión pública, que enfocados desde la manera que desean quienes los denuncian, se convierten en una clara violación de los postulados que la honorable profesión del comunicador obliga a defender. Es bueno entonces, que ante esta situación se aclaren algunos aspectos que servirán para el manejo de estos problemas. Si la Dirección entiende que las cartas involucran las conductas de terceros en forma directa o indirecta, las publicará solamente en forma de SOLICITADA, con firma certificada por escribano público y deberá abonarse el costo del centímetro de línea estipulado dentro de las tarifas comerciales del diario. Este tipo de situaciones se da cuando se pretende dirimir contiendas particulares, utilizando la prensa para ello. En esos casos es una forma de conducta ética mantener nuestra opinión alejada de los hechos. Ante esta situación, llamamos a la reflexión sobre la importancia que tiene la buena o mala utilización de los medios de comunicación masiva y la necesidad de razonar y analizar muy bien en lo previo, todo aquello que se dice o escribe. Es así como las cosas funcionan o deberían funcionar. De todas maneras debemos reconocer y aceptar las discrepancias naturales que surgen cuando los lectores no coinciden con el enfoque periodístico que otorgamos a determinada situación. Lo fundamental será siempre respetar la libertad de pensamiento que también tienen nuestros lectores.
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