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martes, 17 de septiembre de 2013

LAS PALABRAS DAÑAN MAS QUE LOS GOLPES Mg. Guillermo Pérez


Las consecuencias de la violencia física “pasan” con el tiempo.
Pero, las consecuencias de los insultos, críticas, burlas, comparaciones, humillaciones, etc., por parte de un familiar (padres, tíos, abuelos, hermanos, hijos) pueden generar daños psicológicos en la personalidad de la persona y son más difíciles de superar.
Las palabras cargadas de emociones “no se las lleva el viento”. Pueden lesionar mucho más que los golpes en si.
Mayor es el daño de los insultos, críticas, reproches, comparaciones, evaluaciones o la actitud de escandalizarse, si estos vienen de padres, madres, tíos, abuelos, hermanos, hijos o cualquier persona a la que uno considere, ame o se supone que nos debe proteger y guiar.


Expresiones como:

- “Eres una bruta, una estúpida”
- “No sirves para nada, eres una inútil”
- “Como la vecina puede y tu no, como tu prima puede y tu no”
- “Que fea que eres, que gorda que estás, quién te va a aceptar así”
- “Eres igual de estúpida que tu padre, serás una cualquiera como tu madre”
- “Si tu no hubieras nacido estaríamos mejor”
- “Para que quieres ir a visitar a tu madre si ella te quiso abortar”

Expresiones como estas hacen mas daño si vienen de un familiar. Pueden ser hasta más perjudiciales que los golpes en si.

Si una chica fue violada o manoseada por un tío y ella le cuenta a la madre esto y la madre le dice

“mejor no digas nada hijita, ya pasó, qué va a decir la gente”
Estas palabras y actitudes de la madre, pueden hacer tanto o más daño, que la que le hizo el mismo violador.




Expresar emociones paradójicas como:
- “Eres una estúpida, una bruta, una irresponsable, no entiendes que todo lo que te digo es por tu bien, porque te amo”
- “No te puedes equivocar, no nos puedes fallar, no nos debes decepcionar, en ti están todas, nuestro dinero y nuestras esperanzas, si tu nos fallas, ya todo estará perdido”
- “No te das cuenta todo lo que me cuesta que tu estudies y seas alguien, toda la plata que gasto en ti y tu no me lo agradeces, deberías darme las gracias porque te exijo que seas alguien y no una don nadie como tu padre”
- “Tienes que confiar en mi” y luego la madre va y le hecha en cara todo lo que la hija se arriesgo a confiar en ella en un momento de discusión.

Actitudes de ambivalencia ya que se sobreprotege y a la vez se hace sentir mal o culpable, sin posibilidades de equivocarse, sin entender es que uno aprende de los errores.

Hay que tener cuidado con lo QUE decimos, pero sobre todo con la forma COMO lo decimos.

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